lunes, 30 de noviembre de 2009

+ 28-11-09 + Un mar en calma

No podía imaginar la tranquilidad que ofrece este lugar. Tranquilidad y seguridad. No se como no pensamos intentar llegar a este lugar en un principio, cuando tuvimos que abandonar la urbanización. Nos habríamos ahorrado pasar por el hospital y haber sufrido tanto. Acudir a ese maldito hospital fue un error y de los gordos. No habría sido así de no ser por "el loco". Ese individuo fue el que lo jodió todo. Se empeño en tirarnos y lo consiguió. Si ese individuo no hubiese estado ahí, ahora mismo José, Manuel y Raúl estarían vivos. Ahora me arrepiento de algunas cosas. Por ejemplo, me arrepiento de haber sido tan sumamente duro con José. No cambio mi opinión sobre la evasión de socorro que le hizo a Esther, pero si me arrepiento y mucho de haberle propinado una paliza y haberle hecho de lado. Ahora en frió, me paro a pensar y comprendo que era una persona que en momentos extremos, no podía pensar y el miedo se apoderaba de él. Él no quería actuar cobardemente, pero no podía dominar la situación y terminaba actuando así. Eso es más bien como una enfermedad y ahora lo comprendo. Al final dio la vida por mi y me siento algo culpable. Quizás se envalentono en un intento de enmendar los errores del pasado, intento borrar sus actos de esa forma. Sufrió tanta presión y estrés que necesitaba demostrar que él no era así. No se, pero me acuerdo de él y, en más de un momento, en mi mente, le pido perdón allá donde este.

No se porque, pero no hay noche que no sueñe con mis compañeros ya fallecidos. Hace un par de días soñé que me encontraba por una larga avenida, llena de coches destrozados y escombros. En la lejanía podía ver unas siluetas. Conforme me iba acercando, iba distinguiendo a Manuel, José, Raúl y Alicia. Me llamaban, agitaban los brazos en señal de que me acercara. Hasta me parecía que me sonreían. Yo intentaba ir lo más rápido posible, hasta que por sus espaldas aparecía una terrible horda. Pero estos no eran merodeadores, sino corredores y se acercaban a una gran velocidad. Mis compañeros seguían ajenos a esto, mirándome y llamándome. Yo intentaba gritarles, pero de mi boca no salía ningún sonido. Intentaba correr, pero mis movimientos eran lentos, como realizados en cámara lenta. La horda llegó hasta su posición y se les echaron encima. Oía sus gritos, sus lamentos, el desgarrar de la carne... parte de la horda pasaba de largo y corría en mi dirección. Se me acercaban, pero yo ni siquiera les apuntaba. Me quedaba quieto mientras esperaba que llegaran y acabaran conmigo. Aceptaba mi final. Pero cuando la horda llegó a mi posición, pasaba corriendo a mi alrededor, sin prestar atención a mi persona, como si no me vieran. Yo miraba desconcertado mientras los veía pasar corriendo. De repente, de las fincas caían grandes bultos. Estos bultos eran personas. Caían gritando y aterrizaban con un sonoro estruendo. No paraban de caer y caer personas, mientras los corredores seguían pasando a mi alrededor. Ya no recuerdo más del sueño. ¿Que interpretación tendrá esto? No lo sé...

- Erik -


10:04 - No comprendo porque estamos en las fechas que estamos y hoy ha amanecido un día caluroso. No lo entiendo. ¿Acaso el clima se ha vuelto loco con el mundo? No me extrañaría. Me he levantado hace un buen rato. He estado hablando con Belén en la "cama". Hemos llegado a la conclusión de que hoy subiremos la "cama" al piso de arriba, ya que aquí dormimos en comuna y tenemos intimidad nula, así que no nos podemos poner cariñosos (jaja). Cuando he salido al exterior, he encontrado a Juan, Luis y Vicente. Los tres estaban sentados en el muelle, haciendo uso de sus cañas de pescar. Me he acercado y he visto que han pescado dos peces, los cuales tenían en una bolsa. Mientras he estado con ellos, han pescado otro más. Algo es algo. Además, aún nos quedan unas pocas provisiones, pero cuando estas se acaben, no podemos arriesgarnos a depender de la pesca. Luego he visto a Fede y Ricardo, lo militares, que venían de ver como estaba la verja de la entrada. Me han dicho que se encuentra más llena aún, que no paran de llegar nuevos merodeadores y que la horda llega ya hasta la mitad del aparcamiento. Pero también me han dicho que la verja es segura y no hay de que preocuparse, no van a poder entrar. No podrán entrar pero nosotros no vamos a poder salir. Bueno, las preocupaciones que lleguen a su debido momento. Les he preguntado si tenían una cuchilla de afeitar y por suerte, tenían. Me han dejado una, usada, pero me ha servido para afeitarme. Ha sido una tortura afeitarse sin espuma y sin agua caliente. Llevo la cara que parece que me he peleado con un gato. Belén, al verme, se ha empezado a reír y ha decirme que estoy más guapo con aspecto de vagabundo jaja.

- Erik -


11:16 - Me encontraba sentado en el noray jugando con Thor, cuando María se me ha acercado. Desde que he llegado, no ha hablado mucho con ninguno. Se ha sentado cerca mía, en el muelle, con los pies colgando por encima del agua. Cuando se ha puesto ahí, he entendido de que iba el tema. Le he preguntado que como estaba llevando esto y me ha dicho que como todos. Yo se que ella y Esther lo esta llevando peor que los demás. Después de estar un rato en silencio, no ha aguantado más y me ha dicho mirándome a los ojos "Dime que le pasó a Manuel. Quiero saber toda la verdad, así que no omitas nada por duro que sea". Yo me he quedado un poco parado. No tenía ganas de hablar de ello, pero tenía que hacerlo, es lo menos que podía hacer. Le he empezado a contar todo con pleno lujo de detalles. Le he dicho que me lo encontré cuando yo los buscaba a todos. Que el loco lo había agredido y él había quedado inconsciente, por eso no estaba en el momento que ellos se marcharon. He seguido contándole hasta el trágico fin de Manuel. Cuando le he explicado que lo acorralaron y yo disparé para salvarlo, pero que creo que fue mi disparo lo que le mató, he estallado a llorar. María se ha quedado con una tremenda cara de sorpresa, mientras he seguido contándole, lamentándome y pidiéndole perdón. Ella se ha levantado y he pensado que me iba a maldecir. Era lo lógico. Pero no, no lo ha hecho. Me ha abrazado y me ha intentado consolar. Me ha dicho lo siguiente, mientras ha clavado su mirada en mis ojos:

"Según lo que me has contado, Manuel ya no tenía escapatoria. Lo habían atrapado y habían comenzado a devorarlo. Tú disparastes para ayudarlo, para acabar con esos merodeadores. Ojala ese disparo le alcanzase a él, ya que así habría tenido una muerte rápida y menos dolorosa. ¿Tú puedes imaginar lo que debe de ser morir a dentelladas, devorado vivo? Solo te digo que si algún día, esas cosas me dan caza, dame un tiro y no me dejes morir así. Yo haré lo mismo contigo o con cualquier persona. Es duro pero es así. Estoy echando mucho de menos a Manuel y lo voy a seguir echando, pero ¿que puedo hacer? Nada de lo que haga me lo va a traer de vuelta, así que es tontería volverme loca y buscar culpables. Que yo sepa, no hay nadie que tenga la culpa de que el mundo se haya vuelto loco y esa escoria ande por las calles alimentándose de los vivos. Solo tenemos que centrarnos en mirar hacía delante, ayudarnos los unos a los otros y sobrevivir. Además, se que allá donde este Manuel, él quiere que continuemos hacia delante para que su sacrificio no haya sido en vano. No hay más, Erik, así que no le des más vueltas. Has hecho lo correcto en todo momento y si alguna vez has cometido un error, es algo normal, todos los cometemos. Por cierto, Esther no comprenderá esto, es su hermano y no lo aceptara. Así que no deberías contarle ciertos detalles, ya me entiendes..."

Tiene razón, de nada sirve torturarse por lo ocurrido. Pero es inevitable... lo que daría yo por tener la entereza de María. La admiro.

- Erik -


13:20 - Cuando he ido a dejar cargando las baterías del portátil en la grúa, he visto a Belén, Eduardo, Esther, María y Elena asomados en el muelle, mirando al agua. He enchufado el pc a la corriente y me he acercado a curiosear. Cuando he llegado, he descubierto lo que miraban. El mar parecía una balsa de agua, y en esta se encontraban Vicente, Juan y Luis. Estaban riéndose y chapoteando en el agua, mientras nos decían que nos metiésemos nosotros también. No se porque, pero nos ha dado la risa al verlos chapotear cual patos. También se han acercado lo militares. Al llegar Ana, Ricardo y Fede, también se han empezado a reír. Solo ha sido suficiente que Vicente haya dicho "¡Venga, meteros! ¡Esta un poco fría al principio, pero luego te acostumbras!" para que los militares se hayan quitado el uniforme y, en ropa interior, se hayan tirado de cabeza al agua. En ese momento, todos hemos empezado a gritar y a reírnos. Seguidamente, han empezado a gritar "¡Que se tiren, que se tiren!" en referencia a nosotros. Eduardo y María se han quedado en ropa interior y se han lanzado también al agua. Elena ha hecho lo mismo, solo con la pequeña diferencia que ella se ha tirado al agua completamente desnuda. Creo que a esta chica le gusta calentar al personal... Belén le ha echado una mirada poco amable. Los tíos al contrario, súper contentos. Esther ha conseguido escabullirse y ha desaparecido, así que Belén y yo hemos sido los únicos allí presentes que estábamos fuera del agua. Todos han empezado a gritar nuestros nombres y Belén me ha dicho de tirarnos. Les he dicho que no sabía nadar muy bien pero han insistido entre abucheos. No ha habido más remedio, así que nos hemos desvestido y Belén me ha cogido de la mano para saltar. Entre vítores, hemos caído en el agua y emergido a la superficie. La verdad que el agua estaba un poco fresca pero en seguida me he acostumbrado. Muy dificultosamente he conseguido moverme en el agua y acercarme por las escaleras. Quería tener estas cerca, ya que así me siento más seguro y evito ponerme nervioso. Ahí estaba Eduardo y a unos metros, Fede y Ricardo que "cortejaban" a Elena. Me he quedado en el agua, relajado, con los ojos cerrados y flotando. Todos estaban haciendo el cabra a mi alrededor, cuando unas manos han tirado de mi y me han sumergido. He sentido como alguien se tiraba encima mio y me sumergía sin darme tiempo a coger aire. Ahí ha sido cuando me he puesto nervioso y no podía salir a flote. Poco a poco me hundía mientras intentaba subir. Cuando ya no me quedaban aire en los pulmones, alguien me ha cogido de los brazos y a tirado de mi, sacándome a flote. Era Eduardo. Una vez fuera, he podido ver a Belén dándole gritos a Vicente y Luis. Por lo visto, han sido tan graciosos que no han tenido mejor idea que darme un escabuzón. Estos se han dado cuenta de lo que habían hecho y estaban pálidos y callados. Me he salido del agua y Belén me ha seguido. Una putada que hayan jodido ese momento, ya que por unos momentos había desconectado del mundo. Una vez fuera, Belén y yo nos hemos tumbado al sol para secarnos.

- Erik -


18:40 - Ya ha anochecido. Odio que anochezca tan pronto. No se, no me gusta. Hace un rato, Belén y yo hemos subido todos los bártulos y la "cama" al piso superior. Este es similar al de abajo, lleno de pc's y demás trastos de oficina. Una vez terminado esto, me ido a dar una vuelta por la zona. He andado por las calles de contenedores y luego por el muelle, hacia el éste, llegando hasta el final. Aquí he encontrado algo que me ha llamado la atención. Bajo de las últimas grúas, hay aparcados dos autobuses. Parece ser que estos eran utilizados para transportar a los trabajadores por toda la terminal. Los he explorado por dentro y he podido ver que uno conserva las llaves puestas. Este trasto nos puede servir para algo. Como todo autobús, dentro es muy espacioso, así que cabríamos todos sin problemas. También he comprobado como va de combustible. Tiene el deposito casi lleno. Creo que esto nos va a ser muy útil...

- Erik -



2 comentarios:

J-Zombie dijo...

Muy buena entrada,se puede palpar la tranquilidad del grupo,y si somos justos,ya les tocaba cierta tranquilidad.
Pero no se por que,en el momento que tengan que salir a por provisiones,no todo sera un camino de rosas,siempre se ha dicho,tras la calma.....
viene la tempestad.
(risas)

Miembro de la resistencia dijo...

Pues sí, después de todo lo pasado, ya les tocaba. Como bien dices, esa tranquilidad es efímera, ya que pronto tendrán que volver a salir a jugársela.