+ 16-08-09 + Un día nefasto...

Ruego disculpas por la tardanza en publicar la entrada. Lo entenderéis cuando leáis todo lo sucedido.

6:12 - Ya tardaba demasiado. Alicia acaba de sufrir otro ataque y este ha sido uno de los peores. No podíamos sacarle la lengua y se estaba asfixiando. Las convulsiones eran muy violentas. Casi la perdemos. No puede aguantar ni un día más sin su medicación. Tenemos que darle una solución hoy mismo.

Voy a intentar seguir durmiendo.

- Erik -

10:12 - Lo hemos hablado y vamos a salir para intentar conseguir la medicación ya mismo. No nos queda otra. También hemos hablado con Eduardo. El sera el que nos abra la puerta del patio y ya de paso se volverá con nosotros. Vamos a llegar por el alcantarillado, ya que viendo como esta la cosa fuera de la urbanización es lo más seguro. Lo malo es que María esta empeñada en venir. Esta claro que esta preparada para enfrentarse a los merodeadores, pero con solo ir tres personas basta. Bueno, ella sabrá. Alicia se tendrá que quedar sola. Después de este último ataque, esta fatal física y animicamente. Tiene la cara desencajada y una cara de pena impresionante...

Lo dicho, salimos ya. Espero escribir otra entrada.

- Erik -

13:50 - Dios mio... ¡Esto no puede estar pasando! ¡¿Por qué ha hecho eso?! Ha sido una egoísta, una maldita egoísta...


14:12 - Creo que debo de relataros lo que a ocurrido, aunque no tengo ni fuerzas ni ganas, pero cuando elegí escribir nuestras vivencias implicaba escribir tanto lo bueno como lo malo. Es un compromiso y debo de seguir adelante. Os voy a relatar todo desde el principio, incluyendo nuestra incursión.

Hemos bajado a la urbanización y como pensábamos, todo despejado. Nos hemos dirigido a la tapa de alcantarilla y descendido por las escaleras. Alicia estaba en el balcón para avisarnos de posibles peligros. Una vez dentro de la alcantarilla nos hemos guiado por instinto, ya que no teníamos ni idea de como llegar hasta la finca de la farmacia. Después de perdernos varias veces y gracias a la orientación de María, hemos llegado a nuestro destino. Hemos salido precavidamente y sin hacer ruido. He salido el primero y he observado como estaba la calle de merodeadores. Solo habían cinco a la vista, todos a una distancia prudencial. Como no se han percatado de nuestra presencia, hemos salido rápidamente y hemos corrido hasta la entrada de la finca de Eduardo. Allí estaba él, dentro del patio con su arma improvisada, esperándonos para abrirnos la puerta.

Una vez dentro, no hemos tenido tiempo de presentaciones, nos ha guiado directamente hasta la puerta trasera de la farmacia. Una vez allí, hemos golpeado a la puerta, ya que la última vez había gente recluida. Nadie contesto, así que golpeamos la puerta con la culata del rifle hasta que la destrozamos y pudimos acceder. Nuestro comité de bienvenida fueron dos merodeadores. En una rápida acción, María y José detonaron sus armas y estos cayeron desplomados en el suelo. Entramos con extrema precaución por si habían más. Asegurada la zona, comenzamos a buscar el medicamento. Nos costo encontrarlo, pero una vez localizado, llenamos la mochila de cajas de este medicamento. Ya de paso buscamos más medicinas útiles.

Hecho esto, corrimos a la salida. No sé como lo hacen, no lo sé, pero los merodeadores de fuera ya estaban agolpados en el cristal de la puerta y esta vez eran siete. Titubeamos unos segundos y nos preguntamos que hacer, pero no podíamos perder tiempo ya que podían venir más, así que descargue el cargador de la escopeta contra el cristal. A pesar de pegarles varios tiros a escasa distancia solo pude abatir a tres. Mientras yo cargaba el arma, María, José y Raúl se encargaron de los que quedaban. Una vez limpia la salida, corrimos hacia la alcantarilla. Mientras descendíamos, varios merodeadores se percataron de nuestra presencia y comenzaron a acercarse, pero nos dio tiempo perfectamente a descender y cerrar la tapa. Una vez en las alcantarillas, no fue difícil encontrar el camino. En cuestión de 10 minutos ya estábamos dentro de la urbanización. Mire al balcón, pero no estaba Alicia.

Ya en casa, tomamos aire. Estábamos exhaustos de tanto correr y necesitabamos respirar. María comenzó a llamar a Alicia, pero esta no contestaba. Nos resultó raro. Fuimos a las habitaciones y no estaba. María entró al baño y pego un grito. En ese momento me temí lo peor y no estaba equivocado. Acudimos corriendo y contemplamos la dantesca escena. Alicia estaba metida en la bañera. Había sangre por todas partes. Se había cortado las venas.

No entiendo porque ha hecho eso. María rompió a llorar y gritar. José salió rápido del baño y Raúl estaba en una esquina con las manos en la cabeza. María intentaba sacar de la bañera a Alicia. Le daba tortas en la cara para que despertara, pero estaba claro que no estaba inconsciente, sino muerta. Ahí ocurrió lo que nadie se temía. Alicia abrió los ojos. Pero sus ojos eran diferentes, carentes de brillo. En ese momento entendí lo que estaba pasando. De un zarpazo aparté a María, que estaba abrazando a Alicia y justo en ese instante Alicia intento coger a María. Alicia se había convertido en una de esas cosas. Yo estaba tan centrado en apartar a María que me descuide y Alicia se me abalanzó encima tirándome al suelo. Intentaba morderme y como podía yo la intentaba apartar. Por más que les pedía ayuda nadie hacia nada. Todos estaban atónitos mirando la escena, hasta que Eduardo reacciono y con su lanza improvisada atravesó el cráneo de Alicia. Si no llega a ser por él no lo cuento.

Nos hemos jugado la vida por ir a buscar su medicina y así nos lo ha pagado, quitandose la vida y haciendo que nuestra incursión haya sido en vano. Se que ha aguantado mucha presión, pero todos estamos igual. Ha sido egoísta, se ha ido cuando más necesitabamos estar unidos. Eso es de cobardes. No se lo perdonare jamás...


- Erik -