martes, 8 de junio de 2010

+ 08-06-10 + Retorno forzado

Hemos rozado nuestro destino casi con nuestros dedos. Jamás hemos estado tan cerca de Reus. El trayecto desde la 'Iglesia del fin de los tiempos' hasta aquí ha sido muy rápido y fluido, ya que la autovía estaba bastante despejada de vehículos y le hemos podido pisar a fondo a nuestros coches. Salvo algunos merodeadores desperdigados en la carretera, no hemos visto ninguna horda significante. Cuando hemos alcanzado el desvío que se supone que nos lleva a Reus y lo hemos transitado, nos hemos llevado una gran desilusión. No hemos recorrido mucha distancia en esta calzada, ya que nos hemos dado de bruces con un tremendo socavón. Sin salir de nuestro asombro, hemos bajado de los coches e inspeccionado este. El socavón era tremendo e imposible de cruzar con los vehículos. Fuera de la autovía habían también una serie de socavones y zanjas. Comparto la opinión de Iván, el cual ha dicho que están hechos a propósito, con dinamita. Han volado la carretera por algún motivo y creo que se cual es. Deduzco, y Eduardo y Hans me han dado la razón, que los militares de Reus han hecho esto para cortar los accesos a Reus. Pero, ¿no se supone que son una comunidad que acoge a más supervivientes? No tiene sentido que echen folletos por las ciudades llamando a la evacuación y que después vuelen los accesos a la ciudad. Después de estudiar todas las formas de intentar pasar los vehículos, hemos desistido y decidido probar suerte autovía arriba, en el siguiente desvío. Así lo hemos hecho. Hemos vuelto a la autovía y hemos buscado la siguiente salida, pero esta estaba peor que la anterior. La habían volado también y era intransitable desde el principio, ya que el socavón se había comido media autovía. Por lo visto, aquí habían utilizado más cantidad de explosivos, ya que el agujero era tremendo. Por si fuera poco, fuera de la calzada y rodeando el socavón artificial, estaba lleno de alambre de espino. A unos metros del agujero también había más de este y con sorpresa además, ya que había tres merodeadores enganchados en el alambre. Con sus extremidades apresadas en el espinoso alambre, no han parado de mirarnos y gemir con los brazos levantados en nuestra dirección hasta que nos hemos ido del lugar. ¿No tienen suficiente con volar las entradas que tienen que poner alambre de espino? Hans ha dicho que solo nos queda una posibilidad. Intentar llegar a Reus desde Tarragona. Según él, las demás carreteras secundarias estarán igual y la única que no habrán volado es la carretera que comunica Reus con Tarragona. El motivo es que buscaran tener acceso a esta ciudad por diversos motivos (abastecerse de los suministros de la otra ciudad, limpiar la ciudad y asegurarla por si Reus cae, etc) Esto tiene lógica, aunque no es algo en lo que podamos confiar al 100%. Quizás el acceso desde Tarragona lo han volado también. Y hay que sumar a todo esto el que si conseguimos llegar, no nos encontremos con una ciudad "muerta" (no olvidemos lo que dijo Miguel). De todas formas, no hemos podido llegar ni a Tarragona.

Ayer a mediodía, nos encontrábamos conduciendo hacía Tarragona. Estábamos casi llegando, cuando la furgoneta que conduce Eduardo y en la que van todos los demás, menos Belén, Hans y el perro, ha frenado en seco. Yo he frenado nuestro coche y he esperado a que reanuden la marcha. No sabíamos a que se debía ese frenazo repentino. Hemos esperado, pero viendo que no reanudaban la marcha, hemos bajado de nuestro vehículo y nos hemos acercado a la furgoneta. Por la ventanilla hemos podido ver como Eduardo, Iván y Elena estaban observando a Fede, el cual estaba acurrucado en un lado del asiento trasero con una espantosa cara de dolor. Desde fuera hemos podido ver como Iván le hablaba y situaba su mano en el hombro de Fede. Cuando hemos abierto la puerta de la furgoneta, hemos escuchado a Fede decir entre lamentos de dolor "¡Me duele! ¡Dios! ¡Es como si me estuvieran apuñalando!". Sus manos las tenía situadas en el vientre. Como hemos podido, hemos sacado a Fede del vehículo, pero este no podía ni mantenerse en pie. Lo hemos tumbado en la calzada y dicho que se moviera lo menos posible. Pero esto era imposible, tumbado en el suelo no ha parado de retorcerse de dolor. Eduardo le ha pedido que le diga donde le dolía y Fede, señalando la parte inferior derecha del vientre, ha dicho "Es insoportable. Llevo algunas semanas con molestia pero ahora... ahora es un dolor que no lo aguanto... Dios...". Hemos buscado en las mochilas calmantes, pero nada, no teníamos ningún tipo de medicación. Todos los medicamentos se habían quedado en la mochila de Esther. Que fallo el nuestro... Y encima nuestra única persona que entendía de medicina, Esther, no estaba con nosotros. Ella podía diagnosticar que le ocurría a Fede.

Aguardamos unos 20 minutos a la espera de que el dolor se le calmara, pero no fue así. En toda nuestra estancia a la espera de una mejoría, solo sirvió para que Fede siguiera agonizando. Nos terminamos de alarmar cuando Belén le tocó la frente a Fede y dijo "Esta ardiendo. Tiene fiebre...". Aquí es cuando nos vimos obligados a tomar una decisión rápida. Le estaba ocurriendo algo grave y su vida estaba en peligro si no hacíamos algo. Pensamos en que hacer, pero ninguno de nosotros tenía la más remota idea. Eduardo fue quién dio la única opción en esos momentos: "Debemos volver a donde esta Esther. Ella es la única persona que conocemos que puede saber que le ocurre y darle algún tipo de medicación". Todos estuvimos de acuerdo, aunque se que a ninguno nos hizo gracia tener que desandar lo andado y mucho menos después de estar tan cerca de nuestro destino. Lo que llevábamos meses soñando lo teníamos a dos pasos de nosotros y ahora nos tocaba retroceder. Pero lo que había en juego era una vida, así que no podíamos escoger otra opción. No tardamos en subirnos a los vehículos y tomar rumbo hacía 'La iglesia del fin de los tiempos'. Tardamos varias horas en llegar hasta allí y cuando llegamos a la puerta del recinto, les dije a Eduardo y a Iván que sacaran a Fede del vehículo mientras yo iba a buscar a Esther y a Miguel. Corrí al interior del edificio y cuando estuve dentro, no vi a nadie. Esto me extraño mucho. Mire en el comedor, pero no vi rastro ni siquiera de ningún perturbado con túnica. Entonces fue cuando me alarme. Algo había pasado aquí. Algo malo. Entre pensamientos de "Sabía que esa gente no era de fiar, lo sabía..." recorrí todo el edificio, incluyendo las plantas superiores, pero no había rastro de NADIE. Cuando baje y llegué al hall, me encontré a Iván y Eduardo cargando con Fede, que seguía quejándose del dolor. También estaba Belén, Elena y Hans. Eduardo me dijo "¿Donde esta la gente?" y mi respuesta fue "No hay nadie. El edificio esta vació". Iván soltó a Fede y fue corriendo a los coches. No tardó en volver, pero esta vez cargado con las armas. Nos dio una a cada uno y dijo "Aquí pasa algo raro y debemos de estar preparados para cualquier cosa. Dividamonos, Eduardo, quédate con Fede, Elena y yo vamos a buscar en las áreas de trabajo y en el campo. Erik, Belén y Hans, mirar en la iglesia". Sin tiempo que perder y empuñando mi subfusil, salimos del edificio y fuimos camino a la iglesia. Esta estaba anexa a el tanatorio y no tardamos en llegar a las puertas. Pegué la oreja a la puerta con la esperanza de oír algún tipo de signo de vida, pero el silencio era sepulcral. Entonces, en voz baja, me dirigí a Belén y a Hans: "Parece que no hay nadie, pero como ha dicho Iván, no podemos fiarnos, ya que aquí esta pasando algo raro. Puede ser que se hayan ido de aquí deprisa y corriendo, pero lo dudo. Voy a abrir las puertas de la iglesia de forma brusca, así que tú, Hans, ponte a mi derecha y tú, cariño, a mi izquierda. Cuando las haya abierto, apuntar al interior y abrir fuego al mínimo signo de peligro, ¿ok?". Ambos asintieron con la cabeza y yo retrocedí unos pasos para coger carrerilla y darle una patada a las puertas. Cogí aire, empuñe fuerte el subfusil y comencé a correr hacía la puerta. Cuando estuve delante de esta, extendí mi pierna y le propine una patada con todas mis fuerzas. Un calambre recorrió mi pierna tras el impacto, pero las puertas cedieron y se abrieron de golpe tras un fuerte estruendo. Seguidamente, apunté al interior con mi arma y Belén y Hans hicieron lo mismo. Lo que vimos en el interior nos dejo paralizados. Pero paralizados de vergüenza. En la iglesia estaban todos y cada uno de los miembros, todos ellos mirándonos con cara de asombro. Al final de la sala, ante un altar y con las manos entrelazadas bajo la barbilla en posición de rezo pero con los ojos clavados en nosotros, estaba Miguel. Allí estaba toda la comunidad, mirándonos. Y nosotros allí, paralizados y con las armas en alto todavía. En mi vida he pasado tanta vergüenza. Pasaron unos segundos que parecieron horas, hasta que de uno de los asientos centrales se levantó alguien y gritó nuestros nombres. Era una chica con túnica y se dirigía hacía nosotros. Cuando estuvo a nuestra altura, diciendo "¡Chicos! ¡Habéis vuelto! ¡El hermano Miguel lo predijo!", vimos de quién se trataba y no salimos de nuestro asombro. Era Esther, disfrazada como un sectario más. ¿Nos vamos dos días y ya le lavan el cerebro? Evité preguntarle porque iba así vestida, ya que teníamos un asunto preferente, pero Belén no pudo contenerse y le soltó "Esther, ¿que haces así vestida?". Esta le contestó "Me la ha regalado Miguel. Es la túnica de iniciada, totalmente lisa. Con el tiempo podre obtener la de creyente. Soy la primera persona de la comunidad que en menos de un día la obtiene. Miguel me la ha dado después de que se encerrara para hablar con Dios...". No salí de mi asombro al escuchar eso y Belén le replicó "¿Como puedes creer en todo eso? Ese hombre se ha montado una secta aprovechando todo lo que ha pasado y esta pasando, nada más. No habla con Dios". Esther contestó "Eso creía cuando llegamos. Pero cuando os fuisteis nos demostró que todo lo que dice es cierto. Nos ha dado pruebas. Tenéis que ver que es capaz de hacer... entonces cambiaréis de opinión y me daréis la razón, ya veréis...". Vi la intención de Belén de querer replicarle y yo también tuve ganas de rebatirle, pero Fede estaba agonizando en el otro edificio y no había tiempo que perder, así que les dije "Ya tendremos tiempo de hablar de esto, pero ahora no es el momento. Esther, Fede esta enfermo y necesitamos que le eches un vistazo. No sabemos que le ocurre. Síguenos". Esther preguntó que le ocurría pero yo comencé a correr hacía el edificio principal y ellos tres me siguieron. Doblando la esquina nos dimos de bruces con Iván y Elena. Iván preguntó "¿Donde están todos los perturbados?" pero no le contestamos. Cuando entramos al hall del tanatorio vimos a Eduardo junto a Fede, que estaba en el suelo con mueca de sufrimiento. Esther se puso de cuclillas junto a Fede y comenzó a hacerle preguntas sobre donde tenía el dolor y como era este. Mientras ella hacia eso, Eduardo e Iván miraban el atuendo de Esther con cara de sorprendidos. Iván me hizo un gesto y señalo a Esther, pero no le contesté.

Cuando esta acabo de hacerle preguntas a Fede, se giró y nos dijo "Tiene la apéndice inflamada, o sea, apendicitis. En la habitación tengo antibióticos y antiiflamatorios, pero no serán suficiente, hay que intervenirle quirúrgicamente. Si no lo hacemos, la inflamación ira a más y se le producirá una peritonitis, que es que se le perforara el apéndice, entonces morirá. Yo he asistido a cirujanos en operaciones de este tipo pero nunca he realizado una. No se si sería capaz de hacerlo sin ayuda...". Le hemos dicho que tiene que hacerlo si no tenemos una mejor opción. Eduardo ha dicho de preguntar en la comunidad si hay alguien que tiempo atrás ejerciera de cirujano, pero la voz de Miguel se ha pronunciado. Estaba detrás nuestra junto a una gran cantidad de miembros de la comunidad. Ha dicho "Sed bienvenidos nuevamente, hermanos. Sabía que volveríais, Dios me lo dijo. Él tiene planes para vosotros. Aunque yo personalmente no me esperaba una llegada tan... tan extraña. Nos habéis pillado en mitad de la misa diaria. En respuesta a lo que has dicho, Eduardo, siento decirte que los miembros de esta iglesia rechazamos cualquier tipo de medicina e intervenciones quirúrgicas. El motivo es que creemos que a quién le llega la hora, le llega, y solo Dios decide esto, por lo tanto, de nada sirve que intentemos sanarlo si Dios a escogido un destino para esa persona. De todas formas, aquí no tenemos nada prohibido. Las únicas dos cosas que están prohibidas aquí son matar y la perversión, así que si queréis buscar a un médico bajo el techo de nuestra humilde iglesia, sois libres de hacerlo. Al igual que si la hermana Esther quiere ayudaros, es libre de hacerlo también, nadie la juzgara. Lo máximo que podemos hacer nosotros es habilitaros la antigua sala de autopsias para que allí llevéis a cabo dicha operación. Allí tenéis diverso material de ese tipo que os puede servir de ayuda. Pero ya os he avisado, si Dios tiene planes para ese chico, de nada servirá que alarguéis su sufrimiento innecesariamente. Bueno, voy a acondicionaros unas cuantas habitaciones para vosotros, ya que supongo que os quedaréis un tiempo. Lo que necesitéis, pedírnoslo". Ninguno le contestó y cuando paso junto a Fede, se agachó y situándole la mano en la cara, le dijo "Tranquilo, hermano. No tengas miedo. Dios te tiene en sus planes". Después de esto, se ha marchado y todos los allí presentes han comenzado a perderse por los pasillos o saliendo al exterior. Solo se han quedado, a parte de nosotros, María y Juanca. Ambos se han acercado y María me ha dado un abrazo. Me ha dicho "Están locos, pero son inofensivos. El único peligro que conlleva vivir con ellos es que son pesados con el asistir a sus misas, pero yo me escaqueo siempre que puedo... Me alegro de volver a verte, Erik".

Después de llevar a Fede a un sofá, han venido dos miembros de la comunidad y, tímidamente, nos han dicho que teníamos nuestras habitaciones preparadas. Nos han acompañado y en la primera hemos dejado a Fede. Esther se ha quedado junto a él, suministrándole algunas pastillas. La siguiente habitación ha sido para Iván y Elena (Iván esta rabioso ante la obligación de quedarse aquí), la otra para compartir entre Hans y Eduardo y la última para Belén y para mi. La verdad que las habitaciones son muy cómodas y con un detalle que valoro mucho: cerrojo. A pesar de que las habitaciones son muy confortables, me recorre un escalofrió el pensar que dichas salas eran velatorios.
Hemos permanecido poco tiempo en las habitaciones desde ayer. No hemos parado desde entonces. Esther, María y Elena están trabajando en aclimatar la sala de autopsias para la operación y limpiando el material a utilizar. Lo están haciendo a toda prisa, ya que según a dicho Esther, es cuestión de tiempo que se le perfore la apéndice y entonces la cosa se complicara mucho y Fede morirá. Esto puede ocurrir en cualquier momento, así que no hay tiempo que perder. Iván y Eduardo van a ir al hospital del pueblo más cercano, el cual nos ha dado la ubicación Miguel. El motivo de que vayan es que necesitamos más material estéril y dosis de sedante para dormir a Fede. Mañana temprano saldrán a conseguir el material. Por otro lado, Hans ha dedicado toda la mañana a buscar a algún miembro de la comunidad que haya sido cirujano o al menos, tuviera una idea de como llevar a cabo una operación. Para nuestro asombro, a encontrado a tres, los cuales ¡se han negado a participar en la operación! Han alegado que por motivos religiosos no pueden ayudarnos. Menudos hijos de la gran puta.

Hoy he intentado hablar con Esther sobre su decisión de formar parte de la comunidad religiosa. He bajado a la sala de autopsias, donde se encuentra trabajando en la limpieza del material. Estaba sola, así que era un buen momento para tratar ese tema. Pero me ha dicho una cosa que me ha trastocado y me ha hecho olvidar lo que quería hablar con ella. Sus palabras han sido: "Erik, necesito que me ayudéis Belén y tú en la operación. Como ya os he dicho, no soy cirujana, así que necesitare todo tipo de ayuda mientras llevo a cabo la intervención. Tenéis que estar junto a mi y hacer lo que yo os diga. La vida de Fede depende de nosotros, así que cuento con vuestra ayuda...". ¿Nosotros ayudando en una operación? ¡No tenemos ni idea de medicina! Aún no se lo he dicho a Belén, pero si a mi ya me horroriza la idea de asumir tan gran responsabilidad, no quiero ni imaginar a ella... De todas formas, haré lo que este en mi mano lo mejor posible. Al menos, lo intentare. Esta noche se lo comunicare a Belén y mañana por la mañana intentare hablar con Esther sobre su rápida conversión a la religión de esta panda de tarados.


- Erik -


3 comentarios:

DAG-SYSTEM dijo...

hey erik sigo tu historia desde el comienzo y es genial, no pares, quiero saber como termina este lio, ademas, yo tampoco me trago a esa iglesia y ademas esa convinacion de tener muertos serca de tu refugio siempre acaba mal muy mal.

Miembro de la resistencia dijo...

Hola! Gracias por seguir la historia :)Mucha razón tienes en lo que dices. Tener muertos cerca del refugio nunca acaba bien... Un saludo!

PD: La siguiente entrada la tendréis en breves

J-Zombie dijo...

Muy buena entrada,no me esperaba que tuvieran que volver a villa tarado,al menos no tan pronto.
Sigo sin soportar a Miguel,sea bueno o malo,esa forma de expresarse que tiene me pone nervioso(la de los curas en general).
Tengo ganas de ver que pasa con Fede.Por cierto,Elena estara en su salsa entre todos estos,ya que la capacidad de pensamiento y razonamiento viene a ser la misma,uno tarado,los seguidores credulos y estupidos y la ameba.
P.D: Miembro,en la mia,quedan 4 capis para el final,estate atento porque cierto personaje con 19 votos en el ranking de favoritos,tendra bastante protagonismo.