sábado, 5 de diciembre de 2009

+ 05-12-09 + Al calor de una lumbre

Hoy me he despertado sobresaltado. No se porque, pensaba que me encontraba en una zona llena de merodeadores. Belén se ha llevado un buen susto, ya que al incorporarme, lo primero que he hecho es coger la pistola y en plena penumbra, comenzar a buscar amenazas, que han resultado ser producto de mi imaginación. Esto ya se ha convertido en una obsesión.

Al poco de levantarme, he ido a lavarme la cara. En el piso de abajo he encontrado a Eduardo, Ana, Ricardo, Fede y María, los cuales se encontraban planeando la mejor forma de hacer la inevitable incursión para buscar alimentos. Me he sentado con ellos y me he puesto a escuchar. En el suelo tenían un gran mapa, el cual era de Ricardo. En el mapa habían trazado lineas y garabatos. Me había perdido bastante información, así que comencé a hacer preguntas. Pregunté como pensaban salir de aquí, si en la salida tenemos una inmensa horda que nos impide el paso. Ricardo me ha explicado que lo haremos por vía marítima, con el remolcador que se encuentra al lado del muelle. Dice que con este trasto accederemos al muelle oeste. Este muelle es el cual pase la noche antes de llegar aquí, el muelle de los vehículos. Según me ha dicho, desde aquí buscaremos la salida sur, a cual esta despejada. Dicen que aquí han podido divisar un autobús abandonado. Montado en este, tomaremos carreteras secundarias y llegaremos a Valencia. Siguiente pregunta que he realizado: de donde vamos a obtener los alimentos. A esta me ha contestado Eduardo. Iremos al centro comercial "El Saler". Este esta nada más acceder a Valencia por el camino que vamos a tomar. En frente de este, esta la famosa Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y el Oceanografic. Yo creo que esta zona debe de estar infestada, por eso no me hace mucha gracia, pero es la mejor opción que tenemos. Siguiente pregunta: Quienes vamos. Eso era algo que todavía no habían decidido. Los 3 militares han dicho que ellos van, Eduardo ha dicho que también, Vicente ha titubeado un poco, pero ha dicho que tiene curiosidad por saber en que estado se encuentra la ciudad, así que también nos acompaña. Pienso que es un inconsciente por decidir salir solo por ese estúpido motivo. María también ha dicho que viene. Cuando me iba a disponer decir que yo también, a mi espalda, Belén me ha preguntado si yo voy. He dicho que sí y ella a respondido que entonces ella también. Ya estamos tocando los coj...

Somos 8. Un número ideal. Esther, Elena, Juan y Luis se quedaran aquí, aguardando a que volvamos con los alimentos. No nos ponemos de acuerdo en si debemos hacerlo mañana o pasado. Pienso que el día es indiferente, la cuestión es que esto tiene que salir bien. No tiene que haber errores. Ya lo hemos hecho en una ocasión y sin ningún tipo de instrucción militar, así que ahora, que contamos con tres miembros del ejercito español, esto debería de salirnos mejor. No sé... desde que todo esto empezó, el optimismo es algo difícil de mantener. Vamos a ir seleccionando y preparando las armas que llevaremos. De paso vamos a hacer recuento de munición.

- Erik -


14:23 - Ya hemos terminado con la tarea de seleccionar las armas. Los militares portaran sus subfusiles Zetme. Cuentan con alguna que otra granada y varios cargadores. Eduardo insiste en llevar su katana, pero lo he convencido para que lleve también la Glock 17 Austriaca. Hay situaciones en las que no es suficiente una simple espada. Belén ha dudado en que arma escoger, ya que todas son muy pesadas para ella. Ricardo le ha entregado su pistola reglamentaria "Llama M-82". La verdad es que para ella es ideal. No hay nada más manejable que una pistola. Vicente llevara la escopeta Benelli y yo el subfusil que obtuvimos de los saqueadores, los que nos destrozaron la urbanización. He dudado entre este y el rifle Remington, pero me decanto por el arma de asalto. También llevaré mi Beretta, ya que para el subfusil solo me quedan dos cargadores. Viendo que nadie va a llevar el Remington, lo ha escogido Maria.

Solucionado esto, solo nos queda esperar a que llegue el momento de salir. Posiblemente sea mañana.

- Erik -


16:08 - Os dejo unas fotos que he sacado estos días. Son del lugar donde nos encontramos. La terminal que se ve en la primera foto, donde las grúas verdes, es la terminal MSC, en la cual pase una noche días antes de llegar aquí:






- Erik -


22:56 - Cuando ha caído la noche, Vicente y Juan han encendido un fuego en un bidón vacio. Este lo han situado en la entrada del edificio de oficinas y, al calor de la lumbre, hemos cenado algo de las escasas provisiones que tenemos. Ahí hemos permanecido hasta hace un rato. No se como ha surgido el tema, pero Ana, Ricardo y Fede han comenzado a contarnos algunas de sus vivencias. Según nos han contado, el ejercito fue movilizado de la noche a la mañana, cuando este extraño mal se expandió. Más o menos, estas han sido parte de las palabras de Fede:

"...Nos movilizaron de la noche a la mañana. Ninguno sabía la gravedad de la situación. Ni por asomo nos imaginábamos que nos teníamos que enfrentar a cosa semejante. La poca información que nos dieron, fue que teníamos que acallar una revuelta, una insurrección. Según nos dieron a entender, se había realizado un golpe de estado que estaba derivando, como en el pasado, en una II guerra civil española. La confusión reino entre toda nuestra unidad. Cuando nos alistamos a las fuerzas armadas, lo hicimos por ganar un dinero, por obtener un oficio en tiempo de crisis, nada más. Yo, por lo menos, pensaba que en este siglo, una guerra era prácticamente imposible. Se suponía que ya estábamos lo suficiente civilizados. Llegué a pensar que el motivo de este golpe de estado estaba ligado a la crisis. En seguida pensé en que algún grupo insurrecto había comenzado una rebelión en contra del gobierno establecido. La noticia de un conflicto armado me cayó como un jarro de agua fría. Como es evidente, tenía cero ganas de morir en batalla. Nos movilizaron y en menos de 24 horas, nos desplegaron en la ciudad de Valencia, en un punto seguro. Nuestras ordenes eran claras y concisas: debíamos abrir fuego, sin titubear, contra cualquier amenaza. Teníamos claras ordenes de disparar a matar, nada de prisioneros de guerra. Algunos perturbados de nuestra unidad se frotaron las manos, a mi todo lo contrario, me horrorizo. Eso era violar el convenio de Ginebra. Nuestra primera misión fue realizada en el hospital Clínico. Había un reducto de insurgentes en este lugar y debíamos eliminarlos..."

Aquí ha sido cuando todos los que estuvimos en ese hospital nos hemos mirado complicemente. Hemos recordado la historia que nos contó "el loco" y Rubén, sobre que entraron un grupo de militares y se liaron a tiros con los infectados y supervivientes. Ninguno hemos dicho nada y Fede a continuado:

"...cuando entramos allí, fuimos conscientes de que no nos enfrentábamos con un grupo armado. Nos recibieron una treintena de infectados. Nosotros nunca habíamos visto ninguno, así que enseguida pensamos que eran civiles enfermos. Ninguno abrió fuego a pesar que nos lo estaban ordenando. ¿Como podíamos abrir fuego contra personas desarmadas? Entre nuestro pelotón se oían frases como "¡Repita la orden, señor!" o "¡No podemos hacerlo, están desarmados!". La confusión era general. Al final abrimos fuego cuando algunos de esos "civiles" atacaron y mordieron a varios de nuestros compañeros. La masacre fue brutal. A partir de eso, no volvimos a titubear en disparar. Continuamos por todas las plantas, limpiándolas una a una. Ese sitio era un puto hervidero... y perdimos a gran cantidad de compañeros. Tras un arduo trabajo, terminamos de limpiar la zona, menos una planta. Hecho esto, recibimos ordenes de sellar a cal y canto el hospital y salir de allí a toda prisa. Los disturbios se extendían por toda la ciudad. La siguiente misión fue contener a los "insurgentes". Nos situaron por toda la ciudad, en diferentes puntos estratégicos, tras barricadas. Ahí no duramos ni dos horas, nos desbordaron y tuvimos que retirarnos. Los mandos de nuestra unidad cayeron en la contención y nos sumimos en la plena anarquía. Todos nuestros compañeros, los que no murieron, desertaron. Algo lógico, todos pensábamos en irnos con nuestras familias. Todos sabíamos que nos enfrentábamos contra algo que escapaba a nuestra lógica, algo realmente peligroso y que nunca antes el mundo había visto, no contra una insurrección como nos habían dicho. También comprendo que nos ocultaran esa información, ya que sino, habríamos huido a la primera de cambio. Al final nos quedamos nosotros tres. No huimos a nuestras casas con nuestras familias porque ellos se... "encuentran"... en nuestra ciudad natal, o sea, en la otra punta de España. A partir de ese día, caminamos a la deriva. Nos ocultamos en varios lugares, pero los infectados siempre terminaban encontrándonos y haciendo huir. Así transcurrió la cosa hasta que os encontramos a vosotros..."

Hasta ahora, no conocía como había llevado esto el ejercito. Me lo he preguntado desde un principio. Ahora comprendo porque no pudieron acabar con esto. Soldados que no estaban preparados, a los cuales se les oculto información y que desertaron para defender a los suyos cuando se enteraron de que iba la cosa.

Vicente, Juan y Luis, animados al oír la historia, también han contado sus vivencias. Ha sido Juan el que ha relatado su estancia en la terminal portuaria. Esto es lo que recuerdo de su testimonio:

"...¿Hay algo más triste que te pille el apocalipsis? Sí, que te pille currando como a nosotros. No recuerdo exactamente como fue. Como siempre, esto estaba completamente activo. Cientos de personas arriba y abajo, las grúas pitando, los contenedores subiendo y bajando, los camiones por todas partes... Yo me encontraba en la grúa 6 con Luis. Siempre nos tocaba currar juntos y también con Manu, otro compañero que no conocéis... ni lo conoceréis. Acabamos de bajar del barco cuando vimos que el capataz estaba jodido. Estaba blanco como la pared, sudoroso. Dijo que tenía fiebre y un fuerte dolor abdominal. Llamaron a la ambulancia y no tardaron en llegar y llevárselo. No fue el único viaje que hizo la ambulancia. Esta acudió a nuestra terminal como cinco veces más a recoger a más compañeros que también se encontraban mal. Lo que al principio nos lo tomamos a risa, comenzó a preocuparnos. La gente comenzó a decir que si la nueva gripe, que si no se que... Vimos como muchos compañeros abandonaban el trabajo y se iban. Alegaban que los habían llamado de casa, que algo gordo estaba ocurriendo. El colofon fue cuando el capataz general mando parar todas las operaciones y nos mandaron a casa. Ahí supimos que algo gordo se estaba cociendo. Salimos al parking, todos en masa. Cogimos los coches y pusimos rumbo a casa. No llegamos muy lejos, había un embotellamiento tremendo en la carretera norte. Un camión había volcado. Aguante un par de horas en el coche, mientras veía como la gente se desesperaba y no paraba de pitar. Bajamos del coche, maldecimos, gritamos... hasta que se acercaron dos individuos a mi posición y comenzaron a atacar a varios compañeros. Esos corrían como endiablados. Reconozco que al ver eso me acojone. Pude divisar como más personas corrían hacía nuestra posición. Algunos parecían huir, otros eran lo que ahora llamamos infectados. No me quede a esperar, comencé a correr en dirección opuesta. Mientras corría, pase por al lado de dos infectados que se agolpaban en un coche. Estos no me prestaron atención, estaban demasiado entretenidos sacando por la ventanilla a una chica. Corrí y corrí, y mucha gente me siguió. La mayoría se quedaban por el camino, interceptados por esa basura andante. Conseguí llegar de vuelta a la terminal y aquí encontré a Luis. Fuimos 7 los que conseguimos refugiarnos aquí. Llamamos a nuestras casas, pero nadie nos cogía el teléfono. Pudimos contactar con algunos amigos, que nos explicaron que la cosa estaba jodida. Algo se había desencadenado y estaba provocando el caos absoluto. Nunca más pudimos contactar con nadie. Resistimos días, hasta que de los siete nos convertimos en tres. Los otros cuatro no pudieron aguantar sin saber de sus familias e intentaron llegar a sus casas. Nos dijeron de acompañarlos, pero sabíamos que irnos de aquí no era tan fácil, así que decidimos quedarnos. Por lo que habéis contado sobre como esta el camino de salida, no creo que llegaran muy lejos. Otra sorpresa fue cuando subimos a los barcos en busca de alimentos. Toda la tripulación se había convertido en esas cosas. Con barras de trinca tuvimos que deshacernos de ellos..."

Cuando ha terminado y todos se han puesto a hacerles preguntas, le he dicho a Belén en voz baja de irnos a dormir. Ella a dicho que bien y con el permiso de todos nos hemos ido. No quería que me preguntasen nada sobre mi, así que antes de que lo hicieran, he preferido marcharme. Ahora tengo la cabeza llena de testimonios. Me parece que voy a estar toda la noche dándole vueltas a todo lo que he oído. La verdad es que hay muchas cosas que me han dejado frío, sobretodo que fue el pelotón de Ana, Ricardo y Fede los que limpiaron el hospital... vaya, que pequeño es el mundo.

Creo que me voy a meter ya en la cama. Espero que no sea mañana cuando haya que salir...

- Erik -

5 comentarios:

J-Zombie dijo...

Muy chula la entrada,en mi opinion,contar el principio de todo desde diferentes puntos de vista es un acierto.
Por cierto ya leiste el capi 48 entero?
Cuando tenga el 50 te lo paso,porque es un flashback de tu personaje,y un flashback suyo queda mejor que el de los rusos.
Ahora mismo estoy a punto de acabar el 49
saludos

Miembro de la resistencia dijo...

Buenas! Si, a mi también me mola una historia en la que se cuenta el inicio de todo desde diferentes puntos de vista.

Sobre tu historia, estoy dudando en leerme el capi 48, ya que todavía estoy muy retrasado en tu historia y me sabe mal adelantarme tanto.

irakolvenik dijo...

Pues más que nada me sorprendió su actitud desencantada con la vida, cuando durante la historia lo había visto como alguien decidido, con las cosas muy claras... pero claro, en situaciones extremas las personas cambian, y desde luego entonces no tenía a Belén.

irakolvenik dijo...

Uyyy... mi anterior comentario lo quería poner en la entrada donde Erik cuenta su historia, pero me he liado ^^'

Respecto a esta, estoy de acuerdo con juanmanuel, está bien conocer otros puntos de vista.

Un saludo :)

Miembro de la resistencia dijo...

Bueno, digamos que el apocalípsis nos cambia a todos jaja Pues eso, Erik no era feliz con su vida. Las cosas no eran como él se las imaginaba años atrás. Soñaba con un trabajo, amigos fieles y una buena mujer a su lado y no tenía nada de eso. Digamos que eso le torturaba y le daba bajón, pero no tanto como para suicidarse, sino que se encontraba desanimado, sin esperanzas de futuro.

Ahora tiene a Belén y ya es algo por lo que luchar. De todas formas, creo que hasta la persona más depresiva y sin ganas de vivir, bajo una situación así, tomaría decisiones sin pensar e intentaría seguir adelante. A no ser que le diese por acabar con su infierno de una forma drástica, ya me entendéis.

Un saludo! :)