jueves, 22 de octubre de 2009

+ 22-10-09 + Bajo un manto de penumbra

09:12 - No he conseguido pegar ojo. He pasado una noche demasiado inquieta. Empiezo a necesitar los tranquilizantes para dormir. Supongo que esto sera la dependencia de la que tanto se habla. De todas formas, he preferido no dormir antes que tomar nada. Si he de cortar con esto, es mejor hacerlo por lo sano. Cuanto más espere, peor sera.
Raúl, por el contrario, ha dormido a pierna suelta. Quizás es porque una pequeña cantidad de los medicamentos le pasó a la sangre. Mientras él dormía, yo no he parado de moverme en el asiento y de dar vueltas por la habitación. He desmontado y limpiado el rifle como unas tres veces, he rellenado con munición el cinto, he garabateado dibujos en un papel... Hasta he hecho un retrato de un merodeador. Ahí esta el dibujo, colgado en la pared XD

Raúl se ha despertado sobre las 8:00. Se ha espabilado quejándose, con un tremendo mareo. Lo primero que ha hecho es pedirme un vaso de agua, porque según ha dicho, tenía un sabor en la boca asqueroso. No ha parado de quejarse de que le duele el estómago. Normal, le han hecho un lavado de estómago, que espera.

He intentado hablar con él sobre lo ocurrido, pero alegando la escusa del malestar general que tiene, me ha conseguido esquivar el tema. Le he dicho que tiene que dejar de tomar tranquilizantes, que cuanto más espere, más fuerte sera el síndrome de abstinencia. Parece que esto lo ha comprendido y a pedido que nos deshagamos de los tranquilizantes o volverá a caer. Le he dicho que así lo haremos, que no vamos a dejar ni uno en todo el hospital. Seguidamente, le hecho la pregunta del millón: ¿de donde a sacado las llaves de la farmacia?. La respuesta, no sé porque, me la temía. Con las manos en la cabeza, me ha contestado: "Me las dio Javier...". Después de oír que él es el culpable, la sangre me arde en las venas. Siento la necesidad de cogerlo y machacarle la cabeza. No lo voy a buscar... si lo hago, me perderé, lo sé. Eso si, si me lo encuentro, os juró que se va a enterar.

- Erik -


11:22 - Hace un rato que he ido al baño y he visto a Eduardo por el pasillo. Le he comentado las novedades de las que me he enterado y Eduardo ha coincidido conmigo: ese ser es un peligro para la comunidad. Dice que busca la discordia para destruirnos, ya que sabe que a la fuerza no nos puede echar de aquí. Hasta es posible que haya sido él el que mató al gato. Pero dice que mientras no actué de frente, no se puede hacer nada. No somos animales para quitarlo del medio así por las buenas. Discrepo. Hay que anticiparse a las jugadas, no esperar a que nos golpeen.

Acabada la conversación con Eduardo, me he dirigido al cuarto de baño del pasillo. ¿A que no sabéis quién estaba allí? Sí, Javier. Cuando he entrado, me he quedado parado y mirándolo. Él estaba lavándose la cara y me ha devuelto la mirada a través del espejo. Me he dirigido al urinario, he pegado una meada y me he lavado las manos. Cuando me disponía a salir del cuarto de baño, me ha perdido la boca. Lo siento, me es imposible callarme. Me he dado la vuelta y le he dicho "¿Sabes que gracias a ti, Raúl casi se muere? ¿Quién te mandaba a ti darle las llaves de la farmacia si sabes que esta enganchado a esa mierda?". No le he faltado el respeto con mis palabras, pero a pesar de eso, su contestación a sido un "Y a mi que me cuentas, payaso...", mientras se sentaba al lado del lavamanos, con mirada amenazante y burlona al mismo tiempo. Visto esto, he sabido que hacer. He abierto la puerta del baño y, sin salir, he lanzado el rifle bien lejos. Seguidamente, he vuelto a cerrar la puerta y poner el cerrojo. Entonces le he dicho "Hasta aquí hemos llegado. Tú o yo, pero los dos no vamos a salir de aquí". Ese hijo de puta me ha dicho que sí y se ha puesto de pie. Es como si hubiese vivido solo para llegar a ese momento. En su cara se dibujaba una expresión de felicidad plena. Nada más bajar, me ha embestido, empotrandome contra la pared. He notado como mi columna vertebral absorbía el golpe y un dolor agudo me recorría la espalda. Me ha mantenido agarrado por la cintura y solo he podido golpearle la cabeza, hasta que me ha soltado lanzándome por los suelos. Me he puesto en pie y cuando corría a darme una patada de las suyas, he podido esquivarla apartándome. Hecho esto, le he dado un puñetazo que le ha impactado en la nuca y otro en las costillas. Se ha retirado rápidamente, ha cogido una de las papeleras metálicas de la pared y me la ha lanzado. He podido esquivarla y ha impactado contra el espejo, partiendo este en mil trozos. Todos los cristales me han caído encima y se han esparcido por el suelo. He corrido hacía Javier y le he propinado una patada a la altura de la boca del estómago y este ha salido despedido contra las paredes de madera que separan los inodoros. A caído derribando estos separadores y le han caído algunos maderos encima. En ese mismo instante, he oído que golpeaban la puerta y decían "¡¡Erik!! ¡¡Erik!! ¡¡Abre la puerta!!". Era Manuel y María. Pero en ese instante estaba tan sumamente cegado que no podía prestar atención a otra cosa que no fuera acabar con ese desgraciado. Javier se levantó saliendo de los maderos y me lanzó varios puñetazos a la cara, de los cuales solo me impactaron los últimos. Se los devolví de la misma forma y le conseguí impactar varios. Seguidamente, conseguí situarme en su espalda y rodear su cuello con mis brazos, asfixiandolo. Ahí ha sido cuando ha empezado a moverse desesperadamente, golpeándome contra las paredes. Cada golpe que me propinaba, un agudo dolor recorría todos los huesos y músculos de mi espalda. Aún así, no lo he soltado. Notaba como luchaba por respirar pero le era imposible. A mi espalda, se podía oír como los demás estaban intentando derribar la puerta a embestidas. Poco a poco, he dejado todo mi peso muerto, para llevarlo al suelo y así a sido. Hemos caído al suelo mientras yo seguía asfixiandolo. En el suelo, notaba como cientos de cristales se clavaban en mi espalda. En ese instante, he notado como algo punzante atravesaba mi pierna. He soltado un grito de dolor y me he visto obligado a soltar a mi presa. Javier se ha podido escabullir y he dirigido la mirada a mi pierna. Ahí tenía un tremendo agujero del cual manaba sangre. Cuando he mirado al indeseable, este estaba arrodillado en el suelo, con una mano en su cuello y respirando con dificultad. En la otra mano sostenía un bisturí. Debí suponer que ese perro no iba a jugar limpio. Intente levantarme para ir a por él, pero él, más rápido, se monto encima mía, inmovilizandome. Por mi cabeza pasó que me iba a apuñalar, pero no, comenzó a propinarme puñetazos. Uno tras otro, impactaban sobre mi cara y mientras mi cabeza rebotaba en el duro suelo de mármol. Cuando se ha cansado de golpearme, ha situado el bisturí en mi cara y ha comenzado a realizarme cortes. Yo no podía moverme, así que solo he podido insultarle y maldecirle. Con una cara de sádico que todavía mantengo grabada en mi mente, me ha situado el bisturí en el cuello y ha dicho "¿Sabes que arteria hay aquí?". Me iba a cortar la aorta. Poco a poco, he notado como ejercía presión con el bisturí. En ese instante, un ruido ha inundado la sala y la puerta a caído derribada a mi derecha. Javier a levantado la cabeza y he podido oír las voces de los demás. He visto como Eduardo, con la katana enfundada, ha golpeado a Javier en la cara y este a caído derribado, liberándome. Rubén y María me han puesto en pie, mientras Manuel y Eduardo han comenzado a patear a Javier, que yacía en el suelo. Con mis brazos en sus hombros, Rubén y María me han sacado del cuarto de baño. Mi visión era completamente roja, ya que tenía los ojos bañados en sangre, la cual me manaba de las heridas de la frente. A pesar de esto, he podido ver a Belén, que estaba mirándome, quieta como una estatua, con las manos tapándose la boca y con la cara llena de lágrimas. He bajado la mirada. En esos instantes, ha pasado alguien corriendo por nuestro lado. He podido ver que era Javier. Corría a toda velocidad con una terrible cojera. Parece que estaba huyendo, ya que detrás de él iban Eduardo y Manuel.

Hace un rato que me han traído a mi habitación y Esther y Rubén me han limpiando las heridas. Tengo la cara hecha un cristo. Cortes por la frente y cara, una ceja partida, un ojo amoratado, pecho y espalda llena de moraduras, una puñalada en la pierna... Me han tenido que llenar de puntos de sutura y vendajes. Me duele todo...

- Erik -


12:14 - Belén ha entrado hace un momento. Solo he podido decirle "¡Vaya! ¡Que honor que me honras con tu visita...!". Ella a contestado "Solo vengo a ver como estas, nada más". Ya lo suponía... pero no sé, tenía la esperanza de que hablásemos del tema tabú. Se ha sentado a mi lado y se ha quedado mirándome, mientras pasaba su mano por mi cabeza. Así se ha pasado unos largos minutos mientras yo le devolvía la mirada. He visto como una lágrima a surcado su mejilla... entonces me he dispuesto a decir "Belén, escúchame por una v...", pero no me ha dejado terminar, ha dicho "Erik, no. No es el momento". Dicho esto, se ha levantado y se ha marchado. ¡Pero que absurda manía en no dejarme hablar! ¡Nunca es el momento!

También han venido Eduardo, Manuel y María. Eduardo me ha dejado el rifle en la cama y me ha dicho que "el loco" ha conseguido esconderse por el hospital. Hay que andar con cuidado, ese perro esta escondido cual rata y algo debe tramar. Me han dicho que hoy van a seguir buscándolo, pero el hospital es muy grande y se necesitan días para explorarlo a fondo. Como no lo encontremos hoy, esta noche habrá que atrincherar muy bien las puertas. Ese desgraciado quiere mi cabeza y no dudara en aprovechar el menor descuido. Le he dicho a María que le diga a Belén que asegure la puerta.

- Erik -


15:20 - Raúl me acaba de traer algo de comer. No tiene muy buen aspecto, debería seguir en cama. Me ha traído una bandeja con comida y la bandeja le temblaba en las manos. Tiene el pulso fatal y esta más blanco que la pared. Le he preguntado que como lo lleva y dice que fatal. Que se encuentra sin fuerzas de nada y que lleva todo el día vomitando. Eso se llama "mono". El cuerpo le esta pidiendo a gritos la dosis diaria a la que se ha acostumbrado. Me ha pedido perdón por lo ocurrido ayer, por todo lo que me dijo. Que no se preocupe, esta todo olvidado.

Me ha preguntado que qué ha ocurrido y se lo he contado. Ya somos dos que odiamos a ese personaje.

- Erik -


20:02 - Se acaba de ir la luz. Solo están las luces de emergencia, las cuales no alumbran prácticamente nada. No se que puede haber ocurrido. Voy a intentar levantarme y a buscar a los demás a ver si saben que ha ocurrido.

- Erik -


20:42 - Ufff... He tenido que recorrer los pasillos a oscuras. He encontrado a los demás y tampoco sabían porque se ha ido la luz. Eduardo y Manuel habían bajado a ver los cuadros eléctricos. A los minutos, han subido. Según dicen, los cuadros eléctricos están destrozados a golpes. Los fusibles están por el suelo, todos rotos. ¿Encontráis a algún culpable en todo esto? Pues sí, habéis pensado en el mismo que nosotros. ¿Que cojones trama con todo esto? Nada bueno. Estamos todos alarmados. La penumbra de la noche ofrece muchas posibilidades de acción para su mente enferma. Quiere acabar conmigo, lo sé. Y cuando lo haga, acabara con los demás. Lo tiene todo perdido, sabe que lo estamos buscando.

Manuel se ha ofrecido para permanecer esta noche en mi habitación. Dice que en mi estado, necesito a alguien que me ayude por si el individuo viene a por mi esta noche. Me he intentado negar, pero me ha dicho que no es negociable. Quizás tiene razón, apenas puedo moverme, estoy molido. Si estoy solo y entra en mi habitación, estoy vendido.

Creo que voy a dejar de escribir por hoy. No puedo ni tirar con mi alma.

Que inseguro me encuentro rodeado de tanta oscuridad...

- Erik -


5 comentarios:

irakolvenik dijo...

Todos sabíamos que algo tenía que pasar... y ha pasado. Erik no se ha podido resistir y Javier lo estaba esperando. Sólo me viene a la cabeza decir: menudo cabrón. Estoy segura de que hizo también lo del gato. En fin, hasta que no acaben con él, se lo va a hacer pasar mal a todos...

PS: menudo ritmo de publicación llevas, esto es genial!

Miembro de la resistencia dijo...

Este es el típico cabrón mal de la cabeza que hace todo lo posible e imposible para destruir a sus "enemigos". Pero bueno, a todo cerdo le llega su san martin, ¿no?

Intento llevar un buen ritmo, ya que la historia es a tiempo real y si no publico, pierde la gracia. Lo jodido es sacar al menos una hora al día para hacer un capitulo. Pero bueno, haciendo piruetas lo consigo, ya que mi trabajo es muy flexible (H)

¡Estoy a la espera de una nueva entrada en Plaguelanders! Me tenéis ansioso jaja

Saludosss

J-Zombie dijo...

buena entrada.
Acerte con lo de las llaves,habre acertado con lo del gatito?
Ahora seguramente el loco permitira la entrada de los putos podridos(no se porque pero en ese momento Javier morira).
Yo este domingo ya cuelgo el capi 40 y descanso hasta el 25 de Noviembre.

irakolvenik dijo...

La verdad es que mola mucho que la historia sea en tiempo real. Es como... estás unos días sin publicar, y pienso... Ya le habrá pasado algo chungo a Erik!

Bueno, en Plaguelanders tenemos nueva entrada en breves, de hecho la estoy preparando ya! Aunque no podemos llevar un ritmo muy fuerte porque es complicado coordinarse dos personas para escribir, así que vamos a nuestra marcha ^^

david98 dijo...

si fuera javier abria la puerta del atico , la llena de zombies i ala A MORIR TODOS, no estoy con el solo digo k seria lo lojico, pero claro soltandolos el es muy dificil k escapara...