sábado, 2 de octubre de 2010

+ 02-10-10 + Reencuentro

Después de días esperando para partir, fue ayer cuando me puse en marcha. Con mis heridas más que cicatrizadas y con prácticamente toda la movilidad de mi brazo, ya estaba dispuesto para volver a la 'Iglesia'. De buena mañana, hablé con Andrés y le dije que había llegado la hora de mi partida. Él no tardó en ayudarme en los preparativos. Lo primero que hizo fue, junto a su tía, apartar víveres y agua para aprovisionarme en mi viaje. Yo les dije que no hacía falta que me dieran muchos víveres, que el viaje no era muy largo, pero que si les sobraba bastante agua, que me llenaran todas las botellas que pudiese cargar. Así lo hicieron. Me llenaron tres botellas de litro y medio y varias pequeñas. De comida me dieron varios botes de conserva de alubias y lentejas y varios trozos de embutido. Luego, Andrés me llevó al almacén de armas y comenzó a llenarme cajas con munición. Acto seguido, me dijo "Creo que será mejor que dejes aquí tu viejo rifle y aceptes este regalo. Tómalo en agradecimiento por todo lo que has hecho por nosotros y por las molestias que has sufrido. Se que no es mucho, pero te puede sacar de un apuro que tu viejo rifle Benelli quizás no resuelva". Entonces me hizo entrega del Dragunov que empuñe el día del asalto al campamento chabolero. La verdad, tenía razón. Este rifle era mucho mejor y superior en todos los aspectos que mi otro rifle. Le agradecí el regalo no sin antes intentar rechazarlo por educación. Andrés insistió, alegando que tenían muchos más de los que iban a necesitar. Ya había terminado prácticamente mi petate cuando le dije a Andrés que tenía que hacer algo antes de marcharme. Quería visitar la tumba de Eusebio y su hijo. Quería despedirme. Se que no los conocí tanto como para tener un estrecho lazo de afecto, pero sentía en mi interior que debía despedirme antes de marchar. Aunque solo fuera por agradecimiento a su hospitalidad. Desde que todo empezó, no he encontrado a mucha gente que me haya abierto las puertas de su casa sin intentar degollarme después. Andrés, con una mirada que expresaba agradecimiento, me contestó que por supuesto que me llevaría. Y así lo hizo. Cuando terminé de preparar mis pertenencias, Andrés me condujo por los pasillos del refugio hasta una de las salidas de este. Andamos por un pequeño huerto hasta llegar a las tumbas. Ante dos bultos de tierra removida, se alzaban dos cruces de madera con una pequeña chapa del mismo material en el que ponía el nombre y apellidos de ambos. Permanecí frente a estas, en silencio. Andrés tampoco pronunció ni una palabra. Después de unos minutos de silencio, en el que solo se escuchaba ulular al viento, busque a mi alrededor. Miré el suelo, de aquí allá, hasta que encontré lo que buscaba. En este mar de tierra donde no había ni siquiera arbustos, encontré un par de amapolas que crecían juntas y solitarias. Las arranqué y puse una en cada tumba. Luego dije a Andrés "Me hubiera gustado haberles dejado un ramo o una corona de flores, pero ya entiendes...". Él me contestó algo que apenas escuché. En ese momento, estaban pasando miles de cosas por mi cabeza. Por unos instantes, pensé que con mucha probabilidad, yo jamás tendré un entierro. Que Eusebio y Manuel eran afortunados, ya que yo, cualquier día muero en un cruce de caminos lleno de merodeadores y mi funeral se verá reducido a vagar como un podrido más. Eso era algo que hasta la fecha no había comenzado a atormentarme y ahora me doy cuenta de lo horrible y triste que debe de ser.

Cuando volvimos al refugio, cargué el petate a mi espalda y en el hombro el rifle. El refugio estaba desierto y Andrés me acompaño hacía la otra salida. Mientras andaba por el estrecho pasillo camino de la salida, iba pensando que me habría gustado despedirme de la mujer de Eusebio y de todos los demás. Mi sorpresa fue que, al salir del refugio, esperándome en el exterior estaban todos, incluidos los niños. Estaban allí para darme la despedida. No pude evitar que se me saltaran las lágrimas. La mujer de Eusebio se me acercó y me dio un fuerte abrazo, el cual respondí. Cuando se separó, sacó de su delantal un bulto de tela, el cual empezó a abrir. Era un bonito y gran machete, de empuñadura de hueso de animal, reluciente hoja y funda de cuero. Me lo entregó, diciendo "Era de Eusebio. Siempre lo llevaba con él y le tenía un gran cariño. Se que él, allá donde este, estará contento que seas tú quién lo lleves a partir de ahora. Llevatelo como una recompensa a toda la ayuda que nos has prestado". Intente no aceptarlo, pero me insistió "Por favor, acéptalo o me enfadaré. Yo tengo todas las demás pertenencias de Eusebio y esto te hará más falta a ti que a mi". No pude seguir rechazándolo y lo acepté. Lo até a mi cinturón. Después, con lágrimas en los ojos, se me acercó la mujer más anciana, la suegra de Eusebio. Esta me dio dos besos y me dijo "Cuídate, hijo". La mujer del difunto Manuel me miró y me dijo adiós tímidamente con la mano. Su rostro no había variado ni un ápice desde que se había enterado de la noticia de que su esposo había muerto. Andrés dijo a los niños "Chicos, ¿que se dice?". Los niños dejaron de juguetear y me dijeron "¡Adiós, Erik!". El más pequeño me sacó la lengua en símbolo de burla. Entonces pronuncié unas palabras antes de partir. Fueron breves y concisas: "Gracias por todo a vosotros. Nunca os podré agradecer suficiente lo que habéis hecho por mi. Es algo difícil de encontrar en los tiempos que corren. Cuidaros mucho, por favor. Espero que algún día nos volvamos a ver, y espero que ese día haya acabado todo esto. Adiós". Andrés de me acercó y me abrazó, mientras decía "Suerte, hermano. Y cuídate mucho. Aquí tienes las llaves de tu nuevo coche. Lo tienes en el borde de aquél camino. Hasta la próxima". Con las llaves en la mano, los ojos empapados de lágrimas y sin girar la cabeza hacía atrás, caminé en dirección al vehículo. Había transitado más de la mitad del camino, cuando escuché unos gritos a mi espalda. Me giré rápidamente y vi a alguien correr hacía mi. En un primer momento, me costó reconocer de quién se trataba, pero no tardé en distinguir que era la hija de Andrés, la niña de la insulina. Esta corría hacía mi mientras gritaba mi nombre. No entendí que ocurría hasta que llegó a mi altura y se lanzó a mis brazos, abrazándome. Yo me agaché y la abracé también. Me dijo "¿Por qué te vas? ¡No te vayas, porfa! Quédate con nosotros". Yo, impresionado por esta situación que no esperaba, le expliqué a la niña "Lo siento, pero no puedo. Me gustaría mucho quedarme con vosotros, pero debo de irme. Hay alguien esperándome no muy lejos de aquí y tengo que ir junto a esa persona. No te enfades, ya veras como algún día vuelvo a visitaros, ¿vale?". La niña me miró a los ojos y me puso algo en la mano mientras dijo "Cuídalo mucho, porfa" y me dio un beso en la mejilla. Después, salió corriendo de vuelta al refugio. Miré lo que me había dado. Era un pequeño osito de peluche desgastado y con remiendos. No pude evitar sonreír y mirar como la niña se alejaba corriendo. Los demás seguían en la puerta del refugio y yo les alcé el brazo diciéndoles adiós. Ellos me devolvieron el gesto. Guarde el osito en la mochila y seguí mi camino hacía el coche. Este era un todo-terreno azul. Me subí y emprendí mi camino sin parar de pensar en la niña y el regalo que me había hecho.

La noche me sorprendió a pocos kilómetros de mi destino. Aunque en mi camino no encontré a muchos merodeadores, decidí pasar la noche en el coche y esperar a que amaneciera para seguir mi camino. Fue una medida de seguridad para no tener sorpresas inesperadas en plena noche. Aparqué en el arcén y no tardé en dormirme. No se que hora era exactamente, creo que las 23:30, cuando me desperté sobresaltado. Una potente luz cegadora me deslumbraba. Me sentí desubicado y desenfundé mi pistola del pantalón, pero la puerta del vehículo se abrió y una mano me sacó al exterior, derribandome en el suelo. Ante mi se erguía un individuo que no podía ver bien por culpa de la luz. Este le dio una patada a mi pistola, alejándola. Cubriendo la luz con mis manos, pude ver algo mejor al individuo. Este llevaba un rifle con el que me estaba apuntando. Su cabeza estaba cubierta por un casco y su rostro por una máscara antigas. Llevaba un uniforme... ¡del ejército español! Este, con voz grave, dijo "No intentes nada o dispararé. Ponte de pie muy lentamente". Obedecí y apareció otro individuo más, que sin dejar de apuntarme se dirigió a mi coche y comenzó a rebuscar entre mis pertenencias. El primero dijo"Quién eres, de donde vienes y a donde vas". Contesté una verdad a medias: "Me llamo Erik y solo busco un lugar seguro y alimentos, nada más". Contestó "Sí, claro, y has permanecido todo este tiempo vagando. ¿Pretendes que nos creamos eso? Eres un saqueador, ¿verdad? Pon las manos sobre el capó del coche y no te muevas". No contesté y puse las manos sobre el coche. Mientras me cacheaba y quitaba el machete, comencé a pensar una historia más convincente. No sabía quienes eran, si realmente eran militares o no, por lo tanto, no iba a descubrir la ubicación de Belén y los demás ni la del refugio de Andrés. Mientras me cacheaba, pregunté "¿Y quienes sois vosotros y que queréis exactamente?". Su contestación fue esperanzadora "Somos soldados del ejercito de resistencia, campeón". El individuo que husmeaba mi coche salió diciendo "Solo lleva un rifle, todo lo demás, objetos sin importancia. No parece saqueador. José, agacha un poco el foco, que nos deslumbras". Ese tal José era un tercero que no había visto. Bajo el foco y entonces pude ver con más claridad a mis captores. Subido en un jeep militar y dirigiendo el foco, estaba el tercer individuo. Los tres llevaban atuendo militar. El que me había cacheado dijo "Mira, te vamos a dar la última oportunidad. Si nos cuentas la verdad de quién eres, te dejaremos marchar. Si nos mientes otra vez, te vamos a juzgar como saqueador y/o maleante, y eso esta penalizado con la muerte, así que te daremos un tiro en la cabeza en el borde de la carretera para que te coman los perros salvajes hasta que te reanimes. Tú decides". Parecían militares de verdad, así que decidí contarles la verdad. Comencé desde mi marcha de la Iglesia para buscar a Iván, pasando por mi estancia en el refugio, hasta el día de hoy. Los supuestos militares se miraron entre ellos y uno se pronunció: "Cuentas una historia bastante convincente y te vamos a creer. La verdad, no hemos encontrado nada en tu coche que te incrimine como saqueador o maleante, así que puedes estar tranquilo. A todo esto... ¿Como son esos individuos de ese tal Skull Korps?". Les di una descripción bastante detallada y se miraron entre ellos. Entonces, mientras dejaba sobre el capó del coche el machete y algunas pertenencias mías, dijo "Tenemos constancia de esos individuos. Llevamos un tiempo siguiendo sus pasos para conocer que traman. Se mueven por Tarragona y alrededores. También se han dejado ver por Salou y el parque de atracciones PortAventura. Cuando lleguemos a Reus informaremos a nuestros superiores de que son peligrosos y tomaremos medidas". Aproveché para preguntarles sobre Iván, les di una descripción detallada y les pregunté si lo habían visto. La respuesta fue negativa: "No. Al menos, no tenemos constancia sobre la persona que nos describes. De todas formas, nosotros no hemos realizado el seguimiento a ese grupo. Solo he leído los informes y por ello estamos al tanto. Aunque no lo creas, son muchos los grupos de individuos que merodean por los alrededores de Reus. Muchos de ellos merodean y se marchan, por lo tanto, los ignoramos. Pero los que intentan interferir en la paz de la ciudad o aquellos que tenemos constancia de que realizan actos delictivos, de esos tenemos orden de encargarnos y acabar con ellos. Daremos informe de lo que nos has relatado y si el superior da el visto bueno, una unidad se encargara de esos tipos". Asombrado por la organización que parece haber en Reus, les pedí que me informaran sobre la situación de la ciudad. Me contestaron sin ponerme trabas. "¿La situación? Hmm... Pues como siempre. Hace unos días que las tareas de limpieza y desinfección del perímetro oeste terminaron y ya ha sido habilitado para nuevos evacuados, pero el ensanchamiento de la ciudad continua. Las tareas de reparación de la valla norte siguen en proceso, la limpieza semanal de infectados en las vallas se han tenido que posponer... No sé que más quieres saber, esta todo prácticamente como siempre". Le hablé de nuestra intención de llegar a Reus y entrar a formar parte de la comunidad, a lo que me respondió "Claro que podéis. Pero la cosa no es tan simple. Si bien esta ciudad fue establecida para la evacuación de civiles, no todos pueden entrar. Eso ya lo conoceréis cuando lleguéis, pero tranquilos, son unos requisitos muy básicos y no tenéis nada que temer. Te informo que para llegar a Reus desde esta zona, solo es posible hacerlo desde la carretera de Tarragona. Alguien se entretuvo volando todos los accesos que llevan a la ciudad desde esta zona". La teoría que barajó Eusebio de que pudieron ser los militares de Reus los que volaron las carreteras que llevan a la ciudad se descarta después de esta revelación. Pero entonces, ¿quién puede haber hecho esto? Sigo sin entenderlo. Que clase de intereses pueden haber creados para realizar esto. Después de esto, los militares me explicaron que se encontraban por esa zona ya que venían de cierta misión de reconocimiento de la cual se negaron a darme más detalles. Me sorprendió que no se quitaran las máscaras antigas en ningún momento de la conversación. ¿Por qué llevaban estas? ¿Era un método para evitar el contagio de lo que coño sea que transforma a las personas en muertos andantes? Ni idea. Tampoco tuve tiempo de preguntárselo, ya que no tardaron en marcharse al poco de recibir un mensaje por los walkies. Diciéndome un "Nos tenemos que marchar. Ten cuidado, esta zona no es segura. Y esperamos que tú y los tuyos lleguéis sin problemas a Reus" se subieron al vehículo y se marcharon en la oscuridad. Ya solo y pensando en todo lo que me habían hablado, me metí al coche hasta que conseguí dormirme. Esto no me fue fácil.

Me desperté con las primeras luces del alba. Los cantos de los pájaros resonaban por todas partes y esto me trajo viejos recuerdos. Recuerdos de un pasado no muy lejano en el que se podía vivir más o menos tranquilo. Hacia tiempo que no me percataba de pequeños detalles como este. Arranqué el vehículo y me puse en marcha. Tardé tan solo un par de horas en llegar a mi destino. 'La iglesia del fin de los tiempos'. Conforme me iba acercando al vehículo, dentro de mi crecían las ansias de volver a abrazar a Belén. La zona esta tal cual la había dejado hace unos meses, sin ningún cambio significativo. Nada más llegar al aparcamiento del edificio, aparqué justo en frente de la puerta del edificio y paré el motor. Un par de personas que estaban en la puerta se me quedaron mirando y no tardaron en meterse en el edificio, cuchicheando. Cargué todas mis pertenencias y salí del coche prácticamente corriendo. Debía encontrar a Belén cuanto antes. Entré al edificio y ande rápidamente por los pasillos camino a la habitación. De repente, ha aparecido Esther, vestida con la estúpida túnica. Esta, al verme, ha reaccionado de manera que no podía haber imaginado. Mientras exclamaba mi nombre, a comenzado a correr hacía mi. Le iba a preguntar por Belén, pero no me ha dado tiempo, ya que ha dicho "¡Has vuelto! ¡No me lo puedo creer! ¡Tengo que hablar contigo sobre un asunto! Y ya de paso, quiero pedirte disculpas por todo lo ocurrido entre nosotros...". He tenido que interrumpirla, preguntándole sobre Belén. Ella me me ha contestado que se encontraba en la habitación. Sin perder tiempo, he dejado atrás a Esther y me he dirigido a la habitación. A mis espaldas escuchaba a Esther decir que luego la buscase sin falta. Cuando he llegado a la puerta de la habitación, he cogido el pomo y antes de girarlo, he respirado hondo. Belén iba a sufrir un shock en cuanto me viera. Conté hasta tres y giré el pomo, abriendo la puerta. La habitación estaba iluminada. Al fondo de esta, sentada en la cama, estaba Belén. Ella levantó la mirada y se quedó petrificada al verme. Parecía que estaba viendo a un fantasma. Entonces, de un salto se ha puesto en pie y ha exclamado "¡Dios mio! ¡Erik!". Corriendo hacia mi, se ha lanzado a mis brazos. Se ha puesto a llorar desconsoladamente, diciendo "Pensaba que estabas muerto... Lo pensaba... Dios... Había perdido toda esperanza...". Abrazándola fuerte le he dicho que ya estaba de vuelta, que no tenía que preocuparse por nada. Belén me ha mirado a los ojos y me ha soltado una bofetada. Sabía que lo haría. Entonces me ha dicho "No lo vuelvas a hacer. Jamás me vuelvas a abandonar. Por nada en el mundo" y me ha besado en los labios. Todo lo que ha ocurrido después, el reencuentro en más profundidad y demás, no se puede contar y queda entre Belén y yo, ya me entendéis... jeje.

Tumbados en la cama, le he relatado todo mi periplo. Desde mi estancia en la casa de los ancianos pasando por el refugio. Cada palabra mía era escuchada por Belén con mucha atención. Cuando he llegado a la parte de Reus, Belén se ha quedado muda. No daba crédito. Me pidió que se lo repitiera y así lo he hecho. Entonces, ha dicho "Es la mejor noticia que me has podido dar, cariño. La mejor. ¿Sabes lo que significa eso? ¡Que aun hay esperanzas de dejar todo esto atrás! Podemos construir una nueva vida...". Verla de nuevo con esa alegría ha sido una nueva inyección de ánimo. Hemos estado un buen rato hablando sobre ello y entonces le pregunté como había transcurrido todo en mi ausencia y si había vuelto Iván. La respuesta fue un mazazo. "Las cosas han transcurrido con normalidad, dentro de lo que cabe. La buena noticia es que desde que te marchaste, no han habido más ataques de merodeadores. Pero Iván... no ha vuelto. Y si me dices que no lo has encontrado, creo que los dos ya sabemos que quiere decir esto. No te tortures, Erik, has hecho lo que has podido. Más de lo que deberías. Ahora tenemos otro problema...". He mirado a Belén, temiendo lo peor. "...hace unos días que Eduardo salió a buscarte". El mundo se me ha caído a los pies al oír esto. "Me encontraba muy mal desde tu partida. Y con el paso del tiempo, al ver que no aparecías, fui a peor. Eduardo cuido mucho de mi, hizo todo lo posible para que no lo estuviera pasando tan mal. No paró de darme ánimos, diciéndome que seguro que estabas vivo, que solo habías sufrido un contratiempo y nada más... Todos me ayudaron, pero Eduardo fue el que más. Él tambien se sentía muy mal por tu ausencia y decidió salir a buscarte, igual que tú habías hecho por Iván. Yo le dí el visto bueno y le pedí por favor que te encontrara. Ahora que se que tenía razón y me siento tan culpable de haberle permitido marchar...". No he podido decir nada al respecto. Yo hice exactamente lo mismo. Ahora me siento terriblemente mal por todo lo que ha desencadenado el haberme marchado. Hice todo esto por encontrar a Iván, misión en la que he fracasado, y solo he conseguido que ahora sean dos amigos los que están desaparecidos. Se que Eduardo sabe cuidar muy bien de si mismo y se que no le va a ocurrir nada, pero no sé. Iván también sabe cuidar muy bien de si mismo y mirar, hace meses que no ha vuelto. No sé... Supongo que solo nos queda esperar. El inconveniente es que hasta que no aparezca Eduardo, no podemos marcharnos camino a Reus. Otro contratiempo más.

He permanecido en la habitación un buen rato hasta que hemos decidido levantarnos. Me picaba la curiosidad lo que me había dicho Esther y en ese momento he pensado en ir a buscarla. Se lo he comentado a Belén y me he ido a dar una vuelta a ver si veía a Esther. No he tardado en encontrarla. Estaba sentada en la escalinata de la entrada. Al verme, ha comenzado a mirar a todos los lados y se me ha acercado a toda prisa. Ni siquiera me ha dado tiempo a preguntarle que quería, ha comenzado a hablar a toda prisa: "Erik, gracias a Dios que has vuelto. Hay muchas cosas que debes saber. Y no son nada buenas. Estabas en lo cierto y comienzo a pensar que corremos peligro...". En ese momento, Esther se ha callado en seco y ha fijado su mirada a mi espalda. No entendía que pasaba y ella a continuado: "...ahora no te puedo contar nada. Me vigilan muy de cerca. Nos vigilan a todos. Tenemos que vernos de noche. Te dejaré una nota por bajo de la puerta de tu habitación, ahí te diré donde quedar para hablar. Y es importantisimo que no le digas nada a nadie de todo esto, sobretodo, no hables de nada con Juanca". Sin entender nada, le he dicho un "Pero..." que no ha escuchado, ya que ha dado media vuelta y se ha marchado. Entonces me he girado y he visto de quien se había asustado. Era Miguel. Venía hacía mi, sonriendo. Todavía sigo sin entender nada. ¡Esther era seguidor de Miguel! ¿A que se debe todo esto? Miguel ha llegado a mi posición y ha exclamado "¡Erik! ¡Hermano! ¡Estas de vuelta! No sabes cuanto me alegro de ello. Dios te ha traído sano y salvo. ¿Que tal tu periplo? ¿Encontraste lo que buscabas?". Ante mi respuesta negativa, ha continuado "Si no has encontrado lo que buscabas es porque el altísimo no ha querido. No te preocupes por ello, lo importante es que estas de vuelta en la comunidad. Hay muchas novedades desde que te fuiste. Deja que te las muestre". Me ha pedido que lo acompañara y lo he seguido hasta la capilla. Al entrar, he descubierto toda esta zona llena de sacos de obra, ladrillos y un gran agujero en el suelo. Miguel ha comenzado a decirme "Te preguntaras que es esto. Te explicó. Al poco de irte, Dios se puso de nuevo en contacto conmigo. De nuevo me hizo nuevas revelaciones. Te confieso que estaba muy preocupado por ello, ya que como bien sabes, Dios dejo de comunicarse conmigo. Y el motivo de esto era el que yo me temía. Estaba enfadado con nosotros. Por ello nos mandó a sus huestes para que nos atacaran. No estaba conforme con como estaban marchando las cosas aquí. Yo le he pedido perdón en mi nombre y en el de todos vosotros. Él a aceptado nuestro arrepentimiento y me ha pedido varias cosas. Una de esas cosas es esto. Quiere una gran remodelacion de la capilla. Quiere que en el centro de esta haya un pequeño foso, una pequeña estancia para que el gran día, SU gran día, demos una misa en su honor y allí dentro puedan asistir a la susodicha un gran número de sus huestes...". No se que cara ha visto en mi al decir eso, pero en seguida ha dicho "Tranquilo, hermano, tranquilo... Esto no debe de preocuparte. Solo debes comprender que ellos son también sus hijos. Solo quiere que estén presentes en el gran día. Yo estaré oficiando la gran misa y no tenéis nada que temer. Yo velaré por la seguridad de todos y ellos solo estarán allí dentro, sin poder salir. Dios lo quiere así, hermano, y debemos obedecer su palabra. Ahora, lo más importante es tener acabadas las obras para dicho día. Cuando este esté cerca, os lo comunicaré. Mientras tanto, puedes participar en las obras, hermano Erik. Nos serás de gran ayuda". ¡Y un cuerno voy a participar! ¿Que cojones es eso de construir un foso para llenarlo de merodeadores y dar una misa? Este hombre pierde la cordura a pasos agigantados. Solo espero que cuando llegué su gran día, nosotros ya estemos en Reus. Aunque no sé cuando será ese día, pero las obras del foso están prácticamente acabadas, al menos, a simple vista. Es un foso bastante grande, ubicado entre el altar de Miguel y los bancos de los fieles. No sabría deciros de cuentos metros es de largo ni de profundo, pero ocupa bastante. A simple ojo, ahí pueden caber más de cien merodeadores apelotonados. Que locura...

Ya ha llegado la noche y no paro de pensar en todas las novedades que me han asaltado nada más llegar. Hace unas horas que María, Hans, Elena y hasta Thor han venido a darme la bienvenida y apenas les he podido hacer caso, ya que permanezco ausente, sumergido en pensamientos. La noticia de que Eduardo se ha marchado a buscarme, las palabras y el rostro de miedo de Esther, la obra esquizofrénica de Miguel... No se que se ha trastocado el día que yo me marché de aquí, pero las cosas no están funcionando como siempre. Por ello, me arrepiento mucho de haberme marchado. Quizás, si no me hubiese marchado, ahora comprendería muchas de las cosas que están pasando y no llego a comprender. Solo nos queda esperar a que Eduardo llegué pronto, sano y salvo...

Cuanto antes nos vayamos y lleguemos a Reus, mejor para todos. Este no es nuestro sitio. Ni nunca lo fue.


- Erik -


5 comentarios:

Richzendy dijo...

Que sorpresa pasar por acá y conseguir un nuevo capitulo y como toda buena serie, nos dejas con más preguntas que respuestas y que nos hará tener que esperar con ansias el próximo.

Te has tardado, pero que bueno a quedado, pienso que este es un capitulo de transición a uno de más acción.

Gracias por compartir tu historia :-D

Miembro de la resistencia dijo...

Hola Richzendy!

Y como no, después de un buen capítulo, un buen comentario de un buen seguidor! jeje. Gracias, como siempre.

No puedo quitarte la razón, es un capitulo que abre la puerta a una serie de acontecimientos que os mantendrán en vilo. O al menos, eso espero.

Pido disculpas por la tardanza. En ocasiones se me hace un poco cuesta arriba el compaginar nuevos capítulos con el trabajo y demás. Pero como siempre he dicho, la historia, aunque en ocasiones tardo en publicar, sigue y seguirá hasta el final.

Un saludo!

Richzendy dijo...

No te preocupes por la tardanza, al principio estaba demasiado ansioso por que empece a leerte cuando tenias ya bastantes capítulos y no sabia el ritmo de publicación que tenias.

Eso es como cuando te descargas de internet una serie que tiene varias temporadas y te las degollas todas en un fin de semana, ya luego tienes que esperar que salgan los capítulos como todo el mundo :-D

Todo el mundo tiene trabajo, ya mucho haces con tratar de compartirnos tu historia, yo por lo menos ahorita ando super full de trabajo :-/

Miembro de la resistencia dijo...

A mi me ha pasado eso con muchas historias. He empezado a leer con mucho retraso, me he merendado todos los capítulos en un fin de semana, y al ponerme al día he tenido que esperar ansioso los nuevos capítulos. Se hace eterna la espera.

Sobre el trabajo, no te preocupes. Todo a su debido tiempo. Con perseverancia ya verás como encuentras una ocupación interesante. Mira el lado positivo, ahora tienes tiempo libre para dedicar a tus aficiones. Una de ellas, por ejemplo, podría ser iniciar una propia historia como la mía. ¿Por qué no te animas? :D

Richzendy dijo...

Mi ocupación es interesante, trabajo en una empresa de Software que no me jode por el horario y me da muchas libertades, solo que ahorita estoy en un par de proyectos que me tienen full time :-D

Mi trabajo anterior si era una mierda, me pagaban la mitad y no tenia tiempo de nada y además tenía mucho personal a cargo que tenía que supervisar a fondo por que no estaban muy preparados.


No tengo dotes literarios, si no lo hacia, mi escritura se limita a hacer documentos técnicos :-/