lunes, 5 de julio de 2010

+ 05-07-10 + Partiendo en silencio

Solo hace unos días de que hice saber a todo el grupo mi intención de ir a buscar a Iván. Como era de esperar, la noticia fue aceptada con desacuerdo. Solo Elena apoyo mi idea. Los demás me lo intentaron quitar de la cabeza prácticamente al momento de exponer mi idea. Belén me dijo que ni se me ocurriera, que por nada del mundo iba a permitir que me marchase a buscar a Iván, ni solo ni acompañado. Remató su opinión diciendo que Iván, si no había vuelto, es porque casi seguro había muerto y que su vida no merecía poner en peligro las nuestras saliendo en su busca. Eduardo, la siempre voz madura y razonable del grupo, le dio la razón a Belén, matizando que mi intención era buena solo si tuviésemos la certeza de que Iván esta vivo, pero que no es así, no sabemos si esta vivo o muerto. María, moviendo la cabeza de lado a lado en forma de negativa, pronuncio tan solo un "Quitatelo de la cabeza, Erik. No merece la pena". Hans, clavando sus ojos azules en los míos, con expresión de impotencia, dijo "Yo empiezo a estar demasiado mayor para estos trotes...". Solo Elena dijo que estaba dispuesta a acompañarme con tal de que la misión se realizase. Por lo visto, echa más de menos a Iván de lo que yo pensaba. Cuando esta se ofreció a acompañarme, Belén le lanzó una mirada de odio y le dijo en tono amenazante "Ni lo sueñes. Tu no te vas con mi chico a ninguna parte". Antes de que la niña tuviera tiempo de replicar, les dije que lo olvidaran, que me lo quitaba de la cabeza. Belén me sonrió al oír esto. Después de esta conversación y sintiéndome mal por decir algo que no pensaba hacer, y, sobretodo, por mentir a Belén, me aleje para sentarme en las escaleras de la entrada. Allí permanecí un buen rato, dándole vueltas al asunto. Había estado estudiando los mapas y trazando rutas a escondidas los días anteriores. Más o menos, me había hecho una idea de hacía que lugares podía haberse dirigido Iván. En ese momento, vi a Eduardo caminando hacía mi posición. Cuando llegó a donde yo me encontraba, se sentó a mi lado y me dijo "¿Sabes una cosa? En todo este tiempo que llevamos juntos, he llegado a conocerte mejor que si te hubiera parido. Antes de que des un paso, ya se a donde te vas a dirigir, antes de que hables, ya se lo que vas a decir, antes de que pienses algo, ya se que vas a pensar. Y no es que seas predecible, créeme. Por ello, ya se que estas tramando, ya se que te ronda la cabeza. Cual asno testarudo que eres, se que te quieres marchar solo en busca de Iván. ¿A que he dado en el clavo?". Sorprendido y con miedo de que se lo dijera a los demás, le contesté que no, que en ningún momento se me había pasado por la cabeza marcharme solo. Segunda mentira. Era mi idea desde un primer momento. Eduardo soltó una carcajada y me dijo "Eso no te lo crees ni tú. Ahora me dirás que nunca lo has hecho. No vengo a recriminarte que tengas pensado eso y mucho menos a sonsacarte para decírselo a los demás. Se que eres un gran tío, muy noble, y te reconcome pensar que hay un compañero que puede estar en apuros y tú estas aquí sin hacer nada. Esa es una de tus virtudes. Por eso quiero que, antes de hacer eso, sepas que yo te acompaño. Sabes que opino igual que los demás, pero por ello no voy a dejar a un amigo en la estacada y a su suerte. Necesitaras a alguien que te cubra la espalda, ¿no?. Pues ante eso no hay nada. Así que, antes de hacer la locura de irte solo, cuenta conmigo, ¿vale?". Contesté un "Claro" sonriendo y le di una palmada en la espalda, la cual me devolvió antes de levantarse y marcharse. Tercera mentira. Aunque le agradezco su ofrecimiento, ya dije en la entrada anterior que no pensaba poner en peligro la vida de nadie por una decisión mía. En ese momento, decidí cuando poner en marcha mi plan. Lo haría el día 5 y antes de que amaneciese. Y así lo he hecho.

Hoy, día 5, no he pegado ojo en todo la madrugada. El día anterior, durante la cena junto a mis compañeros, sentí un fuerte pesar. Mientras Belén me hablaba como si nada, cuando me besaba, cuando Eduardo me decía de ir hoy a darnos un baño al río situado a 2 kilómetros de aquí, cuando todos reían, yo no paraba de pensar en que hoy tenía planeado marcharme sin decir nada. No me quería ni imaginar sus caras de asombro cuando descubriesen de que me había ido y lo que me parte más aun el alma, saber el tremendo disgusto de Belén y las lágrimas que iba a derramar por mi. Por ello, ayer por la mañana, en un descanso de las tareas del campo, me alejé para sentarme bajo un pino y allí le escribí la carta que hoy le he dejado a Belén en la mesita de noche. El contenido de la carta es este:


Estimada Belén:

Te preguntarás el porque hoy no he amanecido en la cama junto a ti como todas las mañanas. Quizás hayas pensado que me he levantado más temprano y estoy en el salón comedor. Pero al leer esta carta, te habrás dado cuenta de que no es así. Antes de nada, quiero decirte que no quiero ni que derrames una lágrima, ya que no hay motivo para que lo hagas. No me he muerto ni me he marchado para siempre. No se si recordaras que hace unos días os hable de mi intención de ir a buscar Iván. Bueno, nadie mejor que tú sabe la de vueltas que le he dado a esto desde que terminó el plazo en el que Iván tenía que estar de vuelta. Bien. Me he marchado en su busca. Cuando os hable de esto, no era para organizar un equipo de búsqueda. He tenido muy claro desde un primer momento que a esta misión tenía que marchar solo. ¿Por qué? Pues porque estoy harto de ver como no paran de morir compañeros, personas que poco a poco se han ido convirtiendo en nuestra única familia y de la noche nos han sido arrebatadas. No me acostumbro, cariño. No me acostumbro al mundo que vivimos, al hilo tan fino que separa la vida de la muerte. Siempre que ocurre esto, siento como si me golpearan el alma con una maza. Siento que, tal cual caen estas personas, puedes ser tú la siguiente que me abandones. Todo esto me atormenta. Por el mismo motivo que marcho a buscar a Iván, no os dejo participar en la búsqueda.

Se que ahora estarás diciéndome de todo por haberte hecho esto. Y te comprendo. Yo haría lo mismo. Pero ya sabes como soy. Me pierden mis principios. Pero no te preocupes. No me va a pasar nada y en cuanto zanje este asunto, para bien o para mal, vuelvo junto a ti (se que me recibirás con un buen sopapo, el cual me merezco :P) y no me vuelvo a separar de tu lado jamás.
No se cuantos días me llevará esto. Es posible que unas semanas, todo depende de como transcurran los días y me duren las provisiones. Por lo demás, estate tranquila. Voy armado y con suficiente munición, por lo cual, no hay nada que temer. Ya sabes que en todo este tiempo, todos hemos aprendido lo suficiente como para salir airosos de situaciones difíciles. Así que no padezcas. Y... si en el peor de los casos, sucede lo que NO va a ocurrir, o sea, que yo no vuelva, cosa que, repito, NO va a ocurrir, quiero que sepas algo. Lo eres todo para mi. Si del apocalipsis dependiese que nos volviéramos a conocer, no dudes que firmaría porque ocurriese de nuevo. Eres lo que siempre he buscado, el equilibrio que ha faltado en mi vida desde que existo. Ese equilibrio que me ha devuelto las ganas de vivir, las ganas de ver un nuevo amanecer, de respirar un día más, de EXISTIR. Ese algo que nunca tuve y que no pienso renunciar ahora que por fin lo he encontrado. No hay día que no recuerde la primera vez que te vi. Tu hermoso pelo, tus preciosos ojos, tus labios, me enamoraron desde un primer momento. Eras un ángel en medio del infierno. Lo último que esperaba encontrar entre tanto horror. Y mucho menos esperaba que ese ángel fuese para mi. Quien me lo iba a decir... Por todo eso, no pienso permitir que me arrebaten de tu lado. No ahora. Así que solo te pido que me esperes y que no pierdas la esperanza, ya que volveré en cuanto menos te lo esperas. Te lo prometo, cariño. Tú solo espérame.

Te amo, cielo.

Erik


P.D. Explícales a todos porque me he marchado sin avisar. Sobretodo a Eduardo, y pídele perdón de mi parte, por faltar a mi palabra. ¡Ah! ¡Lo olvidaba! Ni se os ocurra salir en mi busca. No lo hagáis, por favor. Se lo que me hago.


La carta la he dejado en la mesita de noche, junto a la lámpara, lo suficientemente a la vista para que Belén la vea. En el momento de marcharme, he sido lo más silencioso posible para evitar despertarla. Antes de salir por la puerta, he mirado a Belén. Ella estaba tan bonita como siempre, durmiendo y ajena a todo lo que yo me disponía a hacer. He sentido una tremenda nostalgia y las lágrimas han saltado de mis ojos. No he podido contenerme y me he acercado a ella, le he acariciado el pelo suavemente y le he besado la mejilla muy despacio. Quizás sería la última vez que la viera. En ese momento, le he susurrado que volvería antes de que empezara a echarme en falta, que se lo prometía. En ese mismo instante, Belén, entre sueños, ha empezado a hablar. Era como si estuviera asustada y repetía mi nombre una y otra vez. Con mucha delicadeza, me he alejado de la cama y he salido por la puerta. Entre la oscuridad del pasillo, he andado en dirección al cuarto trastero donde guardamos parte de nuestras armas. Este esta ubicado al fondo del pasillo, cerca de la puerta de la habitación de Miguel. Mientras me iba acercando a esta habitación, he comenzado ha distinguir una serie de ruidos y voces que me ha llamado la atención. Al principio, me hicieron dudar de si seguir o abortar la misión, pero decidí continuar. Parecía que se trataba de una discusión en alguna de las habitaciones, nada más. Mi sorpresa ha sido cuando he averiguado de que habitación se trataba: los ruidos provenían de la habitación de Miguel. He sentido tanta curiosidad por lo que estaba pasando que no he podido resistirme a pegar la oreja en la puerta. Era como si allí dentro hubiese una batalla campal. Pude distinguir como si alguien estuviese rompiendo todo el mobiliario de la habitación. De repente, los ruidos cesaron y unos lamentos se hicieron oír. Era Miguel. Este comenzó a decir: "Señor, ¿por qué? ¿por qué me has abandonado cuando más te necesito? ¿por qué ya no te revelas ante mi, tu humilde siervo? ¿que estamos haciendo mal? ¿por qué hemos despertado tu cólera hacia nosotros? Dímelo, hazme una revelación y yo enmendaré el error...". Después de esto, Miguel ha estallado a llorar desconsoladamente. Ahora ya no me cabe duda de que hasta él mismo se creé su propia historia. Al menos, si es así y la cosa no cambia, seguirá siendo un simple inofensivo beato. No he querido arriesgarme a escuchar más y he continuado hasta llegar al cuarto trastero. Como yo esperaba, las armas seguían en su sitio y ni siquiera nadie las había tocado. Cogí el rifle semi-automático, llené la mochila con toda la munición que pude y me marché camino a la salida del edificio.

Cuando he abierto la puerta, he visto una silueta prácticamente encima mía que me ha sobresaltado y me ha hecho encañonar mi arma rápidamente. Menos mal que no hice caso a mi instinto y no abrí fuego. Se trataba de Eugenia, la famosa chica que no hablaba. Ésta, al verme apuntándole se ha sobresaltado y ha puesto cara de espanto. Rápidamente he bajado el arma y la he comenzado a tranquilizar. Ésta se ha alejado de mi y se ha acurrucado en una esquina, como si temiera que le hiciese daño. Le he preguntado que hacía sola en el exterior del edificio a esas horas, que no había amanecido y que era peligroso. Obviamente, no contestó. Le dije que se metiera dentro del edificio y, antes de que acabará la frase, corrió hacia el interior. Sin tiempo que perder, me he dirigido hacía el que sería mi vehículo: la Harley-Davidson. Aún conservaba las llaves que me dio Iván antes de su partida. Sabía que poner en marcha la moto en el mismo aparcamiento iba a ser una locura, ya que si las Harleys son conocidas por ser unas motocicletas preciosas, también lo son por su inconfundible y ruidoso rugido, por eso me he alejado del lugar llevando la moto apagada. La he puesto en marcha cuando he calculado estar lo suficientemente alejado. Habría andado un poco más, pero andar este camino en plena oscuridad me ponía cada vez más nervioso. No he parado de pensar que enfrente de mi podía haber un merodeador y no lo iba a ver hasta que lo tuviera mordiéndome el cuello. Cuando metí la llave y la giré, esta arrancó sin problema. Una vez encima, he comprobado que el depositó estaba prácticamente lleno, he acelerado y me he alejado a toda velocidad. Con el viento acariciando mi cara, he recordado la última vez que cogí una motocicleta de este calibre. Como recordaréis, el desenlace no fue nada bueno y todo por mi exceso de confianza al manillar, por lo cual, hoy he conducido de forma prudente y sin excederme en la velocidad. En esta ocasión no me acompaña Thor para sacarme las castañas del fuego.

He permanecido toda la mañana conduciendo y mi primera parada ha sido la gasolinera en la cual Iván encontró la hebilla del Skull Korps. Si me he dirigido aquí ha sido con la esperanza de encontrar alguna pista que me conduzca a donde se ha dirigido Vladimir (por mucho que diga Iván, sigo sin creerme que este vivo) y sus hombres. Averiguando esto, me haría una idea de hacía donde se había dirigido Iván. Llegar a la gasolinera me ha costado varias horas, y por el camino me he encontrado con multitud de merodeadores vagando por la carretera y con alguna pequeña horda que me ha obligado a desviarme. Cuando he llegado a mi destino y después de comprobar que la zona estaba despejada, he comenzado a indagar. He comenzado por el exterior. La zona, aparentemente, estaba igual que el día que llegamos por primera vez. No parecía que nadie hubiese ido después. Me he fijado en todos los detalles y solo algo ha llamado mi atención. Había un charco de aceite de motor y unas pisadas de bota que habían chafado el charco, dejando varias huellas. En seguida he pensado en Iván y las botas que calza, pero luego he recordado que esa clase de botas y similares también las calzara el Skull Korps al completo, por lo tanto, no se si esas pisadas son recientes o posteriores a nuestra visita. Viendo que no encontraba nada, he entrado al comercio de la gasolinera. Aquí, el aire era prácticamente irrespirable. Un pútrido hedor envolvía la sala y era imposible permanecer aquí sin taparse la nariz. A varios metros de la entrada, cerca del mostrador, yacía el cuerpo inerte del merodeador al cual Iván le cogió la hebilla. Este ya era una masa pútrida y purulenta, embadurnada en líquidos pegajosos y de diversos colores parduzcos. Casi vomito cuando he visto que estaba completamente lleno de gusanos y tenía un brazo separado del cuerpo. Por lo visto, las alimañas se habían dado un festín con él. He inspeccionado la sala lo más rápido que he podido, pero no he encontrado nada que me llamé la atención. No, al menos, hasta que me he girado para salir. En la pared y escrito con spray de pintura negra, ponía: "ERIK, CABRONAZO, TE DIJE QUE NO ME BUSCASES. POR SI TE INTERESA, ESTOS PERROS SE FUERON HACIA EL NORTE, DIRECCIÓN TARRAGONA-REUS. NO ME PREGUNTES COMO LO SÉ. IVÁN 18/06/10". Al parecer, esto lo escribió a los siete días de irse. Y como no, sabía que iba a ir en su búsqueda. Mucho ha llovido desde entonces. Si al menos hubiese sido un escrito reciente, podría saber que sigue vivo.

He perdido casi todo el día trazando nuevas rutas en los mapas. Esta pista me ha obligado a cambiar todas las rutas que pensaba tomar y que había trazado días anteriores. Al menos, ya se algo, y es que se ha dirigido en dirección norte, por lo tanto, me toca desandar todo lo andado. Aun me quedan horas de luz, pero creo que no voy a seguir por hoy con el camino. Quiero buscar algún lugar seguro para pasar la noche. Y creo que se donde me voy a dirigir. A la casa de los abuelos. Se que lo que ocurrió durante nuestra estancia allí hizo que se cabrearan bastante con nosotros, por lo cual nos echaron, pero quizás me dejan pasar solo una noche allí y, ya de paso, les informaré de la 'Iglesia del fin de los tiempos'. Quizás, cuando les hablé de que son religiosos como ellos y demás, accedan a ir. La verdad, dejar a esa pareja de ancianos allí, es una espinita que se me ha quedado clavada. Y más después de la metedura de pata que hicimos. Si no me dejan pasar noche en la casa, dormiré en su granero sin que ellos se enteren. Ya comprobamos que esa zona es segura, además, es la mejor opción, ya que tengo que pasar por esa zona de todas formas.

Bueno, os mantendré informados.


- Erik -


4 comentarios:

J-Zombie dijo...

Muy buena entrada.Veamos si encuentra a Ivan.
Por otro lado Miguel es un loco y como todos los locos,es peligroso.
Me alegra que Elena no haya ido, sin ella,Erik tiene mas probabilidades de regresar vivo y entero.Llevarsela podria costarle la vida,no vaya a ser que la muy capulla abra alguna puerta que no debe.

seeyouinthenextlife dijo...

Todos sabíamos que iba a ir a buscarlo, esta parte de la historia puede ser la leche.

DAG-SYSTEM dijo...

vamos tio que nos tenias en ascuas hehehehe. la movida de ivan fue buena, falta ver que sigue ahora...espero con ansias la continuacion de la historia.

Miembro de la resistencia dijo...

Saludos a todos! Pues sí, estás en lo cierto, esta parte de la historia va a ser la leche :D Sucederán cosas que van a marcar el futuro del grupo.

Siento si os he tenido mucho tiempo en ascuas, DAG, pero no te preocupes, la historia continua :)

Un saludo y gracias por seguir a la expectativa!