sábado, 31 de octubre de 2009

+ 31-10-09 + Vagando entre la niebla

09:33 - Hoy hace un día bastante extraño. Como viene siendo habitual todos los años sobre estas fechas, en Valencia, las calles están llenas de niebla. No recuerdo un solo año que por estas fechas no haya habido niebla. Parece una tontería, pero en mi subconsciente siempre he relacionado este fenómeno meteorológico con el 1 de Noviembre. Para los que no sepan que se festeja (más bien, festejaba) el 1 de Noviembre, se celebraba "El día de los difuntos". ¡Que paradoja más macabra! Antes celebrábamos este día una vez al año y ahora tenemos a los difuntos vagando por las calles todos los días. En otra situación más simpática y relajada, o sea, hace meses, el humor negro que siempre me ha caracterizado me habría hecho decir "¡Vaya! ¡Que desagradecidos! ¡Les rendimos homenaje una vez al año y ahora quieren roernos los huesos!". En fin, que bellos tiempos aquellos pasados.

Como también ya es habitual, he pasado una noche demasiado inquieta. Salvo pequeñas cabezadas, he pasado toda la madrugada vigilante, sin perder de vista la puerta por si Roberto conseguía librarse de sus ataduras. Para colmo, la psicótica reanimada no se ha cansado de aporrear la puerta de su prisión y por mi mente no he parado de pensar en Belén. Esta incertidumbre es un sin vivir y no veo el momento de llegar y abrazarla, ya que doy por hecho de que esta bien, no acepto otra teoría. Mi mente no la concibe. También pienso que pasará por su mente. ¿Me habrá dado por muerto? Es lo más lógico. Si es así, ¿como se lo habrá tomado? ¿borrón y cuenta nueva? También sería lo más lógico por su parte. No le pido que se amargue por mi culpa. Aún así, no me gustaría que me olvide tan rápido...

Hace un rato que he sacado de la habitación a Roberto y lo he puesto aquí en el salón. Lo he sacado a rastras, como se merece. Hoy parece que esta más comunicativo. Me ha comenzado a hablar y a tutearme, como si nada. Ha empezado a decir que medite mis actos, que todos merecen una segunda oportunidad, que ahora se arrepiente de lo que ha hecho, que lo lleve conmigo y comenzara una nueva vida. ¿Sabéis cual ha sido mi respuesta? Esta: "¡Una mierda!". ¿Se cree que me he caído de un árbol? Esta clase de gente no cambia aunque se les de mil oportunidades. La gente escoge su camino y difícilmente lo desvía. Además, que su psicopatía la lleva en los genes y no voy a arriesgar a integrarlo con mi gente. Paso de que nos degüelle a media noche y nos cocine a fuego lento. ¿No dicen que cuando el perro prueba la sangre ya no puede parar de buscar más? Este es su caso. Cuando ha oído mi negativa, ha comenzado a decir "¡Hijo de puta! ¡Te deseo lo peor! ¿Acaso piensas que los demás estarán vivos? ¡Tu zorra ya estará muerta! ¡La habrán devorado lentamente! ¡Jódete!". En otra situación, me habría cebado a darle patadas, hasta quizás le habría pegado un tiro, pero no, no lo voy a hacer. Eso es lo que quiere, que lo quite del medio lo más rápido posible. No va a tener esa suerte. Va a pagar todo el daño que ha hecho a la gente que ha matado. Gente inocente que solo buscaba cobijo para sobrevivir. Va a lamentar haber hecho todo eso. Con toda la tranquilidad del mundo, le he respondido "Sí, quizás están muertos. ¿Sabes cual es la diferencia entre quizás y afirmar? Yo te lo digo: quizás es posiblemente, no es ni sí ni no, es algo que nadie sabe. Afirmar es decir algo que sabes a ciencia cierta, algo que ha ocurrido o va a ocurrir. Yo afirmo que tu puta esta muerta y que tú lo vas a estar en muy poco tiempo. Reza si sabes rezar. Intenta ponerte en paz con dios, porque pronto te vas a ver las caras con él. Él te dirá si esta bien o mal todo lo que has hecho."

Voy a preparar las cosas para emprender mi marcha.

- Erik -


10:10 - Ya tengo todo preparado. He cogido mis antiguas pertenencias y mi rifle. Como extra he cogido la pistola que era de Cristina y todas las cajas de munición que tenían de esta. He tenido suerte, también tenían munición del calibre de mi rifle. Entre las pertenencias de los desdichados que mataron, he encontrado un pc "Notebook". Creo que se llaman así. Son de esos que se pusieron de moda este año, de esos pequeños. Me va a venir de lujo si algún día me fallan las baterías de este pc.

Ha llegado el momento de continuar mi camino. Eso si, su moto me la llevo. También ha llegado el momento de que Roberto redima sus pecados.

- Erik -


17:57 - Acabada la anterior entrada, he cogido a Roberto y lo he cacheado buscando las llaves de su moto. Cuando he encontrado la llaves y me las he guardado, se ha puesto hecho una fiera. Ha comenzado a moverse violentamente como si estuviera poseído. Me ha dicho de todo, pero yo, sin hacerle el más mínimo caso, lo he arrastrado hasta el pasillo. Una vez allí, se ha tranquilizado y me ha comenzado a decir que le concediese un último deseo. Temiéndome cualquier cosa, le he dicho que hablase. Me ha pedido fumar un último pitillo. Como esa era su última voluntad, se la he concedido. El muy listo me ha pedido que le desatase una mano para poder fumar mejor. Me he reído y le he dicho que de eso nada, que si quería fumar tenía que hacerlo con el cigarro en los labios, o sino, nada. Ha accedido diciendo "Bueno, tenía que intentarlo" y a soltado una sonrisa. Le he puesto el cigarro en la boca, se lo he encendido y he esperado pacientemente mientras él no paraba de dar caladas al cigarro. Cuando le quedaba muy poco cigarro, me ha dicho "Pegame ya el tiro si es lo que vas a hacer". Mi contestación ha sido "¿Quién ha dicho que te voy a pegar un tiro? Tú vas a morir como has matado. Diferente forma pero para el mismo fin". Roberto me ha mirado confuso, con el cigarro en la boca. Yo he andado hasta el final del pasillo y he situado la mano en la manivela de la puerta del cuarto de baño. Al ver eso, se le ha caído el cigarro de la boca. "¿Recuerdas que tú mismo dijiste que comes o te comen? Pues que así sea". Dicho esto, he abierto la puerta del baño y he corrido en dirección opuesta. Me he situado al lado de Roberto y he mirado a mi espalda. De ahí ya había salido el cadáver reanimado de Cristina. Ahí estaba, totalmente pálida y ensangrentada, caminando más lenta que rápida pero con una dirección fija: nuestra posición. Roberto ha comenzado a gritar y a insultarme. Decía cosas como "¡Perro! ¡No me hagas esto! ¡Pegame un tiro, pero no dejes que me devore vivo! ¡Por tus muertos, Erik, dame un tiro!". Me he agachado y susurrado al oído "Ahora sí que la puedes satisfacer, créeme. Pásalo bien con tu zorrita". Dicho esto, he cogido mis cosas y he salido por la puerta de la casa. A mis espaldas, lo oía maldecirme. Sin tiempo que perder, he bajado las escaleras hasta que he llegado al rellano de la calle. Cuando abría la puerta para salir al exterior, he podido oír los gritos de Roberto, pero esta vez ya no eran de desesperación, sino de dolor. Pensar lo que queráis, para mi esto tampoco ha sido agradable, pero es lo que se merecía. Ha sido lo más justo.

Una vez en la calle, he visto el panorama. La niebla era muy espesa. A penas podía ver a 6 metros de mi. Cuando he ido a por la moto, he visto al lado de esta a Thor. Estaba sentado, como si me esperara. Cuando me he acercado lo suficiente, Thor se ha levantado y ha salido corriendo. No se porque me sigue si me tiene miedo :S Bueno, he montado en la moto y la he intentado arrancar. No arrancaba. Quizás el estar tanto tiempo parada se había descargado la batería. Aún así, he seguido girando la llave hasta que al final la he podido arrancar. Me ha costado, pero ya se oía el rugir del motor. Siempre quise tener una moto de estas. Es imponente montar semejante preciosidad. He acelerado la moto y me he puesto en marcha. Llevar un trasto de estos no es tan fácil como me parecía. Mientras me alejaba de esa calle que ya tan malos recuerdos me traía, he podido divisar por los retrovisores a Thor corriendo tras de mi. Poco a poco lo he tenido que dejar atrás, entre la niebla.

Como he podido, con visibilidad totalmente nula, he esquivado coches y merodeadores. He recorrido varias calles y he llegado hasta una larga avenida de nombre "Serrería". Cuantas veces he transitado esta avenida cuando todo iba bien... ahora estaba repleta de coches, escombros, cadáveres y algún que otro merodeador. A pesar de esto, se encontraba bastante transitable. Ahí ha sido cuando me he emocionado y he acelerado más de lo que debía. A mis 25 años actuando como un quinceañero. Pues lo que me ha pasado me le tengo merecido. Iba tan feliz, con el viento golpeándome la cara, hasta que he chocado con un coche que había en medio de la calzada. Solo recuerdo que he salido volando por los aires y he aterrizado sobre algo blando. Ahí mi cabeza se ha quedado en "Stand-by".

De repente, me he despertado con un dolor de cabeza horrible. Algo me estaba chupando la cara a lametones. Cuando me he incorporado, he visto a Thor. El chucho me había seguido y creo que me chupaba la cara para despertarme. Cuando he visto que era eso blando sobre lo que he aterrizado, casi vomito. Era un montón de cadáveres desmembrados. Me he levantado rápidamente y he visto todo lo que me rodeaba. Alrededor de donde estaba tirado, habían bastantes cadáveres. Estos no parecían victimas de los merodeadores, sino merodeadores "muertos". Habían bastantes y he pensado que si ha sido el chucho quién los ha matado. Mis sospechas se han confirmado cuando uno de los del suelo se ha movido entre gemidos y Thor ha comenzado a morderle el cuello gruñendo. Parece que el chucho me ha salvado la vida. Mientras yo estaba inconsciente, han intentado devorarme y él lo ha impedido. Y pensar que lo he dejado olvidado cuando me he montado en la moto... pobre. Le he acariciado el lomo en símbolo de agradecimiento y he emprendido la marcha, con él siguiéndome.

Sin la moto, que estaba con el manillar torcido, he tenido que andar bastante y, por suerte, con poca actividad de merodeadores. Creo que ya esta bien por hoy, así que he escogido este refugio, una planta baja que he encontrado abierta. La casa esta totalmente vacía y desvalijada y lo más importante, sin merodeadores. Quizás sus dueños intentaron huir con sus pertenencias. De todas formas han dejado lo más básico, así que voy a dormir en un mullido colchón. Voy a asegurar la puerta, que la noche esta cayendo. De todas formas, con Thor aquí conmigo, dudo que entre alguien sin que me entere.

- Erik -



viernes, 30 de octubre de 2009

+ 30-10-09 + Despertar

Casi tres días sin escribir una entrada. No os preocupéis, estoy bien. Todavía sigo en la casa. Se que debería haber continuado mi camino, pero han habido situaciones que me lo han impedido.

Nada más acabar el relato del día 27, caí rendido en la cama. Me desplomé en la cama, cayendo en redondo con el pc en mi regazo. Nunca me había ocurrido semejante cosa. No tengo ni idea de cuantas horas estuve durmiendo, pero no fueron pocas. Lo que si que recuerdo fue el despertar. Cuando me conseguí librar del sopor y abrir los ojos, me encontré totalmente desubicado y desconcertado. Todo me daba vueltas y fijar la mirada me era tarea prácticamente imposible. Era como si mis ojos estuviesen cubiertos por un velo opaco. Solo podía distinguir sombras y luces, nada más. Intente mover las manos, pero mis movimientos eran lentos y tardíos. A mi derecha pude distinguir una serie de luces anaranjadas. Supuse que serían las velas. Me resultó extraño, ya que no puse velas en la habitación. Todavía con los sentidos mermados, me percate de algo que me sobresaltó. Había alguien junto a mi. Solo podía ver una sombra, nada más. Intente moverme, pero mis extremidades no me respondían. Lentamente, volví a sumergirme en un nuevo sueño.

Cuando desperté por segunda vez, mis sentidos estaban mejor. Podía moverme con más libertad y fijar la vista. Lo primero que vi cuando me espabile, me dejo de piedra. Encima mía tenía a Cristina, completamente desnuda. Por lo visto, yo también estaba como mi madre me trajo al mundo. Ella se sonrió cuando me vio despierto y comenzó a besarme el cuello, el pecho... Yo no sabía que hacer. Por unos segundos me quedé quieto, sin hacer ni decir nada. Veía sus labios surcar mi piel y su negro pelo iluminado por la luz de las velas. También podía vislumbrar todos los tatuajes de su cuerpo. Poneros en mi situación, os despertáis y os encontráis este panorama, os encontráis a la mujer del tío que os esta dando cobijo, en pelota viva, encima vuestra y, prácticamente, violandoós. Sí, se que muchos de vosotros habríais continuado encantados de la vida, pero yo no soy así. Algo tenía que hacer para salir de esa situación tan sumamente embarazosa. La gota que colmó el vaso fue cuando ella me cogió la ...... y la intentó introducir en su ..... . Ya no podía fingir que ahí no ocurría nada. Casi sin fuerzas, intente quitarla de encima mía. La muy perra se resistía y me miraba con una mirada asesina. Al final lo conseguí y ella me pegó un tortazo (me habré comido de tortazos femeninos últimamente...). Acto seguido, me vociferó un "¡¿Tú eres maricón o qué?!". Mi contestación me salió del alma "¡¿Y tú una zorra?! ¿Que va a pensar tu novio?". Lo que yo no esperaba era que me contestara Roberto. Desde el fondo de la habitación, sentado en un sillón, me contestó "Tranquilo, tienes mi consentimiento". Sin saber que contestar, me levanté y busqué mi ropa. Cuando la encontré en el suelo, me dispuse a vestirme. Cristina me cogía del brazo y me pedía que volviera a la cama. La rechacé de un manotazo y continué con mi tarea. Situación embarazosa donde las haya. En ese instante, Roberto se levantó y dirigió a mi posición. Situó su mano en mi hombro y dijo "Relájate, hermano. Tiratela, no me importa que lo hagas, es más, me haces un favor. Me he metido tanta mierda en el cuerpo desde pequeño que apenas se me levanta y no puedo satisfacer a esta pequeña zorrita. Hazlo tú, tiene derecho a disfrutar. Solo déjame que me quede observando...". Me causo tanta repugnancia escuchar eso que le quite la mano de mi hombro y le dije que de eso nada. Eso no va conmigo. Roberto me miró sorprendido. Les dije que gracias por haberme salvado la vida, haberme dado cobijo y comida, pero que ya me marchaba. Camiseta en mano me disponía a salir de la habitación, cuando oí cargar el percutor de una pistola. Cuando me giré, vi a Cristina en la cama, todavía desnuda y apuntándome con la pistola. Roberto meneó la cabeza de lado a lado y dijo "Respuesta errónea, Erik, respuesta errónea...".

¿Cuando aprenderé a que no me puedo fiar de nadie? Siempre termino metiendo la pata. Después de esto, me maniataron y me llevaron al salón. Me sentaron en el sillón y Roberto hizo lo mismo en el sillón de en frente. Cristina se sentó a mi lado, pistola en mano y sobandome y besándome el cuello. Cuando les pregunte que querían de mi, Roberto empezó a hablar:

"Bueno, Erik, por donde puedo empezar para que te tomes lo mejor posible lo que te voy a contar. Te habrás dado cuenta de que el mundo ha cambiado, todo lo que conocíamos ha muerto. Antes, los actos que realizábamos estaban divididos en dos tipos: lo correcto o lo incorrecto. Ahora ya no hay nadie que pueda juzgar lo que esta bien y lo que esta mal. Si ahora quiero pegarte un tiro en la cabeza, ¿quién me va a decir que esta bien o mal hacer eso? Ahora la única moralidad que vale es la del individuo. Lo que para ti puede ser incorrecto, para mi puede ser lo más correcto del mundo. A lo que iba, Erik, que me voy por las ramas. En este puto mundo, hay que hacer lo posible para mantenerse con vida. Todo vale. Si para mantenerse con vida unos días más, hace falta matar a cuantas personas haga falta, se hace y punto..."

Me estaba poniendo nervioso con su discurso sin fin, así que le dije "¿Que cojones queréis de mi?"

Él continuó: "Tu carne, Erik...". Aquí es cuando me quedé tan sorprendido que no supe que decir. Siguió "Te habrás dado cuenta que el alimento es un bien escaso. Con toda esa horda de andantes de ahí afuera, es prácticamente imposible encontrar algo que llevarse a la boca. Y créeme, hemos intentado buscar alimentos en supermercados y demás, pero como tú ya has comprobado, no hay víveres, esta todo saqueado. Algo normal, ya han transcurrido muchos meses que empezó este caos y lo poco que había, ha sido agotado. Al principio, cuando te quedas sin alimentos y pasas días y días sin nada que llevarte a la boca, empleas todas las fuerzas en buscar alimentos. Pero cuando ves que no hay, hay que tomar decisiones drásticas pero efectivas. Ahora, las cosas funcionan de la siguiente forma: o comes o te comen, nunca mejor dicho. Pues bien, si las cosas tienen que ser así, que así sean. ¿Por qué molestarse en vagar por las calles para encontrar alimento y exponerse a los andantes si la comida siempre termina llegando a la puerta de casa? Créeme, no eres el único que ha pasado por esto. Antes que tú, llegaron otros. Ellos fueron más listos, ya que se follaron a mi chica. Eso que se llevaron al otro mundo..." Ahí es cuando Cristina me ha sonreído mientras me acariciaba la cabeza. "...Supongo que te estarás preguntando como hemos llegado a este punto. Tiene su explicación. Como te dije, al principio eramos 4. Llevábamos mucho tiempo aquí, resistiendo y sin alimentos. Una de ellos, Marta, la muy subnormal, se pegó un tiro en la sesera. No aguantaba toda la presión. Era una perra depresiva, que esperas... Bueno, lo típico, lloros, lamentos y demás sandeces. Cuando llego la hora de deshacerse del cadáver, se propusieron muchas cosas, pero visto la hambruna que estábamos pasando, imagínate que idea fue la que triunfó. Créeme, al principio, todo esto suena repugnante, pero una vez puesto en el tema, no lo es tanto. Despiezar el cadáver no se aleja al de despiezar el cadáver de un cerdo. No nos engañemos, es prácticamente lo mismo, solo que aquí lo hacemos con semejantes. Y luego, a la hora de comer la carne, no esta tan mal como parece. Solo un poco más dura que la de otro animal. Hasta esta buena, ¿verdad?". Con esa pregunta, yo me quedé un poco confuso. No entendía porque me preguntaba eso si yo no había probado carne humana. Se me cayó el alma a los pies cuando recordé que ellos me habían servido comida nada más llegar a su casa. En ese momento, me entraron unas ganas inmensas de vomitar, pero me contuve.

Siguió: "No te quejes, no es tan traumático. Por lo menos has comido carne de primera [jajaja] del muslo de una tía que estaba bastante buena. Como te decía, pronto hubo que pensar en conseguir más alimento, ya que Marta no daba más de si, así que cogimos a nuestro tercer compañero, un golpe seco en la cabeza y solucionado. Él habría hecho lo mismo, así que solo nos anticipamos. Una vez roto el hielo con estos dos primeros, todos los demás ha sido coser y cantar. Venís aquí, os ponemos la mejor de nuestras caras, os damos de comer y un whisky con una buena dosis de mierda de la buena para drogaros. Yo no os veo como semejantes, os veo como alimento, así que abstente de lloriquearme y suplicarme, que no voy a sentir ningún tipo de pena por ti. Lo siento, Erik, la cosa es así, funciona así. O comes o te comen, no hay más"

Dicho esto, me levantaron y me metieron en una habitación, donde me ataron a la cama. Hay me han tenido más de 24 horas, en plena oscuridad. En esas 24 horas no he hecho más que intentar librarme de las ataduras. Esta mañana, cual matarifes, han entrado ataviados con delantales y mascarillas. Me ha cogido y llevado al cuarto de baño. He intentado zafarme, pero era imposible. Una vez en el baño, he visto que lo tenían todo plastificado para la sangre. Suelo, paredes, etc. Me han metido en la bañera mientras los maldecía. El hijo de puta de Roberto ha tenido la sangre fría de decirme, en tono irónico y entre risas, "No te resistas, solo vas a conseguir endurecerte y no seras tan comestible". La zorra también se ha reído con su risa impertinente y repelente. Ella ha situado el cuchillo jamonero en mi cuello y se ha acercado para darme un lametón en la cara. Ahí es cuando esa zorra ha cometido el fallo. 24 horas a solas dan mucho tiempo para forzar las ligaduras que me ataban, hasta tal punto, que he conseguido aflojarlas y sacar una mano. Además de estúpida, no sabe hacer un buen nudo. Cuando la perturbada me chupaba la mejilla, he podido sacar la mano y arrebatarle el cuchillo. De un movimiento rápido la he metido conmigo en la bañera y le he asestado varias estocadas. Todavía recuerdo sus gritos... pero no siento pena, me iban a hacer lo mismo a mi. Roberto, al ver que tenía el cuchillo en mi poder, ha abierto la puerta del baño y ha salido huyendo. He salido tras de él, dejando a la psicópata en la bañera, desangrándose. Dicen que todos los hijos de puta tienen suerte, pues bien, este no es el caso de Roberto. Mientras huía por el pasillo, ha tropezado con una caja de herramientas y ha caído al suelo, rompiéndose el tobillo.

Con él ya en el suelo, lo he atado. Lo he atado bien, con varios nudos que le unen las manos con los pies. El maldito no ha parado de maldecirme e intentar morderme. Seguidamente, he cerrado la puerta del baño y la he parapetado con muebles. Es cuestión de tiempo que la psicópata se reanime, así que mejor tenerla bien encerrada. Luego he cogido todas las armas e inspeccionado todas las habitaciones. En una de las habitaciones he encontrado lo que me temía. La sala estaba llena de enseres: mochilas, armas, carteras, ropa... y también cráneos y demás huesos. Aquí el olor es insoportable. He mirado en el interior de unos bidones que había y he descubierto la carne de los desdichados que me precedieron. La carne esta bajo kilos de sal. Verdaderamente repugnante.

También he descubierto una pequeña batería eléctrica, que me esta sirviendo para cargar las baterías del portátil.

Ahora mismo estoy sentado en el salón y llevo horas meditando lo ocurrido. Desde aquí puedo oír los golpes que esta dando el cadáver reanimado de la psicótica. No para de golpear la puerta. Creo que voy a hacer una noche más aquí y mañana continuare con la marcha. Le cogeré prestada la moto a mi querido amigo el perturbado, el cual lo tengo aquí delante, totalmente atado e inmovilizado. Creo que sabe cual es su destino y lo acepta. No se queja, no pide nada, no abre la boca ni si quiera para maldecirme.

Hace bien, porque diga lo que diga, su destino ya esta escogido. Todo lo que ha hecho merece un pago y lo va a tener. No voy a tener piedad de él. Mañana pagará sus pecados.


- Erik -


martes, 27 de octubre de 2009

+ 27-10-09 + La pareja

08:10 - Que buena idea ha sido parapetar mi posición. No se como, pero ha aparecido un merodeador. Quizás estaba aquí dentro y lo he pasado por alto. Ha intentado atacarme mientras yo dormía, pero al intentar pasar, ha arrastrado los parapetos y ha hecho ruido. Ahí ha sido cuando me he despertado. Con el hacha lo he podido eliminar sin problemas. Voy a llenar el petate con bebida y algo de comida y a continuar mi camino, ya que la calle parece despejada.

- Erik -


14:02 - Primera parada del día. Necesitaba sentarme y comer algo. Ahora mismo estoy en el interior de un restaurante. No hay prácticamente nada de comida. He encontrado alguna que otra lata. ¿Sabéis quién me ha seguido hasta aquí dentro? Mi amigo el chucho jaja. No deja que me acerque a él, pero ahora mismo esta husmeando conmigo por el restaurante. Cuando hemos entrado, había un cadáver en el suelo que se ha empezado a levantar cuando se ha percatado de nuestra presencia. Teníais que haber visto como el chucho se le ha abalanzado y lo ha pillado mordiéndole en el cuello. Ahora entiendo como este perro ha sobrevivido tanto tiempo. Sabe cuidarse solo. Debería ponerle un nombre... Hmmm... ¿Thor? Sí, creo que le llamare Thor. Siempre me gustó ese nombre para un perro grande. Parece que ha encontrado algo de comida, ya que lo veo masticar algo.

Llevo todo el día pensando en algo. Anoche tuve un sueño demasiado desagradable y el cual me da mucho que pensar. He soñado que me encontraba en el hospital. Todo estaba a oscuras y andaba a ciegas. Recorría los pasillos como si intentara huir de algo. Tras de mi oía pasos. Yo quería correr pero no podía, por más que lo intentaba, mis piernas no respondían y solo podían caminar. No se como, pero en el sueño caía al suelo. Todo estaba oscuro menos mi posición, que estaba iluminada por una luz. Los pasos se acercaban hasta que pude distinguir 4 siluetas. Me estaban señalando. Poco a poco las iba distinguiendo. Una de ellas era Manuel. Tenía aspecto cadavérico y un tiro en la cabeza. Me gritaba "¡Tú! ¡Por tu culpa!". Yo intentaba arrastrarme por el suelo pero el miedo me colapsaba. La siguiente silueta era José, el cual también me señalaba. Su aspecto también era cadavérico. Los otros dos eran Javier y Alicia. Todos me gritaban, me acusaban de sus males. Decían cosas como "¡Por tu culpa estamos aquí!", "¡Tú nos has matado!", "¡No mereces seguir con vida!" y "¡Lo vas a pagar!". Yo gritaba que me dejaran en paz y me cubría la cabeza con mis brazos. Seguidamente, un grito me hacía dirigir la mirada a la derecha. Allí estaba Belén, arrodillada en el suelo y cubierta de sangre, gritando y llorando. En ese momento, yo me arrastraba por el suelo intentando acercarme a Belén que actuaba como si no me hubiese visto. En ese instante, varias manos me cogían de brazos y piernas y me inmovilizaban. Javier se arrodillaba a mi lado y mientras de su boca le brotaba sangre, me decía: "¡Ahora tu puta es mia! ¡Redime tus pecados!". De un rápido movimiento me clava el bisturí en la garganta y ahí ha acabado la pesadilla.

¿Que quiere decir ese sueño? ¿Tan culpable me siento por todo lo ocurrido? Quizás no hay otro culpable que yo. Si hubiera actuado de otra forma... Si me hubiera tragado mi orgullo con Javier, ahora todos estarían vivos y a refugio en el hospital. Lo que no entiendo es que pinta Belén en el sueño... :S

El chucho esta en la puerta, muy inquieto. Esto no me gusta. Debo de continuar. Poco a poco me acerco a mi destino, pero aun me queda mucho.

- Erik -


19:33 - Como os dije antes de salir del restaurante, ver al chucho inquieto me ha dado mala espina. Cuando he salido, he visto a bastantes merodeadores dirigiéndose a mi posición. El perro a salido corriendo como un rayo y ha desaparecido por la esquina. He hecho lo mismo en la misma dirección. Me he alejado de la zona lo máximo que he podido pero en mi camino solo he encontrado situaciones similares, calles abarrotadas de merodeadores. He pasado las horas corriendo y escondiéndome, así sucesivamente. Lo malo ha sido cuando a empezado a oscurecer y no he encontrado ningún refugio. Por si fuera poco, me he adentrado a una calle en la que habían cinco corredores. Según parece, no hacía mucho que habían sido infectados, porque estos eran muy muy rápidos. Tras sus espaldas portaban mochilas y demás, así que deduzco que en vida iban como yo, vagando en busca de un lugar seguro. Nada más verlos, he salido corriendo a escape y ahí a comenzado la persecución. No se durante cuanto tiempo he corrido, pero por más que lo he hecho, no he podido dejarlos atrás, los tenía bien pegados a la espalda. Iban tras de mi como alma que lleva el diablo. Pensaba que me iban a atrapar, ya que las fuerzas comenzaban a fallarme, pero cruzando por una calle, he oído voces. Sin parar la marcha, he dirigido la mirada al lugar de donde provenían las voces. En un balcón habían dos personas y una de ellas me gritaba "¡Da una vuelta más a la manzana! ¡Te vamos a abrir el portal!". En ese momento pensaba que las fuerzas no me iban a llegar para dar una vuelta más, pero no tenía otra opción. Mientras me alejaba, he oído dos detonaciones de rifle. He girado la cabeza y solo he visto a tres de mis perseguidores.

Cuando he dado la vuelta a la manzana, totalmente fatigado, he visto en medio de la calle a esas dos personas. Una de ellas, el hombre, empuñaba un arma y apuntaba hacia mi espalda. La otra, una mujer, sostenía una pistola y me hacía señas para que me metiera en el portal. Así lo he hecho, mientras ellos habrían fuego. Una vez dentro, mientras intentaba respirar, ellos han entrado y han cerrado la puerta. El hombre me ha tendido la mano y me ha ayudado a levantarme. Me ha dicho "¡Benvingut! Ya estas a salvo". "Benvingut" es "Bienvenido" en valenciano. No he podido contestar, tenía el corazón que estaba a punto de salirse del pecho. Me han subido a su casa, se han presentado y allí he podido observarles mejor. El tío se me ha presentado como Roberto y ella como Cristina. Roberto tiene pintas de motero y Cristina de Pin-Up. Siempre me he llevado bien con esta clase de gente. Así a ojo, parece que él debe de tener 30 años más o menos y ella sobre los 25.

Están siendo bastante amables conmigo. Lo primero que ha hecho Roberto al subir a casa es servirme un whisky y Cristina me ha preparado algo de comer. Me ha preparado una especie de salsa con ternera. Dicen que la carne la tienen que conservar en sal ya que no tienen electricidad. Quizás por eso debe de estar tan dura la carne, pero no importa, la he devorado como si llevara años sin comer. Me han acribillado a preguntas como "¿Como están las calles?", "¿Cuanto tiempo llevas por ahí vagando?" y "¿Como has sobrevivido todo este tiempo?". He respondido a todas y cada una de sus preguntas. Les he contado toda nuestra historia, desde nuestras semanas de refugio en mi urbanización, pasando por nuestras incursiones a los supermercados hasta nuestros últimos días en el hospital. Ambos han escuchado atentamente cada una de mis palabras.

Ellos también me han contado su historia. Dicen que llevan aquí encerrados prácticamente desde que empezó todo esto. El caos los pilló en una concentración de moteros que se celebraba en un pueblo cercano de aquí. Me han contado que cuando dentro de la concentración, comenzaron los ataques, reino la confusión total. Mucha gente, alarmada por lo que estaba sucediendo, se dejaron llevar por el pánico y comenzaron a disparar con armas de fuego. Supongo que se habrá dado cuenta de mi cara de sorprendido, ya que seguidamente a apuntado "Sí, sí, es que para muchos moteros, nuestra pasión no son solo las motos, sino también las armas". La pareja se ha reído casi al unisono mientras Cristina me ha enseñado su pistola y me ha guiñado un ojo. Yo también me he reído. También me han contado que al principio eran 4 resistiendo en la casa, pero que me puedo imaginar lo que les ocurrió...

- Erik -


20:01 - La obsesión de esta pareja por las Harley-Davidson roza lo enfermizo. Tienen toda la casa adornada con cosas referentes a este tipo de motos. Banderas, fotos, figuritas, trofeos... todo lleno. A mi también me gustan, pero lo suyo es completo fanatismo. Hace unos minutos me ha llamado Roberto. Estaba en la ventana y me ha pedido que me acercase. Cuando me he situado a su lado, me ha entregado otro whisky y un cigarro (¡no sabéis cuanto necesitaba esto último!) y me ha señalado desde el cristal una Harley que hay en frente de la casa. Me ha dicho "¿Adivinas de quién es esa preciosidad? ¡Si me la robasen, hasta daría a cambio a mi novia por recuperarla!", todo esto con las llaves del vehículo en la mano y sin retirar la vista de la moto. Le he dado la razón en lo de que es una preciosidad. No se porque, pero me ha dado un tremendo mareo que me he tenido que sentarme en el sillón. Cristina se me ha acercado y me ha preguntado que si estoy bien. Roberto se ha sentado a mi lado con aspecto de preocupado. No se si será que el whisky me ha sentando mal o que llevo mucha tensión y cansancio acumulado, pero solo ansío echarme a dormir. Me fallan las fuerzas. Se lo he dicho y con una vela me han acompañado a una de las habitaciones, donde me encuentro ahora.

Creo que debo descansar. Se me cierran los ojos y es como si todo me diera vueltas. Fijo la mirada en la bandera de MotorHead que hay en la pared y es como si se moviese...

Necesito dormir...

Lo necesito...

lunes, 26 de octubre de 2009

+ 26-10-09 + Solo

A este paso nunca voy a llegar a mi destino. Avanzó muy poco por diversos motivos. Las heridas me duelen horrores. La herida de la pierna creo que se esta infectando. Necesito cambiarle la venda, pero no tengo nada estéril para cubrirla. El otro motivo de mi lentitud son los merodeadores. Las calles están tan sumamente plagadas que siempre me toca desandar mis pasos, retrocediendo hasta un lugar seguro. He llegado a entrar en calles que por lo menos habían cientos. Cuando se han percatado de mi presencia, han dirigido su rumbo hacía mi. Me ha tocado correr y esconderme. El problema esta en que vaya donde vaya, hay merodeadores. Ayer, caminando por una calle, me interceptaron 2 corredores. Tuve que abrir fuego, así que ya me quedan 3 balas. En estos días no he comido prácticamente nada. Ayer encontré un par de latas las cuales ya me he comido. Por si fuera poco, una de las latas era... era comida de perro. Si, es un poco asqueroso, pero bajo estas circunstancias y con este hambre, vosotros también os la habríais comido. Encima he tenido que compartir la lata. ¿Recordáis ese perro que vi desde el hospital? ¿Ese que intentaron atrapar los merodeadores? Pues lleva siguiéndome desde ayer. No se acerca a mi, me sigue a una distancia prudencial. Aparece al final de las calles y me observa. Si continuo la marcha, va tras de mi, si me intento acercar a él, huye. Cuando me vio abrir la lata de comida, se acerco a mi más de lo habitual. Se quedo a 6 metros de mi, sentado. Le puse comida en el suelo, pero siguió sin acercarse. No se comió la comida hasta que me levante y emprendí la marcha. Es un perro bastante bonito. Si no me equivoco, es un perro de presa, posiblemente un American Staffordshire. Es blanco y marrón. Gracias que parece simpático, ya que con lo grande que es, da miedo.

Hace un rato, he conseguido un hacha. Me va a venir bastante bien para conservar munición. Se lo he arrancado de las manos de un cadáver. Cuando me he acercado al cadáver, no he podido contenerme y he vomitado. El olor era nauseabundo y la visión del desdichado no era mejor. Estaba totalmente despedazado y carcomido. Algunas partes de su cuerpo se movían como si estuvieran latiendo. Esto era a causa de los gusanos... ¡que asco! Bueno, al menos tengo otra arma que me vendrá bastante bien.

Cuando voy caminando por las calles, me voy fijando en las casas, buscando señales de vida. En muchas casas he visto pancartas en los balcones con escritos como "Estamos vivos", "SOS", "Ayuda" y cosas similares. En otro balcón he visto a un señor mayor, empuñando un rifle y observándome. No me ha perdido de vista hasta que he desaparecido por la esquina. No lo juzgo por ello, yo tampoco le he quitado ojo. En este mundo de locos, no me fío de nadie. Quién me asegura que no me iba a pegar un tiro. Y ya en otros balcones, he visto algún que otro merodeador. Uno de ellos, al verme, se ha dejado caer. Después de la caída de dos pisos, no se ha vuelto a levantar.

Creo que después de esta breve pausa para comer y escribiros, voy a salir de mi refugio. Aun me queda mucho camino por delante, ya que he dado tantos rodeos para esquivar a merodeadores que lo único que consigo es alejarme de mi destino. Y las instalaciones portuarias no es que estén cerca, están bastante alejadas. Si me pudiera hacer con algún tipo de vehículo sería más fácil y rápido.

Voy a continuar. Terminare la entrada cuando encuentre un refugio para pasar la noche, pero para eso aun quedan bastantes horas.

- Erik -


18:10 - Ya estoy en mi nuevo refugio. He escogido como morada un pub. No se cuanto habré andado hoy, pero he avanzado bastante. Hoy he tenido suerte, he transitado calles con poca actividad de infectados. Mientras he cruzado esta avenida, he encontrado una cosa que no se si puedo llamarla esperanzadora o alarmante. Toda la calle estaba llena de papeles. No eran papeles cualquiera, ya que cuando he cogido uno, he podido ver que eran papeletas que hacían un llamamiento a la población. Los papeles, de los cuales he guardado uno, dicen así:

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AVISO A LA POBLACIÓN DE VALENCIA

Debido a la incontrolable situación y a el caos que reina en las importantes ciudades, el ejército a establecido una colonia segura en Reus (Tarragona). La colonia cuenta con víveres suficientes para albergar a todos los supervivientes que acudan. La ciudad también cuenta con un perímetro de seguridad el cual es inquebrantable y es vigilado día y noche por el ejército.

En la ciudad ya hay miles de personas refugiadas, las cuales pueden seguir su vida normal gracias a la seguridad que ofrece la colonia.

Rogamos a todo superviviente que intente llegar a la colonia. Todas las demás ciudades han caido y no son seguras.

Recordad que se prohibirá la entrada a toda persona herida o que muestre síntomas de estar infectada con el N5H. Toda persona que llegue será obligada a pasar un reconocimiento médico el cual determinara si puede entrar a formar parte de la colonia.


Fuerzas Armadas Españolas


25 de Septiembre del 2009


ESPAÑA

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¿Colonia segura establecida por el ejército? Como ya he dicho, no se si es esperanzador o alarmante. Esperanzador porque hay una ciudad segura, alarmante porque la cosa debe estar realmente mal cuando habla de que todas las ciudades han caído. Además, Reus nos cae bastante retirado. ¿Que es eso del N5H? ¿Será el virus o bacteria que causa esto? Ni idea, pero eso parece. Estos papeles están esparcidos por toda la calle, así que deduzco que los han tirado desde un avión o helicóptero. Si el lugar es tan seguro como dice el folleto, hay que plantearse si ir. Lo malo será llegar hasta allí, ya que todas las autopistas deben de estar totalmente colapsadas, Habría que utilizar carreteras secundarias y eso nos retrasaría aun más. Pero bueno, tampoco tenemos otra mejor opción.

Acabo de comerme un par de paquetes de patatas fritas. Es lo único comestible que hay en este pub. Aquí solo hay que bebidas, sobretodo, alcohólicas. Ya de paso me he bebido una cerveza. Estaba caliente, pero mejor que nada es. Mañana, cuando me disponga a irme, llenare la mochila que me he encontrado con paquetes de patatas fritas y bebidas. También hay agua embotellada. Menos mal, ya que he bebido poca agua estos días.

Ahora me encuentro tirado tras la barra. He puesto sillas y mesas en la entrada a la barra, así que si mientras duermo, algún merodeador intenta sorprenderme, lo oiré, ya que hará ruido al intentar entrar.

Ya van varios días que estoy solo y no se nada de los demás. ¿Habrán llegado a su destino? ¿Estarán bien? Creo que sí. Eduardo sabe lo que se hace y con él están seguros.

Echo mucho de menos a Belén...

Mi día ha acabado por hoy. Solo me queda descansar y esperar a mañana para continuar la marcha.

- Erik -

sábado, 24 de octubre de 2009

+ 24-10-09 + Eterna oscuridad, en nuestro alrededor, en nuestras esperanzas

Oscuridad, noche, tinieblas, negrura, tenebrosidad... Todos los sinónimos de oscuridad están relacionados con lo malo. Desde el principio de los tiempos, el hombre ha tenido respeto y hasta miedo a todo lo relacionado con la oscuridad. ¿Por qué este sentimiento de animadversión? Muy fácil. En la oscuridad, el ser humano se ve despojado de su seguridad. No sabe que peligros y depredadores acechan a dos metros de él, no sabe de que sitio va a venir el peligro. Su sentido más importante, la vista, es inútil aquí. A falta de la vista, tenemos que hacer uso de nuestro segundo sentido más importante, el oído. Pero el ser humano no ha desarrollado lo suficiente este sentido como lo puede tener cualquier animal. Si en ese escenario de oscuridad, los peligros no son producto de la mente, al contrario, son reales, entonces nuestra especie juega con una importante desventaja...

La noche del jueves 22 transcurrió de la siguiente forma. Manuel se vino a mi habitación como habíamos acordado. Bloqueó la puerta y se sentó en el sillón, empuñando su escopeta. Estuvimos hablando durante un buen rato, sobre Javier, sobre el futuro y sobre mis cosas con Belén. Como apunte de lo último, me dijo que creía mi versión, que salta a la vista que soy un tio demasiado legal. Se agradece ese voto de confianza, lo necesitaba.

Pasaron las horas y los temas de los que tratar se agotaban. Poco a poco, me fui durmiendo. No se cuanto tiempo estuve dormido, quizás minutos, quizás horas, pero un estruendo que provenía del pasillo me arrancó de mis sueños. Me desperté sobresaltado y por lo visto, Manuel también. Estaba en el sillón, con cara de desconcertado y alumbrando con la linterna. Intenté incorporarme, pero Manuel me dijo que estuviera quieto y en silencio. En esos segundos que estuvimos en silencio, pudimos oír como alguien giraba la manivela de la puerta. Alguien intentaba entrar. Manuel se levantó rápidamente y encañonando a la puerta, gritó "¡¿Quién anda ahí?!". Yo empuñe el rifle y me puse en pie. Manuel avanzó a la puerta y con cuidado, aparto los parapetos de la puerta. Le pedí que no saliera, se lo pedí... pero él ni si quiera me escucho. Con una mano sosteniendo la linterna y con la otra la escopeta, abrió la puerta y encañono rápidamente. No había nadie. Me dijo que estuviera expectante a la puerta, que iba a mirar por fuera a ver si podía cazar a Javier. Me dijo que cuando volviera, el llamaría a la puerta, que si alguien entraba sin llamar, no era él. Salió y cerró la puerta a su paso. Ahí me quede yo, lleno de impotencia por no poder hacer nada. En mi estado, completamente magullado, poco podía hacer, más que ser una presa fácil.

Transcurrió el tiempo, pasaron largos minutos y Manuel no volvía. Mire varias veces el reloj y el nerviosismo me comía más cada minuto que pasaba. Pasados 20 minutos, no pude contenerme y empuñando el arma, me dispuse a salir. Cuando ya estaba a unos metros de la puerta, se oyó un disparo. A toda prisa, cojeando, salí de la habitación. La oscuridad me envolvía. Comencé a andar con mi rifle en alto. Todo se desvaneció a mi alrededor cuando noté un fuerte golpe en mi cabeza. Solo recuerdo como mi cuerpo se desplomaba en el suelo, nada más.

No se cuanto tiempo estuve inconsciente, pero cuando abrí los ojos, tenía una luz enfocándome directamente a los ojos. Me deslumbraba y eso no me ayudaba a mi desconcierto. Intente ubicarme, pero era imposible. No entendí nada hasta que oí una voz conocida, la de Javier. Su frase fue "¿Todo bien, hijo de perra?". Como si me hubieran activado con un resorte, intente moverme para incorporarme, pero tenía las manos atadas. Las piernas las tenía libres, así que intente ponerme de pie, pero "el loco" me aconsejo no hacerlo. Me quito la linterna de los ojos y pude verlo encañonandome con la escopeta de Manuel. Hijo de puta... Le pregunté que qué le había hecho y su respuesta fue "Tu puta esta por ahí abajo, con la cabeza abierta". ¿Esta ahí abajo? ¿Que donde estábamos? Cuando vi que puerta había tras sus espaldas, lo comprendí. Estábamos en la novena planta. Debió ver mi cara de espanto, ya que en seguida me dijo:

"Tranquilo, no voy a abrir la puerta y dejarlos salir. Con apuñalarte me basta. No soy tan idiota como para poner en peligro MI refugio. Si estamos aquí es porque sé que es el último sitio donde miraran tus amiguitos. Perderán el tiempo buscándonos por habitaciones y demás. Cuando te degüelle como el cerdo que eres, acabare con ellos, uno a uno. ¿Y sabes a quién dejare con vida? A tu putita. Sera mi zorra personal y me la follare todos los días si quiere seguir comiendo y viviendo en este refugio. Ahora que pienso... lo mismo me hago un harén con tanta puta de vuestro grupo. Si, es buena idea. Así no me canso tan rápido de tu chica..." Comencé a insultarle y a intentar librarme de mis ataduras, pero era imposible. Él continuó: "Os advertí que para estar aquí, teníais que respetar mis normas. Llegasteis los últimos y no habéis respetado mis normas. No solo eso, tú me has atacado y ahora tus amigos me intentan matar. ¿No sabéis respetar las jerarquías? Yo te voy a enseñar a respetarlas..."

Terminada esa frase, me puso un cuchillo en el cuello. Cerré los ojos y asumí mi final. Si algo hay que aprender, es a asumir nuestro destino, sea bueno o malo. En ese instante, una voz quebró el silencio. Javier dirigió la luz a las escaleras y yo giré la vista. Para mi sorpresa, estaba José. Portaba una de las ametralladoras y apuntaba a Javier. El arma le temblaba en las manos. El rostro de "El loco" expresaba desconcierto y rabia. José le ordenó separarse de mi unos metros y este obedeció, mientras dijo "José, este te ha jodido tanto como a mi. Tú mismo me has contado todo lo que te hizo. No seas idiota, baja el arma y déjame acabar con este elemento. Sabes que si no lo hago, él y los demás nos llevaran a la perdición. Tú estabas en mis planes, tú ibas a ser uno de los elegidos para permanecer en este sitio. Te aprecio, eres el único que ha estado a mi lado cuando esta escoria me ha dado la espalda... Hasta mi compañero Rubén me ha girado la cara. Tú eres un verdadero colega, así que baja el arma y acabemos con ellos."

José me dirigió la mirada y temí lo peor. Pero nuevamente, me sorprendió. Devolvió la mirada a Javier y le ordenó que reculara más. Este se puso con los brazos en alto, de espaldas contra la puerta y dijo "Eres como ellos... ¡traidor!".
El arma de José temblaba en sus manos cada vez más. A la espalda de Javier, la puerta era embestida una y otra vez. Los merodeadores estaban agitados, estaban oyéndonos constantemente y eso los excitaba más. Me incorpore y le di las gracias a José. Él me miro, pero no contesto. Sin dejar de apuntar a "el loco", sacó un cuchillo y corto mis ataduras como pudo. Una vez libre, le di una palmada en la espalda y le dije que no lo perdiera de vista, que iba a bajar a llamar a los demás. Baje unos escalones y José le ordenó que tirara la escopeta. Él contestó "¡Una mierda!" y encañono rápidamente su arma. En ese instante, todo me transcurrió a cámara lenta. Una lengua de fuego salió de la escopeta de Javier e impacto a José en el torso. Este fue repelido para atrás y apretó el gatillo de su ametralladora. Una larga ráfaga salió expulsada de su arma y pude ver como varios proyectiles impactaron en Javier. Las paredes se tintaron con su sangre. Lo peor fue lo siguiente... Tuvimos tan mala suerte que algunos de los proyectiles no solo impactaron en la puerta, si no que dieron en la cadena y cuerda que ataban la puerta. Cuando vi que la puerta se habría, mi alma se congeló. No podía creer lo que veían mis ojos. Cuando intente reaccionar, no sabía que hacer. José, bañado en sangre, empuño su arma mientras gritaba y lloraba. Abrió fuego contra la horda que salía desatada. Cada disparo, iluminaba la sala. Podía ver por décimas de segundo con claridad a la horda. Veía impactar las balas y como los de la primera fila caían, pero eran demasiados. Intente coger a José e intentar llevármelo, pero ya era imposible. La horda se le abalanzó encima y lo cubrió. Yo, a escasos metros de él, solo podía oír sus gritos de dolor, sus lamentos... Todavía resuenan sus gritos en mi cabeza, como si los estuviera oyendo ahora mismo, y no puedo contener las lágrimas...

Sin pensármelo, corrí escaleras abajo. Los merodeadores iban tras de mi, así que corrí y corrí, rodeado de oscuridad, mientras en mi mente iba contando los pisos para encontrar el tercero. Iba saltando escalones a ciegas. A veces bajaba dos, en otras ocasiones tres de un tirón, cuatro y me estampaba contra la pared. Todo esto acompañado de un punzante dolor en mis magulladuras y heridas. No se como, pero cuando me faltaba solo un piso para mi destino, tropecé y rodé escaleras abajo, golpeándome la cabeza con un escalón. Nuevamente, me quede sin conocimiento.

Desperté nuevamente rodeado de oscuridad. Fui a moverme, pero algo me heló la sangre. A mi alrededor, ¡se oían los lamentos de los merodeadores!. Espero que nunca paséis por esto, de veras. Oírlos a tu alrededor pero sin poder verlos es una sensación angustiosa. Estar tan cerca de ellos, produce náuseas. Su olor es nauseabundo, ese olor a podrido se te mete hasta en la garganta, dejándote un regusto dulzón en la boca. Recuerdo a las moscas revolotear en la oscuridad, con el zumbar de su aleteo. Mi rostro estaba cubierto de esos insectos. Me quedé quieto en el suelo, sin mover un músculo. Podía oírlos muy cerca de mi. A pesar de esto, no me habían atacado. ¿Por qué? ¿Me habían tomado por un cadáver? ¿No podían localizarme en la oscuridad? Lo único que sabía era que no me podía quedar ahí eternamente, así que me empecé a mover. Me arrastre por el suelo lentamente, guiándome por mi mala orientación. Mientras me arrastraba por el suelo, toque varios pies y piernas... que escalofriante. Por encima mía, oía sus lamentos y distinguía sus pasos. Encontré las escaleras y comencé a descenderlas arrastrándome. A mi derecha podía oír como uno de ellos andaba rozando contra la pared. Descendí las escaleras, temblando como un flan. Noté como me agarraban el pie y, automáticamente, respondí con una patada. Como respuesta obtuve un lúgubre gemido. Se estaban percatando de mi presencia, así que intente ser más rápido. Al fin llegué a la puerta que se suponía que era de la tercera planta. Me incorpore lentamente, la abrí y me deslice hacía el interior, cerrando la puerta mi paso. Ya dentro, me incorpore. Seguía sumido en la penumbra, así que ande a tientas. En voz baja, iba llamando a los demás. Alguien me respondió al final del pasillo. Busque mi mechero y alumbré. Ande unos metros y vi a Manuel. Tenía la cara empapada en sangre a causa de la herida de su cabeza. Se acerco rápidamente a mi y me entrego mi rifle. Él portaba consigo una barra de hierro. Le pregunté por los demás, pero me dijo que no tenía ni idea, que había permanecido inconsciente mucho tiempo a causa del golpe que le había propinado Javier y que cuando se ha recuperado no había nadie. Nada más decirme eso, corrí hacía la habitación de Belén. Manuel me seguía. La habitación estaba totalmente revuelta, como si hubiesen cogido lo más importante a toda prisa. La luz de mi mechero era muy tenue, pero aún así, pude ver algo que me llamó la atención. Había un folio encima de la cama. Era una nota. Ponía:

"Erik, lo siento, si lees esto, dirígete a las instalaciones portuarias. Nos vamos a dirigir allí, es el lugar más seguro que se nos ocurre para refugiarnos. Te escribo esto porque se que estas vivo y se que me encontraras. Me niego a pensar que estas muerto... me niego... te espero. Perdóname por desconfiar de ti, no sabes cuanto me arrepiento...

Te quiero, mi vida...

Belén.".

Una nota escrita a toda prisa del puño y letra de Belén. Aún la conservo y cada vez que la leo, se me estremece el alma.

No había tiempo que perder, así que corrimos en dirección al aparcamiento del hospital. Buscamos las escaleras secundarias y comenzamos a descender. Para no perdernos en la oscuridad, le dije a Manuel que se agarrara a mi camiseta. Bajamos dos pisos y nos paramos. Se oían ruidos a nuestro alrededor... pasos. Le dije que debíamos continuar rápido y así lo hicimos, hasta que Manuel se soltó de mi camiseta. Comencé a llamarlo, pero solo oía ruidos a mi espalda. Encendí el mechero y vi a Manuel rodeado por cuatro merodeadores. Él luchaba como un jabato, propinándole golpes con la barra de hierro, pero de nada servía, eran cuatro. Se le abalanzaron y lo tiraron al suelo. Manuel comenzó a gritar y encañone mi arma. Solo pude efectuar un disparo y por culpa del retroceso, el mechero salto volando de mis manos, cayendo por el suelo. Ya no se oían los gritos de Manuel, solo a esas cosas desgarrar y masticar. ¿He matado a mi propio compañero con mi disparo? Dios... no me puedo perdonar eso...

Corrí escaleras abajo, tanteando los obstáculos con la mano. En más de una ocasión, mi mano tropezaba con "obstáculos" móviles. Sin ver, solo podía empujarlos y seguir huyendo. No se ni como, pero conseguí llegar al aparcamiento. Aquí tenía más visibilidad, ya que las luces de emergencia del aparcamiento alumbraban. Podía vislumbrar a varios merodeadores. Me dirigí a donde se suponía que estaban nuestros coches y sí, ahí estaban, ¡con las ruedas pinchadas! ¡como todos los coches del aparcamiento!. Eso debía ser cosa de Javier. Los merodeadores me empezaban a rodear y me abrí paso a disparos. De detrás de un pilar, apareció otro, abalanzándose. Con la culata del rifle lo rechace. Cuando cayó al suelo y una de las luces lo alumbró mejor, lo reconocí. Era Rubén. Estaba reanimado. Por lo visto, le habían dado caza en el aparcamiento. Tenía el torso destrozado y completamente ensangrentado... Pude ver como colgaban algunos de sus órganos... Que hubieran matado a Rubén en el aparcamiento indica que los demás han huido por el aparcamiento. Sin tiempo que perder, subí la rampa hacia la salida y salí por esta. La verja estaba entreabierta.

Una vez en la calle, vi el panorama. La calle estaba totalmente minada de merodeadores, así que empecé a correr, en busca de un lugar seguro. Lo hice durante horas, hasta que encontré un comercio abierto y allí me refugie. Esa noche la he pasado totalmente en vela, esperando a que en cualquier momento me atrapasen, pero no fue así, no se percataron de mi presencia. Ahí he permanecido hasta que han salido las primeras luces del día y he podido emprender la marcha. Es prácticamente imposible andar por las calles. Las calles están totalmente bloqueadas e infestadas de merodeadores. Pero he de ir a donde me ha dicho Belén. Me quedan pocas balas, ya que la mayoría de munición se debe de haber quedado en el hospital. Para ser exactos, solo me quedan 5 balas. Tengo claro que cuando me quede una, la guardare para una emergencia. Me niego a morir devorado.

Ahora mismo estoy dentro de un comercio de ropa. Creo que voy a pasar la noche aquí. Parece un sitio seguro, ya que esta calle es la única que encontrado que sea menos concurrida por esas cosas. Pasaré la noche donde estoy ahora, bajo el mostrador. Me quedan largas horas de estar aquí encajonado. Mañana, cuando salga el sol, seguiré la marcha.

Espero que los demás estén bien y espero que Belén también lo este. Solo ansío rodearla con mis brazos y decirle que todo va a ir bien, que viviremos juntos, lejos de aquí y tendremos muchos niños...

Joder, como la hecho de menos...

...


- Erik -


jueves, 22 de octubre de 2009

+ 22-10-09 + Bajo un manto de penumbra

09:12 - No he conseguido pegar ojo. He pasado una noche demasiado inquieta. Empiezo a necesitar los tranquilizantes para dormir. Supongo que esto sera la dependencia de la que tanto se habla. De todas formas, he preferido no dormir antes que tomar nada. Si he de cortar con esto, es mejor hacerlo por lo sano. Cuanto más espere, peor sera.
Raúl, por el contrario, ha dormido a pierna suelta. Quizás es porque una pequeña cantidad de los medicamentos le pasó a la sangre. Mientras él dormía, yo no he parado de moverme en el asiento y de dar vueltas por la habitación. He desmontado y limpiado el rifle como unas tres veces, he rellenado con munición el cinto, he garabateado dibujos en un papel... Hasta he hecho un retrato de un merodeador. Ahí esta el dibujo, colgado en la pared XD

Raúl se ha despertado sobre las 8:00. Se ha espabilado quejándose, con un tremendo mareo. Lo primero que ha hecho es pedirme un vaso de agua, porque según ha dicho, tenía un sabor en la boca asqueroso. No ha parado de quejarse de que le duele el estómago. Normal, le han hecho un lavado de estómago, que espera.

He intentado hablar con él sobre lo ocurrido, pero alegando la escusa del malestar general que tiene, me ha conseguido esquivar el tema. Le he dicho que tiene que dejar de tomar tranquilizantes, que cuanto más espere, más fuerte sera el síndrome de abstinencia. Parece que esto lo ha comprendido y a pedido que nos deshagamos de los tranquilizantes o volverá a caer. Le he dicho que así lo haremos, que no vamos a dejar ni uno en todo el hospital. Seguidamente, le hecho la pregunta del millón: ¿de donde a sacado las llaves de la farmacia?. La respuesta, no sé porque, me la temía. Con las manos en la cabeza, me ha contestado: "Me las dio Javier...". Después de oír que él es el culpable, la sangre me arde en las venas. Siento la necesidad de cogerlo y machacarle la cabeza. No lo voy a buscar... si lo hago, me perderé, lo sé. Eso si, si me lo encuentro, os juró que se va a enterar.

- Erik -


11:22 - Hace un rato que he ido al baño y he visto a Eduardo por el pasillo. Le he comentado las novedades de las que me he enterado y Eduardo ha coincidido conmigo: ese ser es un peligro para la comunidad. Dice que busca la discordia para destruirnos, ya que sabe que a la fuerza no nos puede echar de aquí. Hasta es posible que haya sido él el que mató al gato. Pero dice que mientras no actué de frente, no se puede hacer nada. No somos animales para quitarlo del medio así por las buenas. Discrepo. Hay que anticiparse a las jugadas, no esperar a que nos golpeen.

Acabada la conversación con Eduardo, me he dirigido al cuarto de baño del pasillo. ¿A que no sabéis quién estaba allí? Sí, Javier. Cuando he entrado, me he quedado parado y mirándolo. Él estaba lavándose la cara y me ha devuelto la mirada a través del espejo. Me he dirigido al urinario, he pegado una meada y me he lavado las manos. Cuando me disponía a salir del cuarto de baño, me ha perdido la boca. Lo siento, me es imposible callarme. Me he dado la vuelta y le he dicho "¿Sabes que gracias a ti, Raúl casi se muere? ¿Quién te mandaba a ti darle las llaves de la farmacia si sabes que esta enganchado a esa mierda?". No le he faltado el respeto con mis palabras, pero a pesar de eso, su contestación a sido un "Y a mi que me cuentas, payaso...", mientras se sentaba al lado del lavamanos, con mirada amenazante y burlona al mismo tiempo. Visto esto, he sabido que hacer. He abierto la puerta del baño y, sin salir, he lanzado el rifle bien lejos. Seguidamente, he vuelto a cerrar la puerta y poner el cerrojo. Entonces le he dicho "Hasta aquí hemos llegado. Tú o yo, pero los dos no vamos a salir de aquí". Ese hijo de puta me ha dicho que sí y se ha puesto de pie. Es como si hubiese vivido solo para llegar a ese momento. En su cara se dibujaba una expresión de felicidad plena. Nada más bajar, me ha embestido, empotrandome contra la pared. He notado como mi columna vertebral absorbía el golpe y un dolor agudo me recorría la espalda. Me ha mantenido agarrado por la cintura y solo he podido golpearle la cabeza, hasta que me ha soltado lanzándome por los suelos. Me he puesto en pie y cuando corría a darme una patada de las suyas, he podido esquivarla apartándome. Hecho esto, le he dado un puñetazo que le ha impactado en la nuca y otro en las costillas. Se ha retirado rápidamente, ha cogido una de las papeleras metálicas de la pared y me la ha lanzado. He podido esquivarla y ha impactado contra el espejo, partiendo este en mil trozos. Todos los cristales me han caído encima y se han esparcido por el suelo. He corrido hacía Javier y le he propinado una patada a la altura de la boca del estómago y este ha salido despedido contra las paredes de madera que separan los inodoros. A caído derribando estos separadores y le han caído algunos maderos encima. En ese mismo instante, he oído que golpeaban la puerta y decían "¡¡Erik!! ¡¡Erik!! ¡¡Abre la puerta!!". Era Manuel y María. Pero en ese instante estaba tan sumamente cegado que no podía prestar atención a otra cosa que no fuera acabar con ese desgraciado. Javier se levantó saliendo de los maderos y me lanzó varios puñetazos a la cara, de los cuales solo me impactaron los últimos. Se los devolví de la misma forma y le conseguí impactar varios. Seguidamente, conseguí situarme en su espalda y rodear su cuello con mis brazos, asfixiandolo. Ahí ha sido cuando ha empezado a moverse desesperadamente, golpeándome contra las paredes. Cada golpe que me propinaba, un agudo dolor recorría todos los huesos y músculos de mi espalda. Aún así, no lo he soltado. Notaba como luchaba por respirar pero le era imposible. A mi espalda, se podía oír como los demás estaban intentando derribar la puerta a embestidas. Poco a poco, he dejado todo mi peso muerto, para llevarlo al suelo y así a sido. Hemos caído al suelo mientras yo seguía asfixiandolo. En el suelo, notaba como cientos de cristales se clavaban en mi espalda. En ese instante, he notado como algo punzante atravesaba mi pierna. He soltado un grito de dolor y me he visto obligado a soltar a mi presa. Javier se ha podido escabullir y he dirigido la mirada a mi pierna. Ahí tenía un tremendo agujero del cual manaba sangre. Cuando he mirado al indeseable, este estaba arrodillado en el suelo, con una mano en su cuello y respirando con dificultad. En la otra mano sostenía un bisturí. Debí suponer que ese perro no iba a jugar limpio. Intente levantarme para ir a por él, pero él, más rápido, se monto encima mía, inmovilizandome. Por mi cabeza pasó que me iba a apuñalar, pero no, comenzó a propinarme puñetazos. Uno tras otro, impactaban sobre mi cara y mientras mi cabeza rebotaba en el duro suelo de mármol. Cuando se ha cansado de golpearme, ha situado el bisturí en mi cara y ha comenzado a realizarme cortes. Yo no podía moverme, así que solo he podido insultarle y maldecirle. Con una cara de sádico que todavía mantengo grabada en mi mente, me ha situado el bisturí en el cuello y ha dicho "¿Sabes que arteria hay aquí?". Me iba a cortar la aorta. Poco a poco, he notado como ejercía presión con el bisturí. En ese instante, un ruido ha inundado la sala y la puerta a caído derribada a mi derecha. Javier a levantado la cabeza y he podido oír las voces de los demás. He visto como Eduardo, con la katana enfundada, ha golpeado a Javier en la cara y este a caído derribado, liberándome. Rubén y María me han puesto en pie, mientras Manuel y Eduardo han comenzado a patear a Javier, que yacía en el suelo. Con mis brazos en sus hombros, Rubén y María me han sacado del cuarto de baño. Mi visión era completamente roja, ya que tenía los ojos bañados en sangre, la cual me manaba de las heridas de la frente. A pesar de esto, he podido ver a Belén, que estaba mirándome, quieta como una estatua, con las manos tapándose la boca y con la cara llena de lágrimas. He bajado la mirada. En esos instantes, ha pasado alguien corriendo por nuestro lado. He podido ver que era Javier. Corría a toda velocidad con una terrible cojera. Parece que estaba huyendo, ya que detrás de él iban Eduardo y Manuel.

Hace un rato que me han traído a mi habitación y Esther y Rubén me han limpiando las heridas. Tengo la cara hecha un cristo. Cortes por la frente y cara, una ceja partida, un ojo amoratado, pecho y espalda llena de moraduras, una puñalada en la pierna... Me han tenido que llenar de puntos de sutura y vendajes. Me duele todo...

- Erik -


12:14 - Belén ha entrado hace un momento. Solo he podido decirle "¡Vaya! ¡Que honor que me honras con tu visita...!". Ella a contestado "Solo vengo a ver como estas, nada más". Ya lo suponía... pero no sé, tenía la esperanza de que hablásemos del tema tabú. Se ha sentado a mi lado y se ha quedado mirándome, mientras pasaba su mano por mi cabeza. Así se ha pasado unos largos minutos mientras yo le devolvía la mirada. He visto como una lágrima a surcado su mejilla... entonces me he dispuesto a decir "Belén, escúchame por una v...", pero no me ha dejado terminar, ha dicho "Erik, no. No es el momento". Dicho esto, se ha levantado y se ha marchado. ¡Pero que absurda manía en no dejarme hablar! ¡Nunca es el momento!

También han venido Eduardo, Manuel y María. Eduardo me ha dejado el rifle en la cama y me ha dicho que "el loco" ha conseguido esconderse por el hospital. Hay que andar con cuidado, ese perro esta escondido cual rata y algo debe tramar. Me han dicho que hoy van a seguir buscándolo, pero el hospital es muy grande y se necesitan días para explorarlo a fondo. Como no lo encontremos hoy, esta noche habrá que atrincherar muy bien las puertas. Ese desgraciado quiere mi cabeza y no dudara en aprovechar el menor descuido. Le he dicho a María que le diga a Belén que asegure la puerta.

- Erik -


15:20 - Raúl me acaba de traer algo de comer. No tiene muy buen aspecto, debería seguir en cama. Me ha traído una bandeja con comida y la bandeja le temblaba en las manos. Tiene el pulso fatal y esta más blanco que la pared. Le he preguntado que como lo lleva y dice que fatal. Que se encuentra sin fuerzas de nada y que lleva todo el día vomitando. Eso se llama "mono". El cuerpo le esta pidiendo a gritos la dosis diaria a la que se ha acostumbrado. Me ha pedido perdón por lo ocurrido ayer, por todo lo que me dijo. Que no se preocupe, esta todo olvidado.

Me ha preguntado que qué ha ocurrido y se lo he contado. Ya somos dos que odiamos a ese personaje.

- Erik -


20:02 - Se acaba de ir la luz. Solo están las luces de emergencia, las cuales no alumbran prácticamente nada. No se que puede haber ocurrido. Voy a intentar levantarme y a buscar a los demás a ver si saben que ha ocurrido.

- Erik -


20:42 - Ufff... He tenido que recorrer los pasillos a oscuras. He encontrado a los demás y tampoco sabían porque se ha ido la luz. Eduardo y Manuel habían bajado a ver los cuadros eléctricos. A los minutos, han subido. Según dicen, los cuadros eléctricos están destrozados a golpes. Los fusibles están por el suelo, todos rotos. ¿Encontráis a algún culpable en todo esto? Pues sí, habéis pensado en el mismo que nosotros. ¿Que cojones trama con todo esto? Nada bueno. Estamos todos alarmados. La penumbra de la noche ofrece muchas posibilidades de acción para su mente enferma. Quiere acabar conmigo, lo sé. Y cuando lo haga, acabara con los demás. Lo tiene todo perdido, sabe que lo estamos buscando.

Manuel se ha ofrecido para permanecer esta noche en mi habitación. Dice que en mi estado, necesito a alguien que me ayude por si el individuo viene a por mi esta noche. Me he intentado negar, pero me ha dicho que no es negociable. Quizás tiene razón, apenas puedo moverme, estoy molido. Si estoy solo y entra en mi habitación, estoy vendido.

Creo que voy a dejar de escribir por hoy. No puedo ni tirar con mi alma.

Que inseguro me encuentro rodeado de tanta oscuridad...

- Erik -


miércoles, 21 de octubre de 2009

+ 21-10-09 + Perdiendo la cordura

10:05 - Que raro me resulta dormir sin Belén a mi lado. La extraño tanto... tanto, tanto... Todavía sigue sin dirigirme la palabra ni mirarme. Ayer la encontré en uno de los baños. Le intente hablar, pero sin mirarme, se salió de la estancia. Con esto solo logra hacerme más daño. Cada vez que me hace un desprecio, es como si me atravesaran el corazón con una lanza. Siento como el corazón se me encoge y no puedo contener las lágrimas. ¿Me he ablandado con los años? ¿o me ocurre esto porque la quiero con locura? No lo sé, lo único que sé que con esta situación me encuentro como un trapo. Llevo varias noches que tengo que tomar algún tranquilizante para dormir. Si no lo tomo, mi cabeza empieza a pensar y a pensar, a darle vueltas a todo, me desespero, me entra la ansiedad, me comienza a faltar el aire... Por eso necesito una ayuda para dormir. Tengo miedo a engancharme a esas cosas. El que esta enganchado es Raúl. No se cuantos se tomara al día, pero se toma bastantes. Se pasa el día colocado. Hace días que no lo veo sobrio. Anoche, Manuel y yo decidimos quitarle los tranquilizantes y esconderselos. El problema es que los tengo yo, escondidos en mi habitación y es una tentación demasiado grande. No se como reaccionara Raúl cuando se le pase el pelotazo y no encuentre los Trankimazines. Es cuestión de tiempo...

Voy a desayunar algo, que ya es hora.

- Erik -


11:11 - Me he quedado de piedra. Esto parece una casa de locos. Me encontraba en el comedor, desayunando. También estaban Rubén, María y Manuel, cuando de repente, hemos oído un grito. He acudido corriendo, portando el arma, ya que me temía lo peor. Cuando he llegado, la situación distaba mucho de lo que podía imaginar. He encontrado a Elena en una de las salas de espera, llorando. En las manos sostenía a su gatito. Este estaba inerte y empapado en sangre. En ese momento, han acudido Manuel, María, Eduardo y Javier. Elena no paraba de llorar y me he acercado a ver mejor el cadáver del animal. Ver eso me ha quebrado el alma. Parece ser que lo han matado, ya que tenía varios cortes de arma blanca y la cabeza girada 180º. ¿Quién puede tener la sangre fría de hacerle eso a un pobre animal, indefenso y adorable?. Quién lo haya hecho es un puto monstruo... ¿Quién dice que, quién haya hecho eso al animalito, no nos cosa a puñaladas mientras dormimos? Si esta loco, puede ser capaz de hacer cualquier cosa. Le he preguntado a Elena si sabía quién es el culpable, pero su respuesta me ha helado el alma. Ella a contestado "¿Quién a hecho esto? ¡Habrá que preguntarle a la zorra de tu novia!". ¿Belén haciendo eso? ¡Me niego a pensar eso!. Le he dicho que si ha visto a Belén hacerle algo al animal. Me ha contestado que no, pero que después de lo ocurrido, ha sido ella sin duda. He salido de la habitación y he ido rápidamente a buscar a Belén. Necesitaba oír de sus labios que ella no es capaz de hacer eso. No iba ni por la mitad del pasillo, cuando he escuchado gritos y golpes que provenían de una de las habitaciones. He pensado "!Y ahora que cojones pasa!". He entrado a esa habitación y me he encontrado a Raúl, revolviendo toda la habitación mientras gritaba y maldecía. Tiraba todo a su paso, vaciaba los cajones, golpeaba las paredes. He intentado tranquilizarlo, pero de nada a servido, me ha empujado y gritado "¡¡Me los has escondido tú!! !¿Verdad?! ¡¡Me cago en tu puta vida, Erik!!". Os lo dije, era cuestión de tiempo que Raúl estuviera ebrio y necesitara tomar una dosis. Lo que no esperaba es que lo llevara tan mal. Visto esto, me he ido de la habitación, ya que esto podía acabar mal. Lo he dejado ahí, rompiendo todo e insultándome. Estoy conviviendo con un atajo de locos... Estaría más seguro con las cosas de ahí afuera.

Voy a buscar a Belén, necesito hablar con ella sobre lo del gato.

- Erik -


13:20 - Ya he vuelto. He ido a la habitación de Belén, pero no estaba. He encontrado a Esther, que se encontraba escribiendo en una libreta. Que raro... ¿estará escribiendo un diario? Nunca la había visto escribir. He podido ver que tiene varias paginas completamente escritas. Cuando he entrado, ha guardado rápidamente la libreta en su mochila. Le he preguntado por Belén y me ha contestado un "¿No le has hecho ya bastante daño?". No me he podido contener y le he dicho "¿Daño? ¿Yo? ¿A caso sabes a ciencia cierta lo que ocurrió? ¡Si no lo sabes, mejor no opines!". Su respuesta a sido "Yo solo sé que vi salir a Elena de tu habitación, vistiéndose. No creo que estuvierais jugando al parchis...". ¡Lo sabía! ¡Ha sido ella quién a metido el lío! Pero que hija de puta... Le he dicho lo siguiente:

"No sabes el lío que has metido... no lo sabes bien. Has acusado a una persona inocente de algo que no ha hecho. No solo me has destrozado a mi, has destrozado también a Belén, ¡a tu amiga!. ¿A caso estabas mirando por la cerradura para saber si me la follé? Para tu información, te diré lo que ocurrió. Yo salí de la ducha y me la encontre allí. Me empezó a hablar y dijo que me debía mucho y no encontraba forma de pagármelo. Ahí se desnudo... ¡pero la rechacé! Escuchalo otra vez y no lo olvides: ¡¡¡La rechace!!!. Siempre he sido una persona leal y ahora más que nunca. Quiero a Belén más que a mi puta vida y si por ella tuviera que mataros a todos, os metería una bala en el cráneo sin dudarlo. Ahora por tu culpa... ¡por tu maldita culpa! ¡ya no esta a mi lado! Tremenda perra... espero que te sientas a gusto con lo que has hecho, has destrozado dos vidas y solo te digo una cosa, más te vale que esto se arregle, porque si no, lo vas a lamentar... Yo me hundire, pero arrastrare conmigo a todo el que me haya hecho daño. Esto se llama justicia."

Dicho esto, he dado media vuelta y la he dejado ahí, sin palabras para contestar y con cara de sorprendida. Quizás he sido demasiado duro, pero es lo que hay, es lo que siento. No puedo permitir que me jodan y que todo quede impune. Como la odio...

Acaba de entrar Belén. Ahora es mi oportunidad.

- Erik -


14:01 - Si lo sé, no me dirijo a ella... Cuando le he dicho
"Belén, ¿te has enterado de lo del ga...?", no me ha dejado terminar, me ha gritado "¡¿Ahora me quieres acusar de matar al gato de tu zorra?! ¡¿Me ves capaz de algo así?! ¡¡Que engañada he estado contigo...!!".
Ha terminado soltándome un tortazo de los suyos. ¡Joder! ¡Como me jode eso! Pero todavía me humillan más sus palabras... ¿Por qué me hace eso? ¿Tan rápido ha pasado del amor al odio? Quizás nunca me ha querido y todo a sido palabrería barata... :( Ya no se que pensar. Solo se que cada vez que hablo con ella, es para sentirme peor.

Voy a darme una vuelta, necesito despejarme... y tomarme algo para los nervios.

- Erik -


20:31 - No ganamos para sorpresas. Si al menos fueran buenas...

Terminado el anterior párrafo, me he tomado un sedante. He caído KO en la cama, durmiendo varias horas. Las penas me han desaparecido, nada me preocupaba, todo parece más amable con esto... pero cuando se te pasan los efectos, las preocupaciones y males vuelven multiplicados. No os recomiendo acudir a estas cosas para resolver los problemas, ya que no se resuelven, solo los agrava. Pues bueno, me he levantado, totalmente mareado. He caminado a tumbos por el pasillo y he visto salir de la farmacia a Eduardo. Me ha llamado diciendo "¡Erik! ¡Ayudame! ¡Rápido!". He acudido lo más rápido que me ha sido posible en mi estado. Cuando he entrado a la farmacia, he visto a alguien en el suelo. Cuando he conseguido enfocar la vista, he distinguido a Raúl. Tenía la boca llena de espuma y estaba tumbado encima de un montón de botes de medicamentos. Me he sobresaltado al ver esto. Eduardo me ha dicho "Quédate junto a él. Se ha tomado varios tranquilizantes, pero lo he encontrado a tiempo, así que aún se puede hacer algo por él. Voy a llamar a Esther y a Rubén, ellos sabrán que hacer. Intenta que no se duerma". Eduardo ha salido de la habitación a escape y me he quedado ahí, mareado y sin saber que hacer. He intentado espabilar a Raúl. Le he dado tortazos en la cara mientras le repetía su nombre una y otra vez. La verdad es que yo también necesitaba unas cuantas tortas para espabilar. Él solo me ha respondido balbuceaando. He podido ver que en sus manos tenía las llaves de la vitrina de los medicamentos. ¿De donde mierdas las puede haber sacado?

Esther y Rubén han venido en seguida, junto a Eduardo. Como hemos podido, lo hemos subido a una camilla y se lo han llevado rápidamente. Lo han metido en una sala donde tienen los instrumentos necesarios para hacerle un lavado de estomago. Ahora mismo le están haciendo el lavado. Mientras os escribo, estoy fuera, en la sala de espera. Supongo que no les quedara mucho, ya que llevan un buen rato.

- Erik -


22:40 - Raúl esta bien, a dios gracias. Ahora estoy junto a él en su habitación. Él esta durmiendo. Ha tenido suerte de que Eduardo lo haya encontrado a tiempo, sino, no lo cuenta. Cuando despierte, intentare hablar con él, hacer que recapacite. Alguien tiene que vigilarlo esta noche, así que me he ofrecido voluntario. De todas formas, no iba a poder dormir...

Tantos problemas me están volviendo loco...

- Erik -


lunes, 19 de octubre de 2009

+ 19-10-09 + Días de exploración y discusiones

Siento haber estado sin escribir estos últimos días. Espero que entendáis que no es fácil llevar un orden bajo todo este caos. En estos cuatro días, las cosas han transcurrido como va siendo habitual: discusiones, nerviosismo, desconfianza, exploración del lugar.. El pan nuestro de cada día. A pesar de esto, se puede decir que las cosas van "bien", ya que podían ir mucho peor. Si algo he aprendido con todo esto, es ver el lado bueno de las cosas, por muy mal que vaya todo. Me es difícil, pero lo intento.

Como decía, estos días han habido varias discusiones. La primera, Belén conmigo. No se como, pero se ha enterado de lo que hizo Elena. No se como, pero alguien se ha enterado y se lo ha dicho. Y como no, lo he pagado yo. Anteayer me llamó Belén. Estaba en la sala de espera de la tercera planta. Tenía los ojos empañados en lágrimas. Por lo visto, llevaba un buen rato llorando. Cuando me acerque a preguntarle que le pasaba, me apartó de un manotazo y me dijo si tenía algo que contarle. Tonto de mi, le dije que no. La verdad, en ese momento, ya ni me acordaba de lo ocurrido días atrás con Elena. Cuando le dije que no, me soltó un sonoro "¡¡mentiroso!!". Me quedé desconcertado y Belén se puso a llorar. Ahí fue cuando me di cuenta de que iba la cosa, pero le pregunté que qué ocurría. Ella me dijo "Te has follado a Elena, ¿verdad? Me lo han dicho, me lo han contado todo". Me parece muy bien que le cuenten todo lo relacionado conmigo, pero si se lo cuentan, que se aseguren de que lo que cuentan es real y no una jodida suposición. Le expliqué lo ocurrido y le juré por lo más sagrado que mi versión era la buena, que no soy un cabrón y que la respeto. Ella, entre lloros, dijo que no sabe si puede creerme, que la han puteado mucho y que necesita unos días para pensar y aclararse la mente. Después de esto, se levantó y se marchó. Ahí me quede una hora, tirado en una esquina y, aunque me da un poco de vergüenza decirlo, llorando como un crío. Que duro es actuar correctamente y que nadie te crea, que te acusen de hacer cosas que no has hecho. Que mal...
Estuve ahí un buen rato, hasta que unos gritos me alarmaron. Baje corriendo al piso inferior y me encontré lo que menos esperaba. Belén le estaba pegando a Elena. La llevaba de lado a lado, estirándole del pelo. Elena intentaba escaparse mientras gritaba, pero le era imposible, Belén la tenía bien cogida del pelo, mientras le gritaba "¡Zorra! ¡niñata! ¡tenías que joderlo todo!". Todos intentaban separarlas, pero les era imposible. Aún recuerdo a Javier apoyado en la pared, mirando y sin hacer nada. Grandisimo hijo de puta esta hecho... Como pude, me metí por el medio y conseguimos separarlas. Intente llevarme a Belén a parte, pero cuando la cogí, me soltó un tremendo tortazo. Ahí intervino Esther, mirándome mal, y se llevó a Belén, la cual lloraba desconsoladamente. Elena le gritaba mientras Belén se alejaba "¡Estas loca! ¡pregúntale a Erik, que él te diga lo que ocurrió!". Yo no se quién le habrá contado esto, pero sospecho de alguien. Yo creo que ha sido Esther. Quizás ella vio salir a Elena de la habitación y ha hecho suposiciones erróneas. María y los demás me han preguntado que porque a ocurrido esto, pero yo, por respeto, he preferido no contar nada.

Belén sigue sin hablarme, ni si quiera me mira a la cara. Después de lo ocurrido, ha sacado sus cosas de la habitación y se ha ido a otra. Ahora no se ni lo que hacer. Debe de creerme, debe de confiar en mi. Le he dicho la verdad, ¡no merezco esto!... esto no puede acabar así...
Confío en que lo entenderá y recapacitara. Solo quiero que me de la oportunidad de explicarme y que me escuche. Si no recapacita, no se que haré... :(

...

En fin, voy a seguir relatando más cosas ocurridas, que me acongojo. Ahora debo de centrarme en escribir, que esto me ayuda a evadirme por unos instantes.

Estos días hemos explorado a fondo todas las plantas, menos la última, claro esta. Hemos encontrado de todo y, por suerte, muy pocos merodeadores. Han habido algunas sorpresas non gratas, como por ejemplo, cuando hemos entrado a la morgue. Se nos han puesto los pelos de punta. Dentro de los cajones para los cadáveres, ¡se oyen golpes!. O sea, que todos los cadáveres que hay ahí dentro, están reanimados. También habían dos bolsas para cadáveres con sus respectivos dentro. Estas se movían por el suelo. Esto ha sido totalmente tétrico y espeluznante. Entre Eduardo, Manuel y yo, hemos golpeado a los merodeadores de ahí dentro hasta que han dejado de moverse. Esta sala no nos a gustado ni un pelo, así que hemos cerrado la puerta y atado los pomos. De esta forma, nos aseguramos de que nada saldrá ni entrara.

Hemos encontrado una pila llena de informes de los días previos a todo este caos. Os puedo transcribir alguno, ya que tengo varios aquí delante:

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Paciente: Lucia Pérez Garcia

Fecha de nacimiento: 01/08/1978

Diagnostico: Ingresada por una infección en una herida de grandes dimensiones ubicada en el brazo, producida, según dice, por una mordedura. La paciente sufre fiebre alta y tremendos delirios. Debe de ser ingresada con carácter de urgencia.

Observaciones y seguimiento:

02/08/09

La paciente es ingresada a las 13:10. Su temperatura corporal es de 40º, así que le hemos administrado una inyección de Metamizol sodico de 1 gramo. Le hemos limpiado la herida y realizado las curas pertinentes. Procedemos a la espera de que la fiebre le baje.

13:40 - La paciente ha sufrido fuertes convulsiones. Ha expulsado por la boca grandes cantidades de saliva en forma de espuma. No descartamos que sea una reacción al medicamento.

14:13 - La fiebre no le ha descendido ni un grado. Sigue delirando y no es consciente de la realidad. Tiene momentos en los que es consciente de lo que le rodea y llega razonar, pero rápidamente vuelve al estado delirante.

16:04 - La fiebre a descendido un grado, pero la paciente sigue delirando. Hemos procedido a extraerle sangre para descartar o confirmar si se trata de algún virus. También se le van a realizar análisis de orina y heces.

16:25 - La paciente a vuelto a sufrir fuertes convulsiones. La herida le supura, así que hemos tenido que limpiarla nuevamente y curar. Le hemos tomado la tensión arterial y esta es bastante alta: 16 - 12

17:01 - La fiebre le a vuelto a ascender a 40º. Le hemos administrado un sedante y ahora se encuentra durmiendo. Seguimos a la espera de los resultados de las analíticas, las cuales han sido enviadas con carácter de urgencia preferente.

20:16 - Las analíticas muestran ciertas anomalías. Existe presencia de un agente vírico, así que procedemos a ingresar a la paciente en la planta de enfermedades infecciosas.

21:34 - La paciente vuelve a sufrir fuertes convulsiones. Ha expulsado cierta cantidad de sangre por los orificios corporales.

22:10 - No responde a las estimulaciones. La paciente ha entrado en coma.

23:20 - La paciente a fallecido. Todo apunta a que ha tenido un fallo cardiaco. No ha sido posible reanimarla con éxito. Procedemos a enviar el cuerpo a la sala de autopsias, donde se confirmara la causa de la muerte.

Hora de la expiracion: 23:15

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Como este informe, hay cientos. 11 horas y 20 minutos ha tardado en actuar el supuesto virus en esta chica. Pero según he visto en otros casos, no siempre tarda tanto. Hay casos en los que ha tardado solo ¡3 horas!. Que mal rollo me da esto. Los síntomas siempre son los mismos: fiebre alta, convulsiones acompañadas de espuma por la boca, incontinencia, secreciones con sangre, coma, muerte... y reanimación del cadáver. Uff... poco halagüeño.

A continuación os dejo unas fotos que hemos tomado de las instalaciones. Hemos ordenado y limpiado un poco la zona, ya que esto era un desastre:










Creo que hasta aquí llega mi entrada de hoy. Hoy no estoy demasiado inspirado para seguir escribiendo, ya que la discusión con Belén me ha afectado bastante. Espero que las cosas con ella se arreglen pronto. Ojala recapacite y me escuche, ojala, o no se que va a ser de mi...

- Erik -


jueves, 15 de octubre de 2009

+ 15-10-09 + Lealtad

10:10 - Hace nada que me he despertado. A pesar de que tenemos las persianas bajadas del todo, la luz entra por las rendijas. Con razón, hace un día veraniego, a pesar de que estamos en Octubre. Hasta hace un poco de calor. Sí es que el mundo se ha vuelto loco hasta para eso.

En las calles, se empieza a ver actividad de merodeadores. No hay muchos por la zona norte, es más, solo parece haber un par. Por la zona sur, hay unos pocos más, 10 más o menos. Estos parece que no se han percatado de nuestra presencia, así que podemos permanecer tranquilos por el momento. No paran de deambular entre los coches, sin rumbo aparente. Es como si constantemente se encuentran buscando "alimento". Hace un rato a pasado un perro en busca de comida. Pobre animal... a dios gracias, los merodeadores no lo han podido capturar, a pesar de que lo han intentado. Se le han abalanzado, hasta lo han seguido, pero el chucho, sin problemas, los ha evadido como a querido.

Ufff... Huelo que apesto. No soy el único, aquí todos olemos a rayos. Hace bastantes días que ni nos cambiamos de ropa, ni la hemos lavado y ni si quiera nos hemos pegado una ducha. Creo que va siendo hora de darle solución a esto. Obviamente, aquí debe de haber una lavandería. Duchas las hay en todas las habitaciones, así que por eso no hay problema. Ahora ire a ver si encuentro la lavandería. Voy a desayunar algo y a intentar quitarme la mugre de encima y os sigo contando acontecimientos.

- Erik -


12:33 - No paro de llevarme sorpresas. Estoy alucinado, yo no se que le pasa por la cabeza a la gente. En fin...

Hemos encontrado la lavandería en la planta sótano. Me ha acompañado Elena y María. Íbamos de camino por los corredores del sótano, cuando de una sala han salido dos merodeadores. Debimos de suponer que podía ocurrir esto, esta planta apenas la hemos mirado. No los hemos visto hasta que los teníamos encima. Al primero lo ha noqueado María de una patada. Este ha ido al suelo. Cuando nos hemos dado cuenta, el segundo ha acorralado a Elena. Se le ha tirado encima y han caído al suelo. Elena, entre gritos, se ha conseguido zafar de las dentelladas, pero no se lo podía quitar de encima. Sin pensar, he cogido un extintor que había en la pared y le he asestado un golpe en la cabeza. Elena ha podido alejarse y he podido acabar con el infectado. Seguidamente, hemos hecho lo mismo con el otro, que ya estaba en pie. Elena se ha puesto a llorar amargamente, pero todo a quedado en un simple susto. No le ha conseguido morder. De todas formas, se ha quedado en shock por elsusto. Sinceramente, por unos momentos he pensado que no lo contaba.

Hemos emprendido la marcha, pero esta vez con más precaución y hemos encontrado la lavandería. Una vez allí, nos hemos quitado las ropas, las hemos metido a una de las lavadoras y puesto unos atuendos de médico que hemos encontrado aquí. No eran de nuestra talla, pero bueno, para llevarlas mientras se lavaban las otras, nos han sido de utilidad. Hemos dejado las ropas lavando y hemos subido arriba. Hemos informado a los demás de que pueden lavar la ropa abajo y la noticia a sido recibida con mucho entusiasmo, sobretodo por Belén. Seguidamente, han bajado todos, menos Raúl, que estaba en un sillón tirado, sobado. Creo que estaba colocado de Trankimazines, otra vez. "El loco" tampoco estaba a la vista. Que poco me fío de no tenerlo vigilado... Hecho esto, he dejado a los demás y me he ido a pegarme una buena ducha.

Estaba en el cuarto de baño de mi habitación, duchándome, cuando he oído la puerta. He pensado que sería Belén, así que he dicho "¿Ya has puesto a lavar tu ropa? ¡Espero que de paso hayas subido la mía!". He seguido enjuagandome a la espera de una respuesta que no ha llegado. Eso me ha mosqueado, así que he dicho "¿Belén? ¿me oyes?". Nada. Ahí a sido cuando he salido de la ducha, completamente empapado y he cogido el rifle, que lo había dejado en el cuarto de baño. Intento tener el arma lo más cerca posible por lo que pueda pasar. Mirar antes, que hemos bajado desarmados y lo que ha pasado. Pues bien, con el arma apunto, he abierto la puerta del baño y me he encontrado con la sala a oscuras. Precavidamente, me he asomado y he visto que por los huecos de la persiana entraban algunos rayos de luz. Había una silueta en la ventana, parecía que estaba sentada en la cama. Totalmente alarmado, he apuntado con el arma y he preguntado que quién era. He aquí mi asombro, por lo que digo que no comprendo el que le esta pasando por la cabeza a muchos de mis compañeros. A contestado Elena con un claro "Soy yo...". Le he dicho que me ha pegado un susto de muerte, que qué quería. Ella me ha dicho que me ha traído la ropa, que ya estaba limpia y seca, así que he cogido una toalla y me he acercado a coger la ropa. En ese instante, Elena se ha levantado y la he podido ver mejor. Llevaba puesta una bata de médico y el rostro con síntomas de haber seguido llorando amargamente. Ahí a sido cuando me ha dicho:

"Erik... No se como decirte esto... Pero tu ya me has salvado la vida en dos ocasiones. Se que por ti estoy hoy aquí, a salvo, ya que cuando nadie quiso ayudarme, tu insististe y te arriesgaste por ayudarme. Hoy, me has vuelto a salvar la vida. Si no me llegas a quitar a eso de encima, me habría matado. Son tantas cosas que ya te debo que no se pagan con un simple gracias... Así que no encuentro mejor forma de agradecerte todo lo que has hecho por mi que así...".

En ese momento, se ha quitado la bata y ¡se ha quedado completamente desnuda!. ¡Pero que le pasa por la cabeza a esta chiquilla! ¡Dios, porque me tienen que pasar a mi esta clase de cosas! ¿Como creéis que he reaccionado? Simplemente, no he podido reaccionar, ¡me he quedado de piedra!. No me esperaba esto ni por asomo. ¿Que hacer en esta situación? ¿Dejarse llevar y luego olvidarse o seguir en el camino de la lealtad?

Al ver que me he quedado de hielo, ella a avanzado hacía mi y a dicho "Se que estas con Belén, lo sé... Pero es la mejor forma que encuentro para agradecerte lo que has hecho por mi. Tampoco nos engañemos, estas muy bien, me gustas y pienso que yo a ti también. No se si mañana estaré viva, así que prefiero disfrutar cada segundo de mi vida como si fuese el último. No padezcas, no le diré nada a ella...". En ese momento, ella estaba delante mía, mirándome a los ojos. Elena es una chica preciosa. Es más joven que yo, 5 años más o menos. Y su cuerpo es... espectacular...
He continuado sin decir nada, completamente quieto y asombrado. Ella ha cogido y me ha abrazado y entonces... he salido del shock. La he apartado de mi y le he dicho "No tienes nada que agradecerme. Lo que he hecho es lo correcto ha hacer. Vistete, por favor, y salte de la habitación antes de que esto traiga mayores consecuencias. Eres preciosa, pero debes de comprender que no puedo hacer esto...". Elena se ha quedado unos segundos mirandome y ha contestado un "Lo comprendo...". Seguidamente, se ha vestido y marchado.

Llamarme idiota, llamarme gilipollas, llamarme todo lo que queráis, pero soy un hombre de principios. Si estoy con alguien, debo actuar como quiero que actúen conmigo. Si pido fidelidad, debo ofrecer lo mismo, no hay más. Si esto me hubiese pasado unas semanas atrás, otro gallo habría cantado.

¿Debería comentárselo a Belén? No, no creo que sea lo más acertado. Ya hay bastante tensión en el ambiente como para crear más.

- Erik -


17:14 - No paro de darle vueltas a lo antes acontecido. Esta claro que ella tiene razón con eso de que no sabemos si mañana estaremos vivos y hay que disfrutar de cada segundo como si fuese el último. ¿He seguido el camino más correcto? ¿Belén habría actuado de igual manera?. No sé... espero que si. No debo darle más vueltas a esto, lo hecho, hecho esta. Tengo un compromiso a seguir y una obligación moral. Que mañana pueda estar muerto no implica a que tenga que dar rienda suelta a todo lo que me gustaría hacer. Toda mi vida he seguido un camino recto, basado en la lealtad y debo permanecer en él hasta el final.

Cambiando de tema, es un alivio poder llevar ropa limpia. Y después de la ducha, me he quitado el olor a perro callejero. Belén se ríe, dice que ahora ya me puede besar tranquilamente porque ya no huelo a oso. Lo mismo le digo jaja. Todos han hecho lo mismo, han lavado las ropas y se han duchado.

Hay algo que me inquieta demasiado... Ahora me encuentro en la sala de espera y están por aquí casi todos, pero últimamente, hay dos que van mucho a su bola, más apartados del grupo. Javier y José. Lo de "el loco" es comprensible. Me tiene asco a mi y a todo el grupo después de lo ocurrido. José se siente desplazado por lo que ya sabéis. No me preocupa que vayan por libre, lo que me preocupa es que últimamente los veo muy juntos, siempre hablando. Parece que están haciendo una bonita amistad... vaya, vaya. Dios los cría y ellos se juntan, que gran verdad. No sabéis hasta que punto me inquieta esto...

- Erik -