viernes, 18 de junio de 2010

+ 18-06-10 + Desterrado

Han pasado 7 días desde la marcha de Iván y todavía no ha vuelto. Quizás es demasiado pronto para que vuelva. No tengo ni idea de a donde se habrá dirigido, hacía donde piensa él que se esconde el Skull Korps. La verdad, no me comentó nada de que rumbo pretendía tomar. Posiblemente, su primera parada ha sido la gasolinera donde descubrió la hebilla. Allí puede encontrar alguna pista de que rumbo han tomado esos hijos de mala madre. Al menos, ese sitio sería al primero que me dirigiría yo en su lugar. La marcha de Iván se ha tomado con más recelo que esperanza. Yo confío plenamente en Iván, pero se que algunos de mis compañeros no. Por ejemplo, hace unos días hablé con Esther y me dio su opinión sobre Iván. Según ella, a pesar de que Iván ha hecho muchas cosas buenas por el grupo, piensa que su repentina marcha en busca del Skull Korps no tiene un trasfondo transparente. Según su teoría, la cual no comparto en ninguno de sus aspectos, es posible que Iván nos venda al Skull Korps y les revele nuestra actual posición. Para ella, si Iván ha pertenecido a ese grupo, algún tipo de lazo o sentimiento lo sigue uniendo a ellos. Según ella dice, palabras textuales, "un lobo no se convierte en cordero sin la ayuda de Dios". Mi opinión sobre su teoría es que no tiene validez y lo que le ocurre es que esta muy influenciada por Miguel, el cual, a pesar que no lo ha dado a entender en sus varios enfrentamientos con Iván, no guarda muchas simpatías por este. Y a las pruebas me remito con lo que os voy a contar a continuación.

Esta mañana, cuando Belén y yo nos hemos levantado, nos hemos dirigido al salón comedor para desayunar, como todas las mañanas. En la mesa más alejada, situada en una esquina de la sala y en la cual siempre nos sentamos todo el grupo, hemos encontrado a Hans y Eduardo, ambos charlando tranquilamente. Allí nos hemos sentado y al poco han venido María, Esther y Elena. Aprovecho para decir que esta última no esta, al menos aparentemente, apenada por la marcha de Iván. No ha dado ni una sola muestra de tristeza o preocupación. Bueno, mientras desayunábamos tranquilamente, un miembro de la comunidad, el cual iba ataviado con túnica y cubre cabezas, se ha acercado a la mesa, y de forma tímida y sin mirarnos a los ojos, se me ha dirigido a mi. Me ha dicho que Miguel quería que fuera a verlo en cuanto terminase de desayunar. No he entendido que podía querer de mi. He mirado en la mesa "presidencial", pero allí no he visto a Miguel. Su asiento estaba vació. En ese momento he pensado: ¿Donde narices estaba? Desde que estamos aquí, nunca ha faltado a una comida de la comunidad. Cuando le iba a preguntar al hombre del disfraz (así los llama Belén. No puedo evitar una carcajada siempre que los llama así) donde podía encontrar a Miguel, este ya se había alejado de la mesa. Como ya os comente hace poco, los demás miembros de la comunidad nos rehuyen como si fuésemos apestados. Mis compañeros se han extrañado de que Miguel quisiera verme y Eduardo se ha ofrecido acompañarme a dicha cita, pero le he dicho que no hace falta. Eduardo no se fía nada de Miguel. Aunque desde que estamos aquí, esta tranquilo, Eduardo no baja la guardia por si Miguel y su comunidad nos da alguna ingrata sorpresa. Bueno, eso le ocurre a Eduardo y a la mayoría de nosotros, obviando a los dos conversos, Esther y Juanca. Este último pasa más tiempo con su nueva hermandad que con nosotros.

Después de recibir la noticia de que Miguel quería verme, apenas he seguido desayunando y no he tardado en levantarme de la silla y dirigirme a buscar a Miguel. Lo he buscado en la iglesia y viendo que aquí no estaba, he decidido ir a su dormitorio a ver si allí se encontraba. No he encontrado a nadie de camino a este. Por lo visto, toda la comunidad se encontraba en el salón comedor. Nada más llegar a la puerta de su habitación, he dado unos golpes en esta en señal de llamada. No ha tardado en dejarse oír la voz de Miguel con un "Adelante". Nada más abrir la puerta, lo que me ha llamado la atención ha sido la tenue y anaranjada luz de varias velas que iluminaban la habitación. A pesar que era de día, las persianas de la habitación estaban bajadas. Casi al fondo de la habitación, sentado tras un escritorio de madera, cerca de la cama, estaba Miguel. Su rostro era el mismo que el día que se enteró de que alguien había acabado con el cadáver reanimado de Fede. La siempre sonrisa de su cara no se encontraba por ningún lado. Después de saludarlo, he andado hacía donde estaba él. Mientras he avanzado, me he fijado en todos los detalles de su habitación. Nunca había entrado aquí y he de decir que hasta he sentido escalofríos de ver la gran cantidad de símbolos religiosos que adornaban la sala. Ojo, no he sentido escalofríos porque sean objetos religiosos, sino porque esa sala me ha recordado a un cementerio en toda regla. Nada más llegar a donde se encontraba Miguel, este ha cerrado una Biblia, la cual y por lo visto, estaba leyendo mientras me esperaba. Después me ha invitado a tomar asiento en una silla frente a su escritorio. Acto seguido, ha clavado sus ojos en mi y me ha preguntado que tal me encontraba. Después de oír mi respuesta, ha comenzado a hablar, diciendo "No me voy a andar con rodeos. Si te he hecho llamar es porque debo deciros algo a ti y a tu grupo. Si te he elegido a ti para hablar esto es porque se que eres el portavoz de tus compañeros y una persona comprensible y con la cual se puede mantener una conversación afablemente. Una pena que no sea así con todos tus compañeros, los cuales parece que el maligno les ha cubierto los ojos y los oídos con un manto. Lo que quiero haceros saber es lo siguiente...". En ese momento, alguien ha llamado a la puerta, interrumpiendo sus palabras. Miguel ha guardado silencio y mientras mantenía sus ojos clavados en los míos, se ha levantado y se ha dirigido hacía la puerta. Después de abrir esta, he oído a un hombre que decía "Hermano Miguel, siento interrumpirle, pero debo hablar con usted sobre una asunto. Es importante". Yo he seguido sin girarme, a pesar de que Miguel le ha dicho "Claro" y después, dirigiéndose a mi, me ha dicho "Erik, disculpame un minuto. En seguida estoy contigo". Nada más decir esto, ha entrecerrado la puerta y tras ella he escuchado al desconocido hombre hablar con Miguel. He intentado captar algo de lo que le estaba contando, pero me ha sido imposible. Solo he podido cazar palabras sueltas. Mientras seguía intentando enterarme de que era eso tan importante de lo que le tenía que contar, me ha venido a la mente algo que me dijo Iván antes de marcharse: "...las llaves de la Harley las he encontrado en un cajón de la habitación de Miguel, junto a más llaves y demás cosas interesantes que te recomiendo que les eches un vistazo". En ese momento, mis ojos se han puesto a buscar por toda la habitación cual podía ser el famoso cajón el cual Iván me había recomendado que le echara un vistazo. Los cajones de la mesa de noche, los del armario, los del escritorio... a esos últimos se debía de referir Iván. Si había algo interesante, tenía que estar en ese cajón. Al menos eso he pensado en ese momento. Pero era arriesgarse mucho el levantarme de la silla y ponerme a escudriñar estando Miguel al otro lado de la puerta, el cual podía entrar en cualquier momento... pero pensándolo bien, ¿cuando iba a volver a tener una oportunidad tan buena como esa? No lo he dudado más y después de asegurarme que ese hombre y Miguel seguían hablando, me he levantado de la silla y he ido directo a los cajones del escritorio. Sin perder de vista la puerta, he abierto el primero lo más silenciosamente que he podido. Este estaba prácticamente vacío. En él solo había un pequeño rosario de madera. Lo he cerrado cuidadosamente y he abierto el segundo. Este estaba lleno de llaves. Llaves de todo tipo: pequeñas, grandes, llaveros hasta arriba de llaves, llaves de vehículos... buscar aquí una llave especifica sería como buscar una aguja en un pajar. En ese momento, las voces tras la puerta han cesado y mi corazón ha sufrido un vuelco. Por momentos esperaba que la puerta se abriera de golpe y me pillara con las manos en la masa, pero no ha sido así. La voz de ese hombre ha vuelto a sonar. Ahora, de forma más rápida que cuidadosa, he abierto el tercer y último cajón, esperando encontrar lo que Iván quería que viera. Pero no ha sido así. Este estaba vacío. Iván había dicho que lo que tenía que ver estaba junto a muchas llaves, pero en el segundo cajón no había nada. Lo único que se me ha ocurrido en ese momento ha sido mirar en los dos cajones de la mesa de noche. Para ello he tenido que andar hacía la cama, bastante cerca de puerta. Me estaba arriesgando demasiado y me he puesto bastante nervioso. Al abrir el primer cajón, lo primero que he visto ha sido varias llaves sobre un fardo de papeles y varias cajetillas de medicamentos. He abierto el segundo cajón y he descubierto que este estaba hasta arriba de cajetillas de medicamentos. Lo primero que me ha venido a la mente ha sido "¿Para que tantas cajas de medicina?". Las cajas eran casi todas de la misma marca, salvo un par de cajas diferentes que también se repetían. He cogido una de las cajas y me la he guardado en el bolsillo, con la intención de averiguar más tarde de que clase de medicación se trataba. He cerrado este cajón y cuando iba a hacer lo mismo con el primero, me ha llamado la atención el fardo de papeles que allí había. Los he cogido y he comenzado a ojearlos. Habían al menos 20 folios y todos procedían del mismo sitio. Todos estaban encabezados con las palabras "Hospital de las Mercedes" y un sello de dicho hospital. Estaban a nombre de Miguel Díaz Escudero y tenían diferentes fechas. La fecha más reciente era del 10 de Febrero de 2008. He comenzado a leer y rápidamente he comprendido que se trataban de diagnósticos y tratamientos médicos. Lo único que he podido leer ha sido "...presentando en la piel unas fuertes angioqueratomas. El paciente también ha tenido que ser tratado de fuertes dolores abdominales y lumbares, los cuales son producidos a causa de...". Hasta ahí he podido leer, ya que en ese mismo instante, he oído a Miguel decir "No te preocupes, hermano Marcos. Lo solucionare lo antes posible. Ahora debo volver a atender cierto asunto. Te veo después de misa...". Mis ojos se han clavado en la puerta mientras esta se comenzaba a abrir. He lanzado los papeles al cajón y lo he cerrado lo más rápido que he podido. Pero me ha sido imposible volver a mi asiento a tiempo y he permanecido allí de pie. Miguel, al verme, me ha dicho "¿Que haces ahí, Erik?". En ese momento, lo he mirado y su cara de sorpresa me ha puesto más nervioso aún. Después he dirigido la mirada a la mesa de noche y he visto la escusa que me podía hacer salir airoso. He cogido de la mesa una figura de un Cristo de metal y le he dicho "Estaba mirando las imágenes religiosas que tiene en la habitación. No soy muy religioso, pero me parecen muy interesantes y laboriosas". Laboriosas... pfff, no se ni porque me ha salido esa palabra. En ese momento, el rostro de Miguel ha cambiado de expresión y me ha dedicado una sonrisa. Entonces es cuando he podido respirar tranquilo. Después, me ha invitado a tomar asiento otra vez. A continuación, ha comenzado a hablar y la sonrisa se ha desvanecido de su rostro.

"Como iba diciendo antes de que el hermano Marcos nos interrumpiera, tengo que tratar un asunto contigo y con los tuyos. Uno de tus compañeros, el que ha marchado, no puede volver a esta comunidad. Por su bien y por el nuestro, no puede volver" No he podido evitar preguntar cual era el motivo. Miguel, sin reparos, ha contestado tajantemente. "Me he enterado recientemente que quién se saltó la norma de no matar reanimados fue él. Él fue quién entró en la verja donde están todos los reanimados y acabo con el que antaño fue vuestro compañero, el cual Dios se llevo tan repentinamente hace unos días. Se que si él hizo eso, el desobedecer una norma, fue un mensaje de Dios. El altísimo lo permitió para hacerme ver que esa persona no es trigo limpio, que es un impío qué, con el maligno de su lado, ha sobrevivido todo este tiempo evadiendo el castigo divino. Un impío que se muestra reacio a todo lo que tenga que ver con esta congregación religiosa y que nos ha faltado el respeto en numerosas ocasiones, la última, desobedeciendo una ley divina. A conseguido evadir el castigo divino, pero nadie escapa de la ira de Dios y sé que su destino no tardara en llegar. Quizás, no vuelva de su misión con vida. Esa extraña misión de ir a encontrar a ese otro grupo de impíos. Pero por si acaso el maligno sigue de su parte, ayudándolo a sobrevivir, él no entrara aquí...". En ese momento, me han sorprendido dos cosas: ¿Como sabe que fue Iván quién acabo con el cadáver reanimado de Fede? (no lo sabemos a ciencia cierta, pero ninguno de los del grupo que habemos aquí en estos momentos fuimos quién realizó dicha tarea. Esto es algo que hemos hablado solo entre nosotros) y ¿como sabe que Iván se ha marchado en busca del Skull Korps?. Eso mismo le he preguntado a Miguel. Este se ha quedado pensativo por unos segundos y ha respondido "Dejemoslo en que Dios ha querido que me entere". ¿Quién narices ha podido decirle toda esa información a Miguel? ¿Alguien de la comunidad nos habrá escuchado hablarlo y se ha chivado? No tengo ni idea, pero me mosquea bastante. Aquí hay gato encerrado. Después de esas palabras, ha zanjado el tema diciéndome "Espero que esto sirva de ejemplo para todos los de tu grupo. Solo existen dos normas, las cuales hay que respetar a rajatabla. No os pido más, ni siquiera que creáis en Dios. Ese es vuestro problema y por el cual os arrepentiréis llegada vuestra hora. Solo que cumpláis las dos normas que imperan en la comunidad si queréis seguir bajo el techo de esta iglesia. Si no lo hacéis, os tendréis que marchar. Y ahora, si me disculpas, voy a preparar la misa de hoy..."

Después de esto y despidiéndome de Miguel cuanto apenas, he salido de su habitación y me he dirigido al salón comedor. De camino allí, he ido pensando en la pequeña charla que me ha soltado Miguel y en su decisión de no dejar volver a Iván a la comunidad. Se que a este se la trae floja y lo que quiere es irse de aquí cuanto antes. Pero con esto, pone al grupo en un aprieto. Si no deja volver a Iván, esto acelerará la marcha de todos nosotros. No pensábamos quedarnos mucho más tiempo después del retorno de Iván, pero si el suficiente como para planear enfrentarnos al Skull Korps o, al menos, esquivarlos. Esta es la idea que están barajando mis compañeros y que yo no comparto y que Iván tampoco compartirá cuando conozca. Así que en cuanto regrese, nos marcharemos de aquí. No voy a permitir dejar tirado a Iván. Aquí hemos llegado todos juntos y nos marcharemos todos juntos. Quizás, con un poco de tiempo, consigo que Miguel cambie de opinión y lo permita quedarse el tiempo que necesitemos, aunque lo dudo mucho. Mientras andaba por los pasillos, he tenido tiempo para curiosear la cajetilla de medicina que he cogido del cajón. La cajetilla es de tamaño medio y tiene unas letras grandes y azules, en las cuales pone "REPLAGAL 1mg/ml". Nunca he visto esta clase de medicamento en ningún otro sitio. Es más, antes de abrirlo, pensaba que eran pastillas, pero cuando he abierto la caja he podido descubrir que no era así. Era un pequeño botellin y el cual he deducido que se trataba de un inyectable. He husmeado la caja por dentro, pero no estaba el prospecto, algo que me ha resultado extraño. ¿Que medicamento no lleva prospecto? Quizás esta caja ya había sido abierta y han sacado el folleto. Ni idea. Cuando he llegado al salón comedor, he visto que estaba casi vacío. En una mesa alejada y solos, charlando, estaban Esther y Juanca. Cuando los he visto, me he dirigido hacía ellos. Nada más llegar, ambos me han mirado. Esther me ha dedicado una sonrisa a la cual le he respondido. Ella me ha dicho "¿Que quería el hermano Miguel?". Mi respuesta ha sido "Nada, quería comentarme cierta cosilla, un asunto sin importancia. Te quiero consultar una cosa, ¿conoces este medicamento?". Le he lanzado la caja del medicamento sobre la mesa y Esther la ha cogido con cara de extrañada. Esta ha mirado la caja y la ha abierto sacando el botellin del interior. Después de darle vueltas, me ha preguntado "¿Y el prospecto?". Después de decirle que no lo llevaba, me ha contestado "Para serte sincera, no tengo ni la más remota idea. No lo he visto en mi vida. Sin leer el prospecto solo te puedo decir que es un inyectable. ¿Para qué se administra? Pues ni idea. ¿De donde lo has sacado? ¿Te lo ha dado Miguel?". Nada más oír el nombre Miguel, Juanca ha girado la cabeza y se me ha quedado mirando. He dudado en que contestar y es obvio que la verdad no la iba a decir. No quiero que se me tache de ladrón. He contestado "Em... No, no me la ha dado Miguel. Lo he encontrado en el cajón de mi dormitorio y he pensado que puede ser útil para nuestro botiquín, ya sabes, Belén sufre de dolores de cabeza y he pensado que podía ser Paracetamol o Ibuprofeno...". Esther se ha reído y me ha dicho "Pues no, no creo que sea Paracetamol inyectable. Aunque quizás su antiguo dueño prefería chutarse cuando le dolía la cabeza antes que tomarse una pastilla". Me he reído yo también, más que nada por disimular. Después de esto, he cogido la caja del medicamento y me he dirigido al dormitorio, donde se encontraba Belén, leyendo un libro.
Debí haberme guardado los papeles que habían en ese cajón. Quizás ahí pone algo sobre este medicamento y el porque Miguel toma esto (de esto último no tengo pruebas, pero no creo que Miguel guarde tal cantidad de medicamentos de este tipo por capricho). Esos papeles hablaban de alguna dolencia que Miguel padece. Sospechaba algo, ya que en varias ocasiones lo he visto tomar pastillas después de las comidas. Siento curiosidad sobre que le ocurre. En próximos días creo que intentare hacerme con esos papeles que descansan en ese cajón, aunque viendo lo estricto que es para ciertas cosas, no quiero ni pensar que ocurriría si me pillase en su habitación hurtándole archivos personales. Es arriesgado, pero quiero conocer todo sobre el hombre que ha levantado esta comunidad y nos da techo. Necesito saber si es trigo limpio, si estamos seguros permaneciendo aquí.

Sobre la decisión de Miguel, ya se la he dado a conocer a Eduardo y Belén. A los demás todavía no. Ambos no se han sorprendido por esta decisión, la cual dicen que era de esperar. Comparten mi idea de abandonar la comunidad en cuanto vuelva Iván. Mañana le comentare a todos los demás la decisión de Miguel.

Cambiando ligeramente de tema, todo esta transcurriendo con mucha normalidad salvo la ausencia de Iván. Estamos trabajando en el campo, recolectando patatas, boniatos y demás hortalizas. También recolectamos algunos tipos de frutas: manzanas, naranjas, mandarinas... Belén y las chicas también trabajan junto a varios miembros de la comunidad confeccionando ropajes y túnicas. También estamos colaborando en las limpiezas de las zonas comunes. El tiempo libre lo solemos matar leyendo, dando paseos en los que nos acompaña Thor y repasando los mapas, en los cuales hemos trazado varias posibles rutas que podemos seguir cuando partamos camino a Reus. En respecto a las misas de Miguel, no asistimos a ninguna. En horas de misa, Eduardo, Hans y yo nos dirigimos al salón comedor, que a esas horas esta completamente vacío, y nos tiramos un buen rato charlando y riendo, recordando cosas del pasado y bebiendo lingotazos de whisky, el cual guarda Eduardo en su habitación como si se tratase de un tesoro.

Sobre Iván, nunca pensé que echaría a faltar sus chascarrillos ofensivos y su mala leche. Comienzo a pensar que lo estoy echando más en falta que cualquier otro, incluso que Elena, la cual ya os he comentado que ni lo nombra. Espero que este bien y vuelva pronto. Se que sabe valerse por si solo, pero con solo pensar lo trastornado que esta y las mil imprudencias que es capaz de hacer, temo por que no vuelva. Por mucho que diga Esther, Iván es completamente de fiar, un tío reformado y legal. Es más, lo necesitamos entre nosotros. Aunque es un imprudente, un temerario y un engreído, ha demostrado que sabe actuar bien en momentos decisivos y sacar las castañas del fuego al grupo. Y no hablemos de su manejo con las armas en combate. Esta claro que si no vuelve, tendremos que apañarnoslas solos, como lo hemos hecho hasta antes de conocerlo. Pero el querer que vuelva sano y salvo no se limita solo por el interés del grupo, sino también porque lo aprecio como aprecio a Eduardo o a María o a cualquier otro miembro del grupo. Es un compañero más. Y si no vuelve, romperé mi palabra de no ir a buscarlo y saldré en su busca. No voy a permitir dejar atrás a ningún otro compañero más.

Palabra.


- Erik -

5 comentarios:

Miembro de la resistencia dijo...

Os pido disculpas por la tardanza en actualizar la historia. La falta de tiempo me lo ha impedido, pero os aseguro que la historia no va a quedar a medias. Este es un proyecto que he comenzado y pienso acabar. Y aún queda historia para rato. Os sorprenderíais de las cosas que aun les queda que soportar a los miembros de la resistencia! ;) Un saludo a todos!

PD: Espero leer vuestras impresiones sobre el capitulo.

seeyouinthenextlife dijo...

Eso es un alivio porque está interesante de cojones.

Que coño será eso del REPLAGAL 1mg/ml???.

He leido algo y tiene que ver con la enfermedad de Fabry...investigaré sobre ello.

Se pone muy interesante...

J-Zombie dijo...

Buena entrada, ya se echaba de menos,pero bueno,como dices,apenas tenias tiempo.
Me intriga el medicamento ese.
El destierro de Ivan,menuda alegria le van a dar cuando le digan no vuelvas,a ese se la bufa.
Empiezo a temer que le haya pasado algo,despues de Eduardo es mi personaje favorito.
Recuerda que en mi historiaya se produjo el crossover con el grupo de Erik,espero que puedas verlo pronto.
saludos cacsianos.

DAG-SYSTEM dijo...

hey, que bueno que retomaste la histtoria, ya me hacia falta mi dosis de literatura Z,con respecto a miguel, me sigue dando mala espina.

Miembro de la resistencia dijo...

Gracias a todos por los comentarios. Creo que Miguel no le da buena espina a nadie... y no es para menos!