jueves, 1 de octubre de 2009

+ 01-10-09 + Un amanecer acompañado

09:07 - Siento como si me martillearan la cabeza, como si esta me fuera a estallar en mil pedazos. Anoche bebimos demasiado. El alcohol de segundas marcas es criminal para las resacas. Pero a pesar de esto, no me arrepiento de nada. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien, que no bebía hasta perder el control, que no bailaba hasta la extenuación, que no... amanecía junto a una mujer. Sí, habéis leído bien.

Aquí me encuentro, en una casa situada varios pisos arriba de la nuestra, en el ático. Mientras escribo estas lineas, en la cama se encuentra Belén, durmiendo tranquilamente. Esta tan increíblemente preciosa durmiendo con los rayos de sol iluminando su rostro... No se que van a pensar los demás de todo esto. Quizás nos llaman inconscientes, o niñatos, por estar actuando de esta forma bajo las circunstancias que nos encontramos. Que piensen lo que quieran...

Me llegan a la mente pequeños retazos de la "fiesta" de anoche. Me acuerdo que empezamos a beber, las botellas se abrían y vaciaban con una rapidez pasmosa. No se quién fue, pero alguien saco unos cd's de música y los puso en la minicadena. Comenzamos a bailar y a reír mientras seguíamos bebiendo. Apartamos la mesa del salón he hicimos una pequeña pista de baile improvisada. Recuerdo vagamente a María bailando con Manuel y hablándose al oído. Raúl y José no paraban de hacer el idiota y se reían a carcajadas. Eduardo estaba tirado en el sillón con la mirada perdida y una botella de whisky en la mano, dando un trago cada poco. Este, de vez en cuando, nos miraba y soltaba una pequeña sonrisa. De lo siguiente que me acuerdo es de que busque a Belén con la mirada. Estaba apoyada en la pared, con un vaso en la mano, riendo y mirando a Esther, que intentaba sacar a bailar a Eduardo. Por lo poco que pude ver, Esther consiguió animar a Eduardo y se puso a bailar (o más bien, intentarlo) con ella. Seguí mirando a Belén, que seguía riendo. Con el valor que da el alcohol y sin miedo al fracaso, me dirigí a Belén y la cogí de la mano, llevándola con los demás. Me puse a bailar con ella y ella me siguió. Mientras bailaba, me lanzaba sus sonrisas, pero esta vez no apartaba tímidamente la mirada. Lo que hace el alcohol...

Después de bailar y bailar con Belén, viendo que Raúl y José empezaban a ser un incordio y que María y Manuel estaban muy acarameladitos, le dije a Belén que me siguiera. Me siguió hasta el rellano y allí, le besé. No me apartó la cara. Lo siguiente ya os lo podéis imaginar, no os voy a dar otros detalles más que subimos las escaleras (como pude, porque cada 3 escalones tropezaba y Belén se reía) y acabamos en el último piso, en la casa del ático. Hasta aquí se puede contar ;)

Voy a bajar a ver como están los demás, subo en seguida, despierto a ese ángel que esta durmiendo en la cama, nos despejamos de la resaca juntos :D y os cuento más.

- Erik -


10:26 - Bueno, por aquí tengo a Belén levantada. Como se nota que anoche estaba menos tímida por el alcohol. No es que ahora sea tan tímida como al principio, ¡solo faltaría eso después de esta noche!, pero no ha podido evitar ponerse roja cuando la he despertado besándola. Ahora me estaba diciendo: "¡Pero que les voy a decir a estos! ¡Que vergüenza cuando baje! Me van a empezar a hacer preguntas y más preguntas..." Le he dicho que no se preocupe, ya que cuando he bajado, el panorama es de risa: Eduardo esta tirado en el sillón, con la botella vacía en la mano y roncando a pierna suelta, José esta que ni si quiera puede hablar de la resaca que lleva encima y Raúl esta en el rellano, junto a la puerta, hecho un ovillo apoyado en la pared y sujetando la escopeta, mientras habla entre sueños. Esther duerme en una de las habitaciones y Manuel y María... seguro que no preguntan, si no quieren que les pregunten a ellos. Cuando he bajado, María salía de una de las habitaciones donde he podido ver a Manuel vistiéndose. María a cerrado la puerta rápidamente y a empezado a intentar hablar para dar una explicación, pero no le he dejado terminar y me ido riendo. Ella se ha empezado a reír también.

Me alegro de que todos lo hayamos pasado bien, ya tocaba algo de diversión. Nos hemos evadido de la realidad toda una noche y eso se agradece. No creo que se acerquen buenos tiempos para nosotros, y eso se nota cuando llega la hora de comer o de cenar. Hoy vamos a tener que pensar algo.

Voy a ver que tal se presenta el día. Desde la terraza del ático puedo tener una visión más amplia de la ciudad.

- Erik -


10:47 - El panorama esta de la siguiente forma: este ático esta situado hacía la zona sur, así que puedo ver la zona este, sur y oeste. Las fincas no dejan ver ampliamente el horizonte, pero algo puedo ver. La horda sigue agolpada por la zona este del complejo, pero esta vez más numerosos (aún si cabe) y empiezan a agolparse también por el muro sur. Por suerte, el muro suroeste sigue bastante despejado, siendo solo unos pocos lo que se agolpan. La primera calle que tenemos en frente a la izquierda, sigue tal cual estaba al principio del caos, embotellada de vehículos. Desde aquí he podido ver que el embotellamiento llega hasta, aproximadamente, un kilómetro de aquí. Al final del embotellamiento, hay, lo que parece, un cordón policial. He bajado a por los prismáticos para asegurarme y así es. Los coches de policía se encuentran cruzados. Posiblemente, hicieron eso para evitar que la gente huyese, o tal vez, para contener un ataque por parte de los infectados. De nada les sirvió. La otra calle esta situada a la derecha de esta. Por esta es por la cual fuimos al supermercado la primera y segunda vez. Esta como siempre y no parece embotellada kilómetros abajo. Se divisan algunos merodeadores en la lejanía, pero nada comparado con lo que tenemos montado aquí abajo. Desde aquí ya no puedo ver con claridad más calles, solo una vista generalizada de la ciudad. Puedo divisar alguna que otra columna de humo en la lejanía. Lo curioso a sido que, observando fincas y demás, he visto una serie de destellos que me han deslumbrado. Cuando he observado con detenimiento, era una persona, la cual me observaba con otros prismáticos y me hacía destellos con un espejo. No se que respuesta esperaba obtener por mi parte, así que le he saludado y he hecho un gesto con el dedo en señal de "Ok". Me ha imitado y me he metido para adentro de la casa.

Seguidamente, se me ha ocurrido acceder al ático norte y observar esa zona. La puerta de esta casa estaba abierta, ya que la abrimos en nuestras anteriores incursiones en busca de alimentos. Aquí el panorama es muy diferente. En esta parte no hay ciudad, ya que por aquí solo hay campos y mucho más allá, montañas. Esta la autovía que sale de la ciudad y sigue hacía el norte. La autovía es un verdadero caos. Esta completamente colapsada de vehículos, del principio hasta donde llegan mis prismáticos. En un caso dado, la autovía es imposible de tomar como ruta. Desde aquí alcanzo ver el pueblo más grande de los alrededores, que esta a 4-5 kilómetros. Cerca de este pueblo, hay una zona de ocio, es decir, una serie de centros comerciales. Pensándolo bien, allí tenemos supermercado. Dudo mucho que este lo hayan podido saquear, ademas, al no estar en el pueblo, quizás la gente ni si quiera a accedido a el. Tal como estamos, creo que es la mejor opción, ya que como estamos comprobando, acceder a las casas para obtener alimentos es un fracaso total. Pero si vamos al centro comercial, podemos acceder al supermercado y hacernos con suficientes provisiones para meses. Como la autovía esta colapsada, podemos tomar carreteras secundarias, que conducen de pueblo en pueblo hasta acceder a la zona de ocio. No es mala idea. Voy a proponerlo.

- Erik -


12:33 - La idea a sido recibida con poco entusiasmo. Cuando he contado como tendriamos que desarrollar el plan, he percibido en los ojos de todos miedo y preocupación. Eduardo, la persona más serena del grupo, ha dicho que no tiene ningunas ganas de exponerse más ante esas cosas, pero que si no hay otro remedio para subsistir, se ofrece voluntario. Raúl a dicho lo mismo, que si es necesario, él también va. Manuel, sentado en el sillón, se ha sentido incómodo ante nuestras miradas. Los hemos observado expectantes, esperando oír una respuesta sobre su decisión, pero él, hábilmente, a desviado la atención a José, dirigiéndole la mirada. José estaba con una mirada que transmitía el pánico que le estaba corroyendo por dentro. Sin decir nada, se ha ido a la habitación. No se porque, pero su egoísmo ni me sorprende ni me viene de nuevo. Manuel, sin poder demorar más su respuesta, a aceptado entre dientes. Lo que ya no me esperaba, es lo siguiente: María ha dicho que nos acompaña y, por si fuera poco, Belén también. Conozco el potencial de María, se que en una situación de peligro, tiene más cojones que nosotros. Lo sé y lo he visto, pero Belén... pienso que nos va a entorpecer. No sabemos como puede reaccionar ante esas cosas. Y, ¿sabéis lo peor de esto? Que soy el único que piensa así. Nadie ha hecho una sola declaración de incorfomidad. Esto es ridículo, pero, ¿que puedo hacer yo si quiere venir? Si María dice que viene, a ella no se le puede apartar, esta en su derecho de hacer lo que quiera. ¡Quién soy yo para negarle nada! La conozco de unos pocos días, me gusta, lo reconozco, pero, ¡no somos nada! Solo hemos tenido una noche loca, unos revolcones y punto. Yo lo he pasado bien y ella más de lo mismo, punto. Que haga lo que quiera, no me complico más la vida.

Cuando a dicho que viene, he mostrado mi inconformidad dando un portazo y marchándome de la casa.

- Erik -


15:00 - Desde esa breve conversación hasta ahora, he estado en la zona noroeste, sentado en un banco, pensando. Mientras, me he entretenido con el rifle de perdigones, haciendo puntería con algunos de los merodeadores que pasaban por allí y se han percatado de mi presencia. Esther me ha buscado y se a sentado junto a mi. Al principio, he actuado como si ella no estuviera y ella se ha dedicado a observarme, en silencio, mientras yo seguía jugando a mi macabro juego. Al final a roto el silencio preguntándome que me ocurría, ¡como si no lo supiera! Que bien actúa la gente cuando quiere. Se lo he explicado, le he dicho que Belén no esta preparada para salir y enfrentarse a estas cosas. Ella a callado por unos momentos. Creo que piensa que ese no es el único motivo por el cual no estoy conforme, pero ella no me ha dicho nada. Al final ha dicho: "¿Y quién lo esta?". Con esa pregunta me ha dejado descolocado, pero como si nada he podido salir airoso de la pregunta alegando que nosotros ya hemos tenido experiencia, tanto en incursiones como en eliminar merodeadores. Ahí a venido la segunda pregunta que me ha vuelto a tambalear: "¿Y como sabes que ella no ha tenido experiencia en eliminar merodeadores?". Ahí me ha pillado, lo reconozco. Por momentos me quedo sin argumentos para defender mi postura. Esther, viendo que me he quedado callado, totalmente descolocado, a seguido hablando. Voy a intentar reproducir sus palabras con la mayor fidelidad posible:

"Como ya te contó mi hermano, sabes como nos pilló todo esto. Estábamos tranquilamente en un bar, cuando nos atacaron esas cosas. Entraron a dentelladas, arrasando a las personas más próximas a la puerta. Pobres desdichados... Manuel y yo nos encontrábamos en el fondo del bar. Al principio, nos tomamos todo esto como una broma, como si hubiera una cámara oculta. El sentido común te dice que esto no puede ocurrir, que solo ocurre en las pelis de miedo. Empezamos a ver la realidad cuando veíamos que mucha gente que intentaba mediar en la "pelea" y separar, acababan heridos y sangrando a borbotones. Dos de las personas que resultaron heridas mientras intentaban mediar, fueron el padre y el hermano de Belén. Si no recuerdo mal, el padre fue mordido en el cuello y el hermano, en el brazo. Entre los allí presentes, pudieron acabar con los merodeadores y cerraron la persiana del bar. Recuerdo a Belén llorar desconsoladamente, abrazando a su padre mientras este se desangraba lentamente y su vida se esfumaba. Como era de esperar, murió a los minutos. Belén gritaba de desesperación y el hermano la intentaba consolar entre lágrimas. Así estuvo hasta que algunos de los cadáveres se empezaron a reanimar, entre ellos, el de su padre. Belén se quedo atónita y confusa. Hacia nada, yacía muerto sobre un charco de sangre y ahora estaba levantándose como si nada. El hermano de Belén, sorprendido, gritó "¡Papá! ¡Estas vivo!" mientras abrazaba a su padre, pero lo que él no sabía es que ya no era su padre. Este le dio una dentellada en el hombro y la confusión y desesperación se generalizó. ¡Los cadáveres atacaban a los allí presentes! Pero Belén seguía congelada, mirando a su "padre" como se acercaba hacia ella. No pude ver bien toda la escena, ya que nosotros ya teníamos suficiente confusión y nervios encima, pero según pude ver, ella, con una silla, le golpeó y golpeó la cabeza al cadáver andante de su padre. Después de esto, mientras dentro se debatía una batalla campal, se sentó en una silla y permaneció ante el cadáver de su hermano. Este no tardo en reanimarse y repitió lo mismo con él. Desde entonces, no le he visto derramar una lagrima más. ¿Sigues pensando que no esta lo suficiente preparada para esto? Ojala no lo estuviera..."

Después de oír esto, no supe que decir. Esther me miró fijamente y viendo que no le contestaba, se levantó y antes de irse dijo "ahora ya sabes que sí esta preparada, pero si los motivos de tu disconformidad son más personales, ahí ya no puedo decirte nada". Después de decir eso, se marchó.

No sabía nada de esto...

- Erik -


16:57 - Después de comer nuestro mísero rancho (un par de latas de garbanzos para todos), hemos estado debatiendo cuando hacer la incursión y como. El día esta más o menos claro, pasado mañana. Lo haremos sobre el mediodía y rezo por que llueva. Hemos pensado que una buena opción sería ir en dos coches. 3 personas en el jeep y otras 3 en mi coche. Las armas las repartiremos e intentaremos gastar la menos munición posible. Hace un momento he estado revisando la munición que hay para la ametralladora del jeep. Queda el cinto que hay cargado y una caja con otro cinto de 300 balas. Parece más que suficiente, siempre y cuando las ráfagas sean cortas y precisas. No se cuantas balas expulsara la ametralladora por minuto, pero deben de ser bastantes, así que no hay que excederse.

El camino a seguir lo conozco bastante bien y Eduardo también. Son carreteras secundarias, así que nos llevara algo de tiempo llegar, siempre y cuando la carretera se encuentre despejada. Estoy casi seguro de que lo estará, ya que parece ser que toda la gente intento huir por la autovía y allí se produjo el embotellamiento.

- Erik -


23:12 - Aquí me encuentro, sentado en la terraza del ático, bebiendo una copa de vino. Bueno, más que una copa, bebiendo de la botella directamente. Hay que aprovechar cada minuto, cada segundo de esta vida, ya que un día lo tienes todo y al día siguiente puedes perder hasta la vida. Me suelo acordar mucho de Alicia. Recuerdo que dije que jamás la perdonaría. Fui muy duro diciendo eso. Claro que la perdono y hasta en ocasiones, la comprendo. No me siento emocionalmente bien y hace un momento, cuando me he asomado y he mirado al vacío, he pensado cosas que no quiero pensar. Cuando me atacan esos pensamientos, intento replantearme las cosas y analizar la situación. Eso he hecho hace un momento. Me paro y pienso: sí, estoy viviendo un puto holocausto. Casi nada de lo que conocíamos funciona tal cual lo recordamos. Las personas que antes vivían, reían, lloraban... la mayoría no existe, esta muerta. Debo sentirme afortunado de que la vida me haya brindado la oportunidad de luchar por mi supervivencia. Mejor esto que no estar al otro lado de la valla, ¿no?. Por eso tengo que disfrutar de cada momento que se me presenta y no pensar en el futuro y mucho menos pensar en "soluciones" que no tienen vuelta atrás.

Lo siento, Alicia. Tomaste el camino equivocado. Debiste plantearte dos veces la situación y llegar a la conclusión que yo he llegado. De todas formas, te perdono, claro que te perdono...

Va siendo hora de ir a dormir. Voy a buscar a Belén. Me gustaría dormir con ella esta noche, tenerla al lado, olvidar por una noche toda esta mierda mirando el reflejo de la luna en su rostro... y sentirme vivo, ya que cada minuto puede ser el último.

- Erik -

4 comentarios:

J-Zombie dijo...

Muy bueno,momentos como el narrado en este capitulo hacen que estas historias merezcan la pena ser leidas,algunos comenten el error de que si hacen una historia de ZOMBIES,todo son tiros y tiros,y mas y mas ZOMBIES,pero lo bueno de estas historias es en cierto modo pasar los ZOMBIES a un segundo plano y que quede en primer plano la convivencia de los personajes,con sus mas y sus menos,resaltando el estres de la situacion,la tranquilidad en ciertos momentos,pero sin olvidar tampoco lo que trata.
Muy bueno en mi opinion,sigue asi.

Miembro de la resistencia dijo...

Claro, ahí esta. El lado humano de los personajes es tan importante como los zombies, es algo imprescindible en toda narrativa apocalíptica.

De todas formas, ya tendréis tiempo de hincharos a zombies y más zombies, te lo digo yo ;)

Gracias por la critica.

Un saludo, Zurita.

Fer dijo...

Sin duda, estoy con juanmanuel, ha sido una entrada que te hace replantearte muchas cosas... Has plasmado muy bien los sentimientos, eso yo lo veo muy importante. Continúa con ello, está muy bien!!

Miembro de la resistencia dijo...

Gracias Fer! :)