jueves, 19 de noviembre de 2009

+ 19-11-09 + 3 días y 4 noches: Con el cañon en la sien

Prosigo:

Como decía, las horas pasaron. La noche llegó y yo estaba ahí, sin poder hacer nada. Arriba de un contenedor por encima de una horda de centenares de merodeadores y a medio trayecto de mi destino. Salir de ésta era prácticamente imposible y yo yacía ahí tirado, desmoronado. No se cuanto permanecí ahí tirado, quizás más de una hora. La angustia era tal, que no sabía que hacer. Pensaba que era el fin y era tontería permanecer ahí arriba más tiempo, esperando una muerte lenta y agonizante. Valía la pena acabar con todo lo antes posible. Me levanté, con el rostro empapado en lágrimas y me puse en una esquina del contenedor. Desde ahí veía a la horda, la cual gemía ansiosa por atraparme. Golpeaban el contenedor y estiraban los brazos en mi dirección. Cogí la pistola y la observé. Seguidamente, quite el seguro, situé el cañón en mi sien y cerré los ojos. Mientras pasaban los segundos, pensaba en si mi cadáver se reanimaría. Este pensamiento me atormentaba. No quería ser uno de esa inmunda escoria. Por otro lado, pensaba que quizás, al efectuar el disparo en la cabeza, no me reanimaría. Era algo que no iba a saber jamás. Poco a poco, fui haciendo presión con el dedo en el gatillo. Ahora pensaba en si sentiría dolor por décimas de segundo. Ya notaba que si tensaba un milímetro más el dedo, el arma iba a escupir la bala. Bajo de mi, los merodeadores estaban más excitados que antes. Los podía oír gemir más sonoramente y golpear más violentamente el camión y contenedor, como si supieran lo que iba a suceder. Aguante la respiración y me preparé para terminar de apretar el gatillo. En ese momento, algo toco mi nariz. Note la misma sensación tres veces más, en diferentes partes de mi rostro. Abrí los ojos. La sensación se repitió. Eran gotas de agua. Miré para arriba sin apartar la pistola de mi sien. Podía ver caer pequeñas gotas de agua. Estaba chispeando.

Baje la cabeza y me dispuse a terminar lo que había empezado. Una simple llovizna no era suficiente para disuadirme de lo que había escogido hacer. En cuestión de segundos, la fina llovizna se convirtió en una cortina de agua, una verdadera tromba. Esto ya me dio que pensar. Baje el arma y mire a la horda. Como ya había comprobado en otra ocasión, estos, bajo la lluvia, se habían sumido en un letargo. Sus brazos ya no estaban en alto, sino colgando, relajados. Su mirada ya no me buscaba, tenían la cabeza con la vista al frente y la mirada perdida. Apenas se movían. Visto esto, una pequeña luz de esperanza se iluminó para mi. Bajo la incesante lluvia y totalmente empapado, me tumbé en el contenedor para comprobar una cosa. Sabía que se quedaban aletargados bajo la lluvia, pero no sabía como reaccionarían si yo pasaba junto a ellos. Descolgué la mochila y la puse a la altura de la horda. Con la mochila delante de los morros de varios merodeadores, comencé a moverla de lado a lado. Estos no mostraban ningún tipo de atención. Comprobado esto, pase al siguiente experimento. Con la mochila, golpeé a varios merodeadores. Les dí bolsazos en la cabeza, una y otra vez. Nada, ni si quiera se movían. Después pasé a la última comprobación. Empuñe la pistola y realicé varios disparos contra la horda. Las balas impactaron en varios merodeadores y estos ni si quiera se inmutaron. Visto esto, ya solo me quedaba bajar y terminar de comprobar mi hipótesis con mis propias carnes. Vacilé unos segundos mientras la lluvia golpeaba mi cabeza. Me encontraba empapado de pies a cabeza. Sin pensarlo más, me descolgué por un lado del contenedor hasta la plataforma y después, al suelo. Una vez aquí, empuñe fuertemente el hacha, esgrimiendolo en alto, preparado por si algún merodeador se me abalanzaba. Ninguno hizo el mínimo gesto de que se hubiese percatado de mi presencia. Con el hacha empuje al merodeador más cercano y lo aparte. Este se desplazó y continuo sin moverse, con la mirada perdida. No perdí más tiempo y comencé a abrirme paso entre la horda. Con las manos y el hacha empujaba sus blandos cuerpos, abriéndome camino entre ellos. Continué rápidamente, sin detenerme y, en ocasiones, despejando el camino a golpe de hacha.

Conseguí abrirme camino entre tanta escoria andante y pude alejarme del núcleo, el cual era donde más habían. Había transitado al menos 9 metros y por ahí los merodeadores estaban menos apiñados y ya podía moverme con libertad. Cuando ya casi no hacía falta que me abriera paso, la tromba de agua se fue convirtiendo en una lluvia más ligera. Viendo que la lluvia arreciaba, me puse nervioso he intente darme prisa. De repente, la lluvia, de la misma forma que comenzó, terminó. Como si hubieran cerrado un grifo, las gotas dejaron de caer. Recuerdo perfectamente como un escalofrío me recorrió el cuerpo y miré aterrado a mi alrededor. Todos los merodeadores se comenzaban a mover lentamente y a fijar sus miradas en mi. Tenía que actuar con más rapidez, así que comencé a correr y a dar hachazos a diestro y siniestro. No sabéis lo repugnante que es sentir como te saltan trozos de carne y sangre coagulada a la cara. Cada paso que daba, había un merodeador que intentaba atraparme. En algunas ocasiones llegaron a sujetarme de la ropa y la mochila, pero conseguí zafarme.

Conseguí encaramarme a un coche y ya en alto, empecé una mejor huida. Los coches estaban mojados y en más de una ocasión resbale, rodando por los capós. Continué la huida lo más rápido posible, hasta que pude alejarme de la zona. Por este trayecto había actividad, pero nada comparado con lo que acababa de cruzar. Continué por instinto, ya que con tanta oscuridad no podía ver apenas nada. Seguí la ruta de coche a coche hasta que hubo un momento en que tenía que bajar al suelo, ya que no habían más vehículos. Con tanta oscuridad esto era algo que me aterraba. Guarde silencio unos segundos para escuchar a mi alrededor. Podía distinguir algún que otro gemido y ruido delante mía, pero no parecía que hubiese un gran número de merodeadores. Dí un bote y baje al suelo. Mi pie aterrizó sobre algo sospechosamente blando. Esta textura ya la había experimentado en otra ocasión. Baje la vista y vi que mi pie estaba hundido en un cadáver podrido. Cuando me fije, descubrí más detalles, y es que ese cadáver estaba levantando las manos y su cabeza, de aspecto calavérico, habría la boca emitiendo un apagado gemido. Aún recuerdo que ni si quiera tenía ojos... ¡Que visión más repugnante! Como un rayo, saqué el pie de su abdomen y salí corriendo. Corrí entre la penumbra, cruce unas vías de tren y vi que el camino se bifurcaba. En ese momento, mi prioridad era encontrar un lugar seguro para refugiarme. Tomé el camino de la izquierda y llegué a una inmensa explanada repleta de coches. Estos parecían nuevos y pronto comprendí que esta zona era utilizada para importar y exportar coches. Antes de transitar por esta, cerré la verja de la entrada, ya que este sitio parecía bueno para pasar lo que quedaba de noche. Por esta zona no había mucha actividad, es más, en todo el trayecto que ande, escondiéndome detrás de los vehículos en todo momento, no encontré a ningún merodeador. Al final del todo, junto al muelle, visualicé una caseta y allí fui, ocultándome para asegurarme de que ningún indeseable que pudiese haber por allí se percatara de donde iba a pasar la noche. Entré en la caseta y atranqué la puerta. Por lo que pude ver, esta caseta era del seguridad. Ya dentro, me acurruqué en un rincón y comencé a darle vueltas a todo lo ocurrido esa noche. Se me erizaba el pelo cada vez que pensaba que estuve a punto de volarme los sesos. Todavía no me creía que hubiese salido de esa. Sin parar de pensar, me quede sobado...


Mañana voy a intentar abreviar la historia de lo ocurrido. Necesito contaros mi situación actual. No paran de ocurrir cosas dignas de mención, pero comprender que necesito contaros todo lo que me ocurrió antes de llegar a mi actual posición.

- Erik -




3 comentarios:

J-Zombie dijo...

Muy buena entrada,la verdad es que pense en lo de la lluvia,pero crei mas molon lo del helicoptero.
Ante una situacion de muerte segura todo el mundo piensa en el suicidio.
Saludos
Espero la proxima entrada

Miembro de la resistencia dijo...

Ahí te he pillado, eh? jeje. Lo del helicóptero era más a lo Chuk Norris. Un saludo

J-Zombie dijo...

En parte si,porque aunque pense en que podria llover,no me lo esperaba asi,pero seamos sinceros,lo del helicoptero habria quedado bien.
Ahora a ver como avanza la cosa,y si te veo hoy a ver si me cuentas un adelanto.
saludos