lunes, 24 de mayo de 2010

+ 24-05-10 + Un perdón no merecido

Hace cuatro horas aproximadamente que hemos escogido donde acampar esta noche. Los nuevos han decidido venirse con nosotros. Les hemos contado todo sobre la ciudad de Reus y en su cara hemos podido ver un gesto de esperanza. Bueno, en todos menos en la chica, que seguimos sin conocer su nombre. No ha abierto la boca en ningún momento. Solo observa, cual pajarito. Juanca y Hans nos ha dicho que durante el cautiverio tampoco habló nada. Es una chica rara. Su aspecto ya hace deducir que le ocurre algo. Sus ropas que parecen harapos viejos, su cuerpo extremadamente delgado, rozando la anorexia, su mirada perdida... Definitivamente, es una chica con problemas. No ha dado muestras de tener interés en venir con nosotros. Deducimos que quiere venir porque cuando se lo hemos dicho, no se ha bajado del coche. Así que suponemos que no le importa venirse con nosotros. De todas formas, no la íbamos a dejar ahí abandonada aunque quisiera.
Referente al caníbal, obviamente, no lo hemos llevado con nosotros. Faltaría más. Ni era mi intención ni lo iba a permitir el grupo. Aún así, hemos tenido un pequeño susto relacionado con él, pero eso lo contaré más adelante. Primero quiero hablar de una pequeña charla que he mantenido con él. Cuando decidí llevarlo con nosotros, fue porque quería hacerle unas preguntas. Quería saber el por qué, junto a los de su campamento, asesinó y se alimentó de personas inocentes. Quería conocer detalles de su vida, saber que clase de persona era, descubrir que las malas personas nacen y no se hacen. Después de la charla que he tenido con él, ahora se que todos podemos perdernos en el camino y volvernos en seres irreconocibles.

Voy a transcribir mis preguntas y respuestas con exactitud, ya que me tomé las molestias de anotar en un papel (las fotocopias religiosas del beato, antiguo propietario del coche que conduzco, han servido para algo) todo lo que me ha dicho. Ya de paso decir que al principio se ha mostrado reacio a contestar a mis preguntas, pero con paciencia he conseguido que hablé. Iván quería hacerlo hablar de otra forma, pero a parte de que no aprobaría su método, quería hablar con él a solas. Aquí os dejo la conversación. Como he dicho, las preguntas y respuestas son tal cual se han realizado:


P. ¿Cual es tu nombre, tu edad y de donde eres?

R. Mi nombre es Adolfo, tengo 38 años y soy natural de Tortosa. En realidad, nací en Tarragona pero me crié en Tortosa y siempre me he considerado Tortosí. De todas formas, no sé para que quieres saber todo esto.

P. Ya te dicho que quedaras libre si contestas a mis preguntas. ¿A que te dedicabas antes de que comenzara todo?

R. Trabajaba como profesor en la escuela "San Jordi". Daba clases de matemáticas a alumnos de secundaria. No se que narices obtienes con estas preguntas. ¿Eras periodista? ¿Estas haciendo un reportaje de todo lo sucedido? Si es así, no se donde lo vas a publicar y quien lo va a leer. ¿Has visto a un andante leyendo? Por qué yo no. No pierdas el tiempo, chico, y dejarme ir o hacer lo que tengáis que hacer conmigo.

P. ¿Como llegaste aquí y quienes eran los del campamento?

R. El como llegué es una historia muy larga la cual no te voy a relatar, ya que ni tengo ganas ni creo que te interese. Solo te diré que cuando ves como una veintena de jóvenes es despedazada por dos andantes delante de tus ojos en mitad de una clase y que cuando intentas pedir ayuda te encuentras con que la ciudad esta sumida en un caos, tú primera reacción es huir. Y si huyes y a tu paso te das cuenta de que las ciudades o cualquier zona masificada es un hervidero de infectados, llegas a la conclusión de que las zonas alejadas de las ciudades, como es un bosque, son seguras.

P. No me has contestado a la segunda cuestión

En mi huida, con el transcurso de las semanas, me uní a diferentes grupos de supervivientes. De los dos primeros grupos, la mayoría murieron. Los que sobrevivimos nos terminamos uniendo a un grupo que había acampado en el lugar que arrasasteis. En principio, eran unas 6 personas, que les pillo todo esto en esta autovía y aprovecharon las tiendas de campaña que llevaban en los vehículos para acampar. Con nuestra llegada nos convertimos en unos 17. El campamento fue creciendo día tras día. Por la autopista próxima a la arboleda no paraban de transitar personas que huían de las ciudades y buscaban un lugar tranquilo alejado de los andantes. Cuando el campamento creció lo suficiente y ya nos era imposible albergar a más gente, dejamos de recoger gente y nos dedicamos a pasar desapercibidos. Eramos unas 38 personas y vivíamos aprovisionandonos de un centro comercial ubicado a unos 30 kilómetros de aquí. De allí sacamos más tiendas de campaña, utensilios de cocina, ropa, etc...

P. ¿Teníais comida y os alimentabais de personas? Explícame eso

R. Me parece que no tienes idea de nada. ¿Como has sobrevivido todo este tiempo siendo tan sumamente ingenuo? ¿Te crees que los alimentos se reponían por orden divina? Deberías de ser un poco inteligente y deducir que dicha fuente de provisiones fue agotada. 38 personas alimentándose durante meses... ¿Cuanto crees que duraron los alimentos? Un suspiro. Y eso obviando los que se echaron a perder por falta de frío.

P. Sigo sin entender como pudisteis llegar a ese extremo. Actuasteis como asesinos

R. ¿Y quién te pide que lo entiendas? Es más, ¿quién eres tú para juzgarnos? Por lo visto, tú debes de ser una hermanita de la caridad. Por lo que deduzco, tú y tu grupito habéis estado vagando mucho tiempo. Sois un grupo pequeño que no le presupone un problema el moverse. Os desplazáis fácilmente. Solo os basta dos vehículos y punto. Vuestro camino os va ofreciendo todo lo que necesitáis. Encontráis nuevas tiendas las cuales saquear y obtener alimentos. Pero nosotros eramos 38 personas, que se dice pronto. Mover todo el grupo era prácticamente imposible. ¿Cuantos vehículos íbamos a necesitar? ¿Y el combustible de donde lo íbamos a sacar? ¿Y a donde íbamos a ir? Y crear un grupo de voluntarios para que fueran a buscar alimentos era inútil. A parte de que no podrían traer suficientes alimentos para abastecer a todos, pronto agotaríamos todas las fuentes de provisiones cercanas y tendríamos el mismo dilema. Era malgastar esfuerzo y poner en peligro las vidas de los voluntarios.

P. Cualquier opción era buena menos el canibalismo. Escogisteis el camino más fácil y más cruel

R. Te repito que no teníamos más opciones. Intentamos todas las que estaban en nuestra mano. Hasta probamos cazar un merodeador e intentar comerlo. Sabíamos que comer esa carne pútrida no podía traer buenas consecuencias, a pesar de ello, un compañero la comió para probar. Para tú información, esa persona no tardo en caer enfermo. Se había infectado. Fue cuestión de horas que se convirtiera en un andante y le volásemos la cabeza. Agotada esta opción y la de la caza de animales, no nos quedó otra opción. ¿Te piensas que nosotros, al principio, no estábamos horrorizados con la idea? ¿Te crees que nos imaginábamos comiendo a personas? Estas cosas no se deciden, surgen. Te ves obligado a hacerlas por sobrevivir. Igual de obligados que los tipos esos que se les estrelló el avión en Los Andes y también practicaron la antropofagia. Nosotros teníamos a mujeres y niños, no podíamos permitirnos el lujo de dejarlos morir a la espera de otra solución. Mientras nosotros nos debilitábamos y moríamos de hambre poco a poco, por la autovía no paraban de transitar personas errantes. Nosotros los observábamos ocultos hasta que alguien propuso la idea. Fue Andoni quien tuvo dicha idea. Como él dijo cuando se la expuso a todos, "Cazar para sobrevivir". Créeme, aunque reticentes, todo el grupo levantó la mano para votar la idea. Todos. Cuando esto ocurrió, nos pusimos manos a la obra. Hicimos turnos para vigilar durante todo el día la carretera. A toda persona que cruzaba, la interceptábamos de una u otra forma, nos ganábamos su confianza hasta que los podíamos dejar inconscientes y matar indoloramente. Recuerdo a los primeros que paramos. Era una caravana de chicos y chicas jóvenes que venían del sur. No nos fue fácil hacerles eso. Yo, personalmente, tuve pesadillas durante semanas. Me sentía culpable hasta que comprendí que estábamos haciendo lo correcto.

P. ¿Estábamos haciendo lo correcto? ¿Como puedes decir eso?

Por supuesto que estábamos haciendo lo correcto, no te quepa la menor duda. ¿Te crees que esas personas iban a llegar muy lejos? ¿Te piensas que no iban a acabar cayendo en manos de los andantes? ¡Los iban a devorar ellos! Y después se convertirían en andantes. Solo iban a servir para ser más escoria muerta que, a su vez, iban a convertir a otros en más escoria muerta, así sucesivamente. Desperdiciaban su vida hacia una causa negativa. Ocurría lo contrario si eran cazados y comidos por nosotros. De esta forma, morían por una buena causa. Su muerte no era en vano. Además, nosotros, a diferencia de los andantes, les quitábamos la vida de forma rápida y menos indolora posible. Que ellos perecieran significaba que la comunidad sobreviviera, era que una pequeña sociedad de supervivientes se mantuviera viva y sana, que todos pudiéramos ver un nuevo amanecer, que pudiéramos subsistir y multiplicarnos, para así, el día de mañana, acabar con todo este caos y reconstruir la sociedad nuevamente. La supervivencia ha estado y esta en todos los aspectos de la vida. Sin ir más lejos, mira los animales. ¿Que animal no mata por subsistir? Ya sea para alimentarse o por cualquier otro motivo de supervivencia. El lobo caza a otros seres vivos, el león hace lo mismo, el zorro idem y así sucesivamente. Todos lo hacen con un fin: sobrevivir, velar por su manada y procrear con el fin de asegurar su estirpe. Es la ley de la naturaleza y en todos estos años de vida fácil, el ser humano ha olvidado su condición de depredador. Sí no lo comprendes es porque no quieres. Si tú hubieses estado en nuestro lugar opinarías igual...

P. Jamás. Nunca habría participado en semejante barbarie. Antes prefiero morir de hambre

R. Lo que decía, eres un ingenuo. Y además, egoísta. Egoísta porque piensas individualmente. Te aviso, esta forma de pensar te va a traer muchos problemas con tu grupo. Tienes que pensar siempre colectivamente. No puedes decir que nunca harías algo, debes de preguntarte si el grupo necesita que hagas algo. Si por el grupo tienes que matar, tienes que matar... Por la expresión de tu rostro me atrevería a decir que ya has tenido que matar por tu grupo. ¿Ves? Tú y yo no somos tan diferentes. Hemos hecho cosas "horribles" por el bien del grupo y por nuestra supervivencia. Seguro que antes de hacerlas, pensabas que nunca serias capaz de hacerlas. Por eso te repito, si tú hubieses estado con nosotros, habrías actuado como nosotros. Y no te lo digo en forma de reproche, solo te digo que lo habrías hecho y habrías actuado correctamente. Me reafirmo, no hemos hecho nada que otro en nuestro lugar no hubiese hecho. Ha sido todo por supervivencia y no me arrepiento de nada.

P. ¿Cuantas personas habéis asesinado para alimentaros?

¿Te crees que anotábamos en una libreta el número de las personas que capturábamos? ¿Tú contabas la cantidad de animales que caían en tu plato antes de que sucediera todo? ¿Cuantas pechugas de pollo te comías al año? Esto es lo mismo. No hemos hecho esto por gusto. Lo hemos hecho por necesidad, metetelo en la cabeza. Pero si tanto te empeñas, te diré que más de una centena seguro. Supongo que tu siguiente pregunta era si hacíamos distinciones. Sí, las hacíamos. A los niños no nos los comíamos. Los integrábamos en la comunidad para que se adaptaran. Eso sí, si la caza hubiese escaseado, no habríamos hecho ningún tipo de distinción. De la misma forma te digo que si no hubiéramos tenido la suerte de estar cerca de esta autovía, tan transitada por supervivientes, hasta es posible que nos hubiéramos planteado el escoger a miembros de nuestra comunidad para alimentarnos. Esto no lo habríamos hecho de cualquier forma, sino selectivamente. Habríamos utilizado a los miembros de menos utilidad para la comunidad. Lo habríamos tomado como una selección natural, el triunfo del fuerte sobre el débil...


Después de escuchar semejante serie de atrocidades, he dado por terminada esta "entrevista". Su frialdad al relatar todo, su ausencia de remordimientos, su forma de regocijarse en cada una de sus palabras... me han producido unas tremendas ganas de vomitar y pegarle un tiro entre ceja y ceja. Ahora si me alegro de que Iván haya quemado ese jodido campamento de tarados. Cuando lo capturé con la intención de hacerle preguntas, no esperaba ni por asomo que justificara sus actos de esta forma. Lo jodido es, que a pesar de que se que todo lo que ha hecho él y su gente esta mal, no he encontrado argumentos para rebatirle. Tiene otra moralidad, otra visión de lo que esta bien y esta mal. ¿Como cojones puedo explicar y hacerle entender a un lobo que esta mal matar para alimentarse? Se que no es lo mismo y Dios me libre que no lo justifico, pero es lo que han estado haciendo estos tipos durante todo este tiempo. Otra vez entro en el dilema de lo que esta bien y esta mal. Solo Dios es capaz de juzgar estos actos. Yo, por el contrario, se que nunca habría podido actuar así. Por mucho que él diga que tendría que estar en esa situación.

Muchos de vosotros se que estaréis preguntándoos que hemos hecho con él, si lo hemos asesinado. Quizás habría sido lo mejor. Llevarlo a la cuneta tal cual estaba, atado de pies y manos, y meterle una bala en su cráneo lleno de basura. Pero no ha sido así. Iván ha propuesto matarlo. Su argumento, era un asesino y no merecía una segunda oportunidad. Fede ha apoyado esta moción. Los demás se han mantenido al margen. He sido el único que se ha opuesto, aunque ahora me arrepiento de ello. Cuando Iván lo ha encañonado con la escopeta, he apartado el cañón rápidamente. Iván se ha puesto como un basilisco, pero no he entrado en su juego. Mi respuesta ha sido "No somos como él. Vamos a demostrárselo". He obviado su "¡Como que no! ¡Yo soy más hijo de puta y se lo voy a demostrar!" y he cortado las ataduras del caníbal. Este, con mirada de sorprendido, se ha levantado y me ha mirado directamente a los ojos. Sus palabras han sido "Gracias. Pero ahora más que nunca, te recuerdo que sigues siendo un individualista. No has permitido que me maten por puro egoísmo. No quieres asemejarte a mi, por eso lo has impedido. Pero ya te he dicho que no somos tan diferentes. Todos los aquí presentes somos iguales. La diferencia es que tú te empeñas en creer que no eres así. Un claro ejemplo son tus compañeros. Ellos dos quieren matarme y los otros se abstienen de opinar. Tú eres el único que se empeña en respetarme la vida. No me confundas, te lo agradezco. Pero no somos tan diferentes aunque te empeñes. Ya lo comprenderás. Sobretodo entenderás que hay que anteponer al grupo sobre cualquier otra cosa o de lo contrario, el bienestar de todos se puede venir abajo. Tomatelo como un consejo. Chao". Después de esto, se ha alejado andando autovía abajo. Iván ha intentado pegarle un tiro con el subfusil, pero una vez más, se lo he impedido. En que mala hora.

Nos hemos puesto en marcha y hemos transitado unos cuantos kilómetros. Nos ha caído la noche y hemos decidido acampar en el lugar donde nos encontramos ahora. Ha pasado el tiempo sin ningún tipo de sobresalto y todo ha ocurrido después de cenar. De esto hace apenas unas horas. Estábamos todos preparándonos para dormir cuando Esther se ha ido a mear. Ha salido fuera de la autovía y se ha escondido tras unos matojos. Lo raro ha sido cuando han pasado los minutos y Esther no regresaba. La hemos llamado a voces, pero ella no ha contestado. Cuando hemos mirado tras los arbustos y hemos descubierto que allí no había ni rastro de ella, es cuando he imaginado lo peor. Todo el grupo hemos cogido nuestras armas y linternas y hemos salido de la autovía a buscarla, llamándola a gritos. Nos hemos dividido por grupos de dos y bifrcado para buscarla. Belén y yo íbamos por una zona de arbustos y matojos cuando hemos visto una silueta en la oscuridad. Cuando hemos iluminado a esta, nos hemos quedado helados. Era el jodido caníbal. En sus manos sostenía un cuchillo que lo tenía situado en la garganta de Esther. Esta estaba amordazada y atada de pies y manos. Su mejilla sangraba abundantemente. El caníbal no parecía sorprendido, sino todo lo contrario. Solo ha dicho "Vaya... Ya me habéis jodido el aperitivo". Belén y yo le hemos encañonado rápidamente. Al ver esto, Adolfo ha agarrado a Esther con más fuerza y apretado más el filo del cuchillo contra el cuello de Esther. De los ojos de esta brotaban lágrimas a borbotones. Cuando le he ordenado que la suelte, él solo ha dicho "Te lo advertí, Erik. Debes de anteponer el bienestar de tu grupo ante todo". Le he repetido la orden, pero esta vez a permanecido callado y quieto, utilizando a Esther de escudo. Después de unos segundos de silencio, ha dicho "Veamos si has aprendido algo..." y ha soltado a Esther, la cual a caído al suelo. A pecho descubierto, me ha mirado desafiante y me ha animado a dispararle. No lo he hecho. Lo he seguido encañonando pero no me he atrevido a apretar el gatillo. Finalmente, ha dicho "No has aprendido nada. Matarás a tu grupo con esa actitud" y ha levantado el cuchillo en dirección a Esther. Entonces he disparado tres disparos con la pistola, los cuales le han impactado en su pecho. Recuerdo que mientras a caído de rodillas y con la sangre brotando de su boca, ha dicho mediante un hilillo de voz "Lo sabía... Eres igual que nosotros...". Han sido sus últimas palabras. Los disparos han atraído a todo el grupo, que estaba buscando a Esther alejados de esta zona. Cuando han visto la escena, se han sorprendido. Esperaban cualquier cosa menos que ese puto caníbal nos hubiese seguido. Yo tampoco lo espraba cuando lo hemos encontrado. Mientras Eduardo y María desataban a Esther, Iván se me ha encarado y, empujándome, ha dicho "¡Eres un puto mierda! ¡Lo teníamos que haber matado en su momento! ¡Nos habríamos evitado esto! Esther podía estar muerta ahora mismo por tu jodida imprudencia. ¿Acaso creías que ese tipo se iba a reinsertar? ¿Que se iba a hacer vegetariano a estas alturas? Si no tienes huevos para apretar el gatillo y proteger a los tuyos, deja a los que si que tenemos. Solo haznos ese favor...". No he escuchado más. He dado media vuelta y me he pirado para el coche. Belén me ha seguido y no ha parado de decirme que he actuado correctamente en todo momento, que no soy un psicópata como lo es Iván y que yo no sabía que esto podía ocurrir. Agradezco su apoyo, pero se que lo dice para que me sienta mejor. Lo sé. Lo peor de todo es que ese puto caníbal tenía razón. A veces, no hay que preguntarse lo que esta bien y lo que esta mal si lo que esta en juego es la supervivencia del grupo. He errado.

Quizás, como él a dicho, no soy tan diferente a como era él... A pesar de que en ocasiones me intente poner una mascara para sentirme mejor.


- Erik -



2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente el reportaje al caníbal. Muy bueno el juego psicológico que le hace a Erik.
Es cierto, en condiciones así debe ser muy difícil distinguir el bien del mal.
Una observación para el caníbal:
La diferencia con la tragedia de Los Andes es que ellos no mataron para comer, se comían a los muertos.Y eso se puede comprender.

Miembro de la resistencia dijo...

Cierto, los de la tragedia de Los Andes se alimentaron de los muertos, no mataron a nadie para este fin. Pero el caníbal lo coge cómo ejemplo queriendo decir que aquellas personas jamás pensaron que serían capaces de comer carne humana y lo hicieron.